El desarrollo del programa profético de Dios (#766)

El  desarrollo  del  programa  profético  de  Dios

CRISTO VINO Y VENDRÁ

Robert McClurkin;
Traducido de la revista Food for the Flock

 

Contenido

                                              

                                               I            El que vino y vendrá           

                                               II           Pruebas de su segundo advenimiento        

                                               III          El programa del advenimiento        

                                               IV         El conflicto perpetuo          

                                               V          Las señales de los tiempos              

                                               VI         La perspectiva de la venida

I — El que vino y vendrá

La restauración de todas las cosas

El pecado se introdujo en el universo con la caída de Lucero, [1] llegó a nuestro planeta y se difundió con la caída del hombre. [2] Pero tan pronto que manchó el pecado la belleza de la hermosa creación de Dios, Él comenzó a poner en marcha un programa para la reconciliación del hombre caído y otros territorios del universo. [3]

No tenemos manera de saber plenamente cómo era la gloria prístina de la creación original, pero hay una declaración en Hechos 3 que echa un rayo de luz sobre este tema fascinante. Es «la restauración de todas las cosas”. Da a entender que el patrón de cosas futuras será según el orden de cómo eran antes.

En el plan de Dios para el milenio vemos dos compañías administrativas de 144.000 personas cada una, y la cantidad se emplea de una manera simbólica. La primera es la nación de Israel y es terrenal. [4] La segunda es el conjunto celestial del pueblo del Señor, que es la Jerusalén celeste y madre de todos nosotros. Cristo y la compañía celestial de los salvos [5] ejercerán una autoridad amplia sobre Israel y las naciones, y a la vez la Palabra del Señor será ministrada a las naciones en escala mundial aquí en la tierra de parte de Israel. [6]

El cielo besará de nuevo a la tierra, y el Cristo tendrá dominio absoluto. Posiblemente esto corresponda a la posición de Lucero y sus ángeles. Ellos, cual compañía celestial, ejercían una autoridad sobre nuestro territorio, mientras que los demonios, que son espíritus inmundos, eran tal vez los habitantes originales de la tierra antes de la caída.

Lucero era el músico principal del universo y conducía las alabanzas a Dios; pero, el pecado del orgullo le arruinó. [7] La rebelión en los cielos dio lugar a rebelión sobre la tierra, dando por resultado un juicio que arrojó a Lucero y sus ángeles de la presencia inmediata de Dios [8] y dejó a nuestro planeta desordenado y vacío, [9] o sea, sin forma y —creemos— sus habitantes sin cuerpo. Por alguna razón sabia, Dios los ha dejado para andar errantes en una condición contraria a la naturaleza, que parece evidenciarse por su afán de entrar en los cuerpos de seres humanos y de puercos. De que hay espíritus inmundos que mantienen contacto con la raza humana, nadie puede negar.

 

[1] ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Isaías 14.12 [2] El pecado entró en el mundo por un hombre … todos pecaron. Romanos 5.12 [3] Agradó al Padre que en él habitase toda la plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos. Colosenses 1.20 [4] Apocalipsis capítulos 7 y 14
[5] Apocalipsis capítulo 14 [6] De Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Isaías 2.3,4 Vosotros … os sentaréis sobre doce tronos … Mateo 19.28 [7] Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. Ezequiel 28.13 al 15 [8] Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Lucas 10.17,18 [9] La tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo. Génesis 1.2

La obra de Cristo

Cristo y la hueste celestial de santos desplazarán a Lucero y sus ángeles, e Israel y las naciones constituirán el pueblo terrenal bajo al autoridad divina de nuestro Señor. A Cristo se le asemeja en Salmo 22.22 al músico principal, quien conducirá las alabanzas del universo en una época futura: «Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré”.

El milenio será un sábado de reposo para Israel y las naciones en el cual se desconocerá la guerra, pero el gran sábado eterno comenzará cuando el universo entero sea subyugado a la autoridad de Dios. (Estamos empleando, claro está, el lenguaje de la fiesta de los tabernáculos en Levítico 23). Los santos se fusionarán en una sola familia redimida para servir al Dios de gloria en reposo sin interrupción. El vocabulario del milenio es de Israel y las naciones [10] pero la terminología del estado eterno es simplemente «siervos”. [11]

Al trazar el divino programa profético para el universo, descubrimos que la creación nueva descansará sobre el fundamento sólido de Cristo y la expiación que realizó. La obra de Cristo sobre el madero permite que Dios, sin menoscabo de su santidad, erija todo un orden nuevo que nunca sufrirá deterioro a mano del hombre.

La raza cayó en la persona de su cabeza representativa, Adán; en cambio, Lucero, sus ángeles y demonios pecaron personal y deliberadamente, y deben llevar para siempre la responsabilidad por su elección. Para ellos no se ha provisto redentor. [12]

Cuando el hombre pecó, Dios pronunció la primera gran profecía de las épocas: La simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente. [13] Si Lucero era el más exaltado de todos los seres creados, Otro era (y es) más que el mayor. Desde ese momento en adelante se desenvuelve el programa profético de Dios.

 

[10] Las naciones que hubieran sido salvas andarán a la luz … Sus puertas … llevarán la gloria y la honra de las naciones. Apocalipsis 21.24 al 27 [11] El trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán. Apocalipsis 22.3 [12] No socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Hebreos 2.16 [13] Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza … Génesis 3.15

Los dos advenimientos

Hay dos series de profecías en el Antiguo Testamento que convergen en sendos puntos terminales. La primera serie se enfoca sobre Belén donde nacería el Cristo, [14] y la segunda sobre el Calvario donde moriría. [15] Estas, podemos decir, son la primera y la segunda etapa del primer advenimiento o venida de Cristo.

Todas estas profecías se cumplieron literalmente. El Hijo eterno se encarnó. En la realización de la palabra profética Él vino por la línea de Sem y Abraham, según la carne. Era de la tribu de Judá y de la familia real de David, pero a la vez Dios manifestado en carne. Llegó a ser lo que nunca había sido, un hombre perfecto, sin dejar de ser lo que siempre era, el Dios perfecto.

Fue el valor infinito de su persona que aportó el valor infinito a su muerte expiatoria, y sobre este fundamento se erigirá el orden nuevo. El Calvario dio por resultado un Evangelio para la humanidad entera por el cual los pecadores podrían ser convertidos y reclamados de su ruina. Todos aquellos que acepten de Dios su oferta de salvación serán justificados gratuitamente y gozarán de comunión con su Señor, y serán los administradores de su glorioso reino futuro.

El segundo advenimiento de nuestro Señor también es tema de dos series de profecías. Hay una que señala su venida por los suyos [16] y otra que señala su venida con ellos. [17] Esto no quiere decir que habrá dos advenimientos futuros, como tampoco hubo dos en el pasado.
Es que cada venida consiste en dos etapas.

Se ha cumplido literalmente toda profecía relacionada con el primer advenimiento, y de la misma manera podemos estar seguros que también será cumplida literalmente toda profecía relacionada con el segundo. Este segundo advenimiento, o epifanía, verá consumada la aplicación plena del triunfo del Calvario. Revelará el propósito en la historia de la raza humana y echará luz sobre el sentido de la lucha de los hombres y las naciones.

El hecho mayor de la historia universal es: «He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como … está escrito de mí”. El hecho mayor de la profecía es: «Vendré otra vez”. En la primera ocasión Cristo vino cual profeta para revelar al Padre; y, una vez realizado el Calvario, volvió a su Padre cual sacerdote para vincularnos a Dios. [18] Completada la Iglesia, Él vendrá de nuevo cual Rey para reinar como Dios.

 

[14] Génesis 3.15 Isaías 7.14, 9.6 Miqueas 5.2 Jeremías 31.22 etcétera
[15]  Génesis 3.15 Isaías 53 Salmo 22.69 Zacarías 9.9, 11.12,13 12.10 etcétera

[16] Juan 14.1 al 3 Hechos 1.11 1 Corintios 1.7, 15.51 al 58 1 Tesalonicenses 4 [17] Mateo 24.30 Romanos 8.19 2 Tesalonicenses 1 Judas 14,15 Apocalipsis 19 [18] Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Juan 20.17

 

II — Pruebas del segundo advenimiento

Los testigos

Las Escrituras en su totalidad afirman que nuestro Señor Jesucristo volverá a la tierra. La promesa suya en Juan 14 se destaca en toda su grandeza majestuosa en lo referente a la primera fase de su segunda venida: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay … Voy, pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez …”

¿Volvió al Padre? Vamos a pedir testimonio de fuentes acreditadas. Esteban, el primer mártir de la Iglesia, exclamó en el momento de su partida: «Le ví”. Saulo de Tarso, uno que odiaba a Cristo, clama en el momento de su conversión: «Le oí”. Juan, el discípulo amado, afirma en

 

 

la vejez desde la isla de Patmos: «Le palpé”, y «Él me tocó”. Sí, más de quinientos hermanos le vieron a la vez, observaron su ascensión y experimentaron la bendición de las manos horadadas. Él ascendió al Padre, y volverá.

En Hechos capítulo 1 son los ángeles que ratifican el «Vendré otra vez» del Salvador: «Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Si hubiesen dicho que Él volvería al mismo lugar, hubiéramos entendido que se referían a la segunda fase de su regreso cuando sus pies se afirmarán sobre el monte de los Olivos. Pero dijeron, «como le habéis visto ir”, y de la manera de su ida aprendemos la manera de regreso por los suyos.

Tres características destacan la manera en que Él ascendió: fue particular, fue con bendición y fue secreta. Y así vendrá para recogernos. Vendrá solo, o particu-larmente: «El Señor mismo … descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero”. Vendrá en bendición y no para ejecutar juicio. Seremos arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Y, esta fase de su venida será secreta. El mundo no sabrá en el mismo acto pero se dará cuenta, atónito, que sus mejores ciudadanos han desaparecido.

Son los apóstoles que confirman el «Vendré otra vez» en 1 Tesalonicenses 4 y en el último párrafo de 1 Corintios 15. «He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”.

El Señor, los ángeles y los apóstoles: aseguradamente este cordón de tres dobleces no se romperá.

El procedimiento

En la primera etapa Él vuelve por los suyos y en la segunda viene con ellos. En la primera viene al aire y en la segunda a la tierra. En la primera el mundo se sorprenderá al descubrir que se han ido los que son del Señor, y en la segunda el mundo verá los cielos encendidos y el Cristo a la cabeza de sus huestes celestiales para luchar, vencer y ejecutar justicia. [19]

 

[19] Apocalipsis 19

 

III — El programa del advenimiento

 

Las dos etapas de la segunda venida del Señor afectarán a tres clases, las cuales se agrupan tanto en 1 Tesalonicenses como en Apocalipsis 1.7: (i) los creyentes («los santos»), tanto vivos como muertos; (ii) Israel; (iii) las naciones del mundo («los gentiles»).

La venida por y con

En la primera etapa la Voz convocará a los santos de todas las épocas a encontrarse con el Señor en el aire. El milagro de la resurrección y el traslado se efectuará por la fuerza de Dios, transformando a todo creyente a la imagen gloriosa de su Señor.

La voz del arcángel dará la orden para el agrupamiento y la preservación de Israel.
El arcángel Miguel está asociado siempre con Israel, y es llamado «el príncipe del pueblo de Daniel”. Habrá una restauración espiritual de lo que queda de aquella nación, una vez purgada de los rebeldes, como está ilustrada en el valle de los huesos secos. [20]

La trompeta de Dios dará la señal de una declaración de guerra contra las naciones. Será quitada la Iglesia, el embajador de paz de parte de Dios, y cesará el anuncio del «evangelio de la paz por medio de Jesucristo”. Dios sustituirá la copa de la venganza sobre este mundo por su copa de iniquidad.

En la segunda etapa [21] se ve los mismos tres grupos. Todo ojo redimido le verá. Le veremos y seremos para siempre semejantes a él, como también lo serán aquellos que le traspasaron, a saber la nación de Israel («Mirarán a mí … y llorarán …”)  Es más: todos los linajes de la tierra —las naciones vencidas en guerra— harán lamentación por Él. [22]

 

[20] Ezequiel 37 [21] He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Apocalipsis 1.7 [22] Aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo … Mateo 24.30

Los creyentes del pasado y del presente

Para los santos el regreso de Cristo significará la resurrección de todos los que han muerto. Los muertos en Cristo resucitarán primero, [23] e incorruptibles. [24]

¿Esta resurrección abarcará a los santos del Antiguo Testamento? Afirmamos que sí. Cristo es el garante de la resurrección suya como la nuestra. [25] Él resucitó primero, y luego lo harán los que son suyos en su venida. ¿Acaso aquellos antiguos no sean de Cristo, comprados por la misma sangre preciosa? ¿Puede ser que los que llevaron el reproche de Cristo no pertenezcan a Cristo? [26] Tanto los creyentes del Antiguo Testamento como los del Nuevo son de una misma familia, [27] ciudadanos conjuntamente de una misma ciudad [28]
y participantes de la misma esperanza.

Su glorificación se vincula con la nuestra en Hebreos 11:40: «… para que no fuesen perfeccionados aparte de nosotros”. Están vistos juntos en 2 Tesalonicenses 1.10: «… cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos [del Antiguo Testamento] y ser admirado en todos los que creyeron [del Nuevo Testamento]”. Se ven juntos de nuevo en Apocalipsis 14.12: «Aquí está la paciencia de los santos [Antiguo Testamento], los que guardaron los mandamientos de Dios, y de la fe de Jesús [Nuevo Testamento]”. Todos éstos entonarán «el cántico de Moisés siervo de Dios [Antiguo Testamento], y el cántico del Cordero [Nuevo Testamento]”. Dios junta la primera y la última canción en nuestra Biblia en un eterno «Aleluya» para la gloria suya.

Además, hay la escena en el Monte Santo cuando los discípulos vieron el cuadro del Hijo del Hombre viniendo en su reino. [29] Moisés y Elías estaban con Él, y los discípulos también. Todos estaban unidos en derredor del Señor Jesucristo, quien había dicho que ellos se sentarían con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de Dios.

Contemplamos la ciudad eterna en todo su esplendor y gloria. [30] Grabados en ella están los nombres de los doce patriarcas y los nombres de los doce apóstoles del Cordero. Los creyentes del Antiguo Testamento buscaban esta ciudad, [31] y nosotros lo hacemos también. [32] Aseguradamente se trata de la morada eterna de todo el cuerpo de los santos. Así, «lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”.

 

[23] 1 Tesalonicenses 4 [24] 1 Corintios 15 [25] Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 1 Corintios 15.23 [26] Moisés … rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, … teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo. Hebreos 11.26 [27] Los que son de fe, estos son hijos de Abraham … De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Gálatas 3.7 al 9 [28] Los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una ciudad … pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergonzó de llamarse Dios de ellos. Os habéis acercado al monte de Sión … a los espíritus de los justos hechos perfectos. Hebreos 11.16, 12.22 al 24. [29] Mateo 16.28 al 17.8 [30] Apocalipsis 21 [31] Hebreos 11.10 al 16 [32] No tenemos ciudad permanente, sino que buscamos la por venir. Hebreos 13.14

Transformados y examinados

La segunda venida de nuestro Señor resultará en el traslado de los creyentes vivos: «He aquí, os digo un misterio … todos seremos transformados”. «Seremos arrebatados … y así estaremos siempre con el Señor”. Se completará el Templo de Dios, [33] y se alcanzará la plena estatura de Cristo, [34] realizada ya nuestra predestinación y conformados nosotros a la imagen del Hijo. [35]

La venida efectuará la unificación. La unidad del Espíritu se ve actualmente en la preservación de la Iglesia universal, y no puede ser quebrantada. Pero hemos echado a perder la manifestación externa de esta unidad. Cuando venga Cristo, llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios.

Esta venida dará lugar al examen de todo nuestro servicio. Se someterá a consideración la totalidad de nuestra vida. En cuanto a nuestras personas, todos nos presentaremos ante el tribunal de Cristo. [36] En cuanto a nuestros motivos, seremos manifestados; [37] en cuanto a nuestro desempeño, seremos escrutados todos. [38] Una vez realizado el juicio ante ese tribunal, la Esposa —aparejada ya, y vestida de lino fino que es emblema de la santidad divina— acompañará a su Señor a la tierra para tomar el reino y reinar con Él. [39]

 

[33] Todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. Efesios 2.21 [34] … la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4.13.
[35] A los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo. Romanos 8.29 [36] ¿Por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Romanos 14.10 [37] Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 2 Corintios 5.10 [38] 1 Corintios 3 [39] Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino y resplandeciente, porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Apocalipsis 19.7,8

Israel

Las dos fases de la segunda venida impactarán sobre Israel de una manera especial. Apenas llevados los creyentes a la gloria, la acción angelical comienza la unificación de Israel y a poner a salvo un remanente. El tiempo de angustia para Jacob será candente y feroz, por cuanto Dios tiene controversia con su pueblo antiguo. Será tan así que perecerán en rebelión las dos terceras partes de la nación, y Dios fundirá en llamas de persecución al resto. [40] Su pueblo le clamará a Él, y Él responderá, salvando y colocando a la cabeza de las naciones al remanente de Israel en la tierra milenaria.

La historia de Israel se presenta en la Palabra de Dios bajo el simbolismo de tres árboles: En el pasado es una vid, «una vid de Egipto”. [41] En la dispersión actual es un olivo rechazado [42] que negó dar su aceite para el alumbramiento del conocimiento de Dios entre las naciones del mundo. En su restauración futura, Israel será la higuera que endulzará el mundo milenario. [43]

 

[40] Las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios. Zacarías 13.8, 9.
[41] Salmo 80 [42] Romanos 11.16 al 29 [43] De la higuera aprended la parábola … Mateo 24.32,33

Las naciones

Este pobre mundo nuestro ha probado a lo largo de seis mil años el fruto de su propio pecado, languideciendo bajo la injusticia de cada cual a su prójimo. Rechazando al Príncipe de Paz, el mundo desconoce la paz; luchando contra Dios, hace de Dios su enemigo. El pecado ha dado origen al conflicto perpetuo. Vamos a dedicar un capítulo aparte a este tema.

 

IV — El conflicto perpetuo

Los antecedentes

El pecado puso en manos de Satanás territorios que deben serle arrebatados. El pecado está ligado con una elección y por lo tanto debe haber un período probatorio para que todo ser inteligente manifieste su elección, por cuanto todos fuimos creados agentes libres. No tenemos manera de medir el caos que el pecado trajo sobre el universo, pero bien sabemos que hubo rebelión en la habitación de los ángeles. [44]

Es evidente que Lucero tenía jurisdicción sobre nuestro planeta. Él contemplaba con celos impíos la creación del ser humano, quien le desplazaría, y urdía su caída. Cuando Dios creó al hombre, le puso a ser guardián de la tierra y regente suyo. [45]

Pero el hombre en su condición probatoria cedió a la tentación y cayó. De nuevo la tierra nuestra se sumergió en el caos que clamaba por redención. Poco se imaginaba Satanás que Dios tenía en su mira a otro Hombre, uno que moriría para lograr la expiación de una raza caída. Su muerte echaría la base para la derrota de Satanás y su imperio del mal.

La historia de nuestra raza es, entonces, un relato triste. Se está librando constantemente en el mundo espiritual una lucha por las almas. Pero el fin se acerca y se están haciendo visibles las evidencias de que se aproxima el fin de la dispensación.

La obra del hombre y la obra de Dios se contrastan en dos frases descriptivas, como son «los tiempos de los gentiles”, una expresión política, y «la plenitud de los gentiles”, una expresión espiritual. Los tiempos de los gentiles es la época de la supremacía gentil sin respetar a Dios. La plenitud de los gentiles es el poder del evangelio para tomar de entre ellos un pueblo para el nombre del Señor. [46]

 

[44] A los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día. Judas 6 [45] Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies … Salmo 8.5 al 8 [46] Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan. Lucas 21.24. Ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Romanos 11.25

El gran engaño

El último gran poder mundial será el imperio romano reactivado. Este constará de diez reyes. El imperio del futuro no necesariamente abarcará exactamente los mismos territorios del antiguo, pero sí se refiere a los pueblos que había bajo ese dominio de antaño. Desde luego, llaman la atención el Tratado de Roma y el Mercado Común Europeo, cosas de nuestra propia generación.

Una mujer, descrita como «Babilonia la grande, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”, [47] montará a esta bestia política. Ella se presenta también como sentada sobre siete montes. Este simbolismo doble se refiere no tan sólo a las siete formas de gobierno que regían en el imperio, sino que vemos en los montes siete segmentos de poder religioso que se unirán para constituir la esposa del diablo.

Esta es la unidad de los siete grandes troncos de religión que monopolizan el pensamiento religioso en el mundo apartado de Dios, y cuya idolatría emana de una misma fuente. [48] Fue a través de Nimrod en Babilonia que el diablo ingenió un sistema de idolatría que ha perdurado y ha penetrado ampliamente el pensamiento religioso desde ese entonces. Estos siete troncos son el hinduismo, budismo, confucianismo, mahometismo, zoroastrismo persa, judaísmo y el cristianismo.

Está escrito que «en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra”. [49] Una declaración como ésta no es aplicable a una religión en particular sino al conjunto. Toda idolatría religiosa está vinculada a la fuente común que es esta iglesia ecuménica, la unión de todas las religiones sin Cristo que es llamada la gran Babilonia, la madre de las rameras.

 

[47] Apocalipsis 17 [48] Génesis 11 [49] En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra. Apocalipsis 18.24

La gran tribulación

Para que surja a supremacía universal la Bestia, la cabeza del imperio romano reconstituido, hará falta que sea roto el poder de Rusia. Es significante que bajo el segundo sello y la segunda trom-peta hay una sublevación política, [50] dando por resultado que una montaña (símbolo de una nación grande) se hunda en el mar. Sin duda se trata de la caída de Rusia, que encontrará su sepultura en la tierra de Palestina y en el mar Mediterráneo. [51]

En ese entonces, aproximadamente, el diablo y sus ángeles son arrojados del cielo [52] y la Bestia surge del mar. [53] La Bestia había existido antes y entrado en un pacto con la nación judía, pero ahora con Rusia eliminada, ésta surge del mar (el cuenco mediterráneo) para ejercer poder universal por energía satánica.

El imperio romano, bajo el mando de la Bestia, había sido amigo y protector de los judíos, pero ahora se torna en enemigo. La mujer [54] (Israel) huye al desierto, [55] donde es guardada por Dios por tres años y medio. (Obsérvese que el sello en Apocalipsis 7 no es para salvación sino preservación).

¡Cuán diabólico será el mundo! «¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo». Será roto el acuerdo entre la Bestia y la nación de Israel; desaparecerá toda libertad religiosa; el imperio que protegía a Israel contra Rusia será ahora su gran enemigo. El pequeño Israel buscará refugio entre las rocas de Edom, donde 144.000 serán sellados para preservación (un número simbólico, tal vez, para indicar que Israel administrará el mundo milenario).

 

[50] Cuando abrió el segundo sello … Salió otro caballo bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matase a otros … El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar. Apocalipsis 6.3,4 [51] Ezequiel 38 y 39 [52] Apocalipsis 12 [53] Apocalipsis 13 [54] Apocalipsis 12 [55] La mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días. Apocalipsis 12.1 al 6

El fin

Mientras tanto, los reyes del oriente (el amanecer) se están preparando para retar la supremacía de la Bestia. Será quitada la barrera física entre Este y Oeste [56] y los reyes del amanecer marcharán hacia la Palestina. Allí se enfrentarán Este y Oeste para librar la batalla del Armagedón.

Ni el uno ni el otro ganará esa confrontación, porque el Señor mismo descenderá en llama de fuego, y en Edom librará a Israel. [57] De allí marchará con los ejércitos del cielo y tras éstos los de Israel. Todo el poderío militar de las naciones se concentrará en el Armagedón para ser destruido. Habrá comenzado el Día del Señor; la ira del Cordero subyugará a toda oposición y destruirá a los que destruyen la tierra. [58]

Babilonia, la religiosa y la moral, ya habrá sido destruida por las mismas naciones que engañaba. [59] Babilonia, la política y la comercial, será destruida por la intervención directa de Dios [60] cuando acabe con el poderío militar de las naciones.

La totalidad de su caída se expresa en siete «no más» en Apocalipsis 18: · los frutos … nunca más las hallarás, 18.14 · voz de arpistas … no se oirá más, 18.22 · ningún artífice … se hallará más, 18.22 · ni ruido de molino se oirá más, 18.22 · luz de lámpara no alumbrará más, 18.23 · ni voz de esposo y esposa se oirá más, 18.23 · la gran ciudad nunca más será hallada, 18.21.

Esta serie hace contraste con los siete «no más» en la dicha terrenal del pueblo de Dios en capítulos siguientes: · el mar ya no existe más, 21.1 · no habrá muerte, 21.4  · ni habrá más llanto, 21.4 · ni clamor, 21.4 · ni dolor, 21.4 · no habrá más maldición, 22.3 · no habrá allí más noche, 22.5

Observemos también los pares de «Aleluya”. Se exclama dos en el cielo cuando cae la Babilonia: [61] «Ha caído, ha caído”. Se exclama dos en el cielo para celebrar la exaltación de la Esposa del Cordero: [62] «Amén» y «Aleluya”. El diablo y su esposa descienden a la vergüenza y confusión perpetua, y el Cordero y su Esposa toman posesión de su herencia que es el universo entero, lleno de la gloria del Señor.

 

[56] Apocalipsis 9.13 al 21; 16.12 al 16 [57] ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que mancha en la grandeza de su poder? Isaías 63.1 Compárese con Apocalipsis 14.19,20, 16.12 al 16 [58] Apocalipsis 6 Zacarías 12.8, 14.14 [59] Apocalipsis 17 [60] Apocalipsis 18 [61] Apocalipsis 18.1 al 3 [62] Apocalipsis 19.4 al 6

El milenio

Destruido ya el poder militar de las naciones y de los rebeldes que les apoyaban, el diablo será atado por mil años en el abismo. El reino del Señor será establecido para difundir la paz y la prosperidad desde el río hasta los fines de la tierra. Multitudes de la población civil no sentirán los juicios de Dios sobre los rebeldes, y entrarán en el milenio. Israel será el misionero de la cruz durante estos mil años y será como el rocío entre las naciones. [63]

Uno podría preguntar qué es el propósito del milenio. Simplemente éste: Cuando Cristo ascendió a la diestra de Dios, el Padre le dijo que se sentara hasta que pusiera a sus enemigos por estrado de sus pies. «Es preciso que Él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies”.

Será un reino de subyugación, a diferencia del día de hoy cuando Él conquista y gana los corazones de los futuros administradores de su reino. Cuando nuestro Señor venga a establecer su reino, lo hará como la Piedra, desmenuzando los dedos de la imagen del mundo gentil para despachar desde la Palestina. [64] Mas la Piedra será hecha un gran monte y llenará toda la tierra, sometiendo el mundo entero al gobierno y la autoridad de Dios.

 

[63] Miqueas 5.7 Isaías 66.19 Ezequiel 37.28 Zacarías 14.16 al 19 [64] Daniel 2.31 al 45

La transición

Pero muchos rechazarán el mensaje del Evangelio, aun encontrándose atado Satanás. Estos serán el material con que trabajará el diablo una vez suelto por un lapso al final del milenio. Él reunirá a estos incrédulos para oponerse a Dios y a su pueblo. Fuego descenderá del cielo para devorarlos, y es sólo cuando este juicio haya sido realizado que el mundo entero se encontrará de un todo sujeto a la autoridad divina para siempre jamás.

El milenio es tan sólo el preludio a aquella condición libre de pena y pecado que es el estado eterno. Este es el ideal por el cual gime la creación y claman los santos. En ese estado perfecto el pecado jamás levantará su cabeza y más nunca será perturbado el reposo de Dios.

Tal vez habrá un buen lapso entre el fin del milenio y el comienzo del estado eterno. El caso es que el poder arrollador del Señor conquistará todos los territorios del universo que fueron perdidos con la caída de Lucero. Esta será la reconciliación de todas las cosas (no de todas las personas) en el cielo. [65] Leemos que es el beneplácito de Dios reunir todas las cosas en Cristo en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. [66]

Los títulos de Cristo pueden sugerir el alcance de su dominio. Cual Hijo de Abraham, tomará posesión de Palestina y hará de ella su base para una expansión. Cual Hijo de David ocupará el trono en Jerusalén. Cual Hijo del Hombre extenderá su gobierno a los fines de la tierra.
Y, tocará cada rincón del universo hasta que sea incluido bajo la autoridad de Dios y restaurado a su belleza primitiva.

Consumado todo, el Hijo entregará el reino al Dios y Padre, para que Dios sea todo en todos. El Dios verdadero —Padre, Hijo, Espíritu— tendrá la supremacía absoluta y recibirá de toda criatura el homenaje y loor que corresponde a su nombre santo.

 

[65] Agradó al Padre … por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Colosenses 1.20 [66] Efesios 1.10

La consumación

Aquellos impíos ángeles, demonios y hombres constituirán una lección eterna sobre las impiedades del pecado. Estarán bajo la autoridad de Dios, así como el universo, y su terrible suerte será la de estar encerrados como consecuencia de su elección deliberada a rebelarse contra el Dios que les hizo para cosas mejores.

El gran trono blanco será el último acontecimiento al final del tiempo, cuando serán juzgados los impíos muertos. Una vez consignados todos a su morada eterna de oscuridad —por cuanto el postrer enemigo que será destruido es la muerte— comenzará el estado eterno. Mar no habrá, ni muerte, ni tristeza, ni llanto, ni dolor, ni maldición, ni noche. Será un día eterno en el cual el Cordero conducirá a su pueblo de fuente a fuente en gloria.

 

V — Las señales de los tiempos

    

La Palabra de Dios habla de ciertas señales que caracterizarán el cierre de la época. Cuatro de éstas están bien definidas, y son la señal religiosa, la social, la judaica y la cronológica.

La señal religiosa

El Anticristo cabalgará al poder sobre la apostasía de la iglesia profesante. [67] Está escrito que en los postreros días el mundo religioso será saturado de la doctrina de demonios.
[68] 1 Timoteo 4 especifica tres: (i) el mal espiritual con su origen en el demonismo, 4.1;
(ii) el mal moral cuyo carácter se manifiesta en las mentiras de hombres hipócritas, 4.2;
(iii) el mal en la naturaleza, cuya sustancia se evidencia en dos prohibiciones que van en contra de la naturaleza: no casarse, una contradicción de Génesis 2.24, y no comer carne, en contradicción de Génesis 9.3,4

Se discierne un deterioro en las siete etapas de la historia eclesiástica que se trazan en Apocalipsis 2 y 3. Nuestro Señor resume en cinco palabras la condición general de la iglesia profesante de la última etapa: desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda. Él rechaza todo el sistema religioso que se fusionará en la gran Babilonia de la cual hemos hablado.

Es por demás significante la pregunta encontrada en Lucas 18.8: «Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?» Los hombres religiosos habrán rechazado todas las doctrinas básicas de la cristiandad, sustituyendo por ellas un sistema ecuménico que llegará a ser la esposa de Satanás.

 

[67] 2 Tesalonicenses 2 [68] El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando espíritus engañadores …
1 Timoteo 4.1,2

La señal social

Están predichos en la Palabra de Dios tres movimientos que están en ascendencia hoy en día.

Hay un movimiento anti-Dios. El Salmo 2 es para los postreros días y en él hablan cuatro voces: la del Padre, la del Hijo, la del Espíritu y también el clamor de las naciones en contra de la divina Trinidad: «Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas”. Es un rechazo total de la doctrina de la Deidad.

Hay un movimiento antisocial; 2 Timoteo 3.1 al 7 describe cuatro aspectos del mismo. En lo moral, en relación con uno mismo, leemos de los amadores del formalismo y amadores de los deleites más que de Dios. En lo social, en relación con el prójimo, hay los calumniadores, traidores, implacables, crueles, aborrecedores de lo bueno. En lo doméstico, en relación con el hogar, hay los que son desobedientes a los padres. En lo religioso, en relación con Dios, se encuentra una forma de piedad pero una negación de la doctrina sana. Todo esto conduce a la aceptación de la doctrina de demonios. No es sólo que los postreros días traen un rechazo de la verdad sino también incredulidad ante el programa profético de Dios. [69] Estos tiempos se caracterizan por la noche más oscura del materialismo [70] y el triunfo momentáneo del Anticristo. [71]

Hay un movimiento antigobierno. Nuestro Señor describe el desorden y la inquietud de la humanidad como el bramido del mar y de las olas. Abierto el sexto sello, «todo monte y toda isla se removió de su lugar”. [72] Es decir, será quitada toda estabilidad gubernamental hasta que llegue el gran dictador que despachará en la energía de Satanás.

 

[69] En los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento?
2 Pedro 3.3 [70] Habéis acumulado tesoros para los días postreros. Santiago 5.3 [71] 2 Tesalonicenses 2 [72] Apocalipsis 6.14

La señal judaica

Hemos mencionado que el pueblo judío está representado por tres árboles. La viña representa su pasado, [73] el olivo su presente [74] y la higuera su restauración futura. [75]

Cual viña, esa nación ha debido alegrar a Dios y a los hombres. [76] Si hubiese guardado la primera parte de la ley, hubiese agradado a Dios, y si hubiese guardado la segunda, hubiese alegrado al prójimo. Pero, tristemente, dio uvas silvestres. Cual olivo, ese pueblo ha debido derramar sobre la tierra la luz del conocimiento de Jehová. Por no hacerlo, fue rechazado de Dios. Cual higuera, Israel ha debido endulzar al mundo con su piedad, pero la triste realidad es que no fue así. [77] Sin embargo, Israel sí cumplió en preservar la Palabra de Dios y fue el canal por el cual Cristo vino al mundo.

 

[73] Salmo 80 [74] Romanos 11 [75] Mateo 24 [76] La vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles? Jueces 9.13 [77] Respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles?

Restauración a la postre

Se restaurará el testimonio de Israel, y se realizará su misión de alegrar a Dios y al hombre. La nación está destinada a bañar al mundo milenario en el conocimiento de Jehová [78] y endulzarlo por medio de su piedad y servicio. Las Escrituras confirman que hay un gran porvenir para la nación judaica [79] y uno puede explicar su milagrosa preservación sólo a la luz de su restauración.

Nuestro Señor señala aquella restauración como un indicio significante del tiempo del fin. «De la higuera aprended la parábola”, dice. [80] Desde el día en que Israel brote las primeras hojas (Posiblemente lo hizo en 1948, cuando se constituyó el estado político de Israel). Hasta que se cumplan todas estas señales, sería sólo una generación: «No pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”.

Indudablemente estamos viviendo en los días más excitantes de nuestra dispensación. Es verdad que las dos terceras partes de aquella nación perecerán en sus pecados, [81] pero Dios guardará la otra tercera parte, [82] hasta que miren a Aquel a quien traspasaron. [83] El aceite y el vino no sufrirán daño cuando los juicios de Dios arrasen la tierra. [84] Al ver descender de los cielos su Mesías, una vez rechazado, ellos se doblarán en arrepentimiento, y una nación nacerá de repente y empezará a realizar el propósito por el cual ella fue llamada de Dios. [85]

Una vez establecido el reino del Hijo del Hombre, Israel será como el rocío entre las naciones, evangelizando y conduciendo a Cristo. [86] Al final del milenio ella será como cabeza de león que arrastrará al juicio a todos los que habrán rechazado a Cristo. [87]

 

[78] Zacarías 4 [79] Ezequiel 37 Oseas 6.1 al 3 Romanos 11 [80] Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a la puerta. Mateo 24 [81] Acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera parte quedará en ella. Y meteré en fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Zacarías 13.8,9 [82] Apocalipsis 7 y 12
[83] Derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron. Zacarías 12.10 [84] Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. Apocalipsis 6.6 [85] ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sión estuvo de parto, dio a luz sus hijos. Isaías 66.8 [86] Pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones … a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Isaías 66.19. [87] El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres. Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro de león entre las manadas de las ovejas, el cual si se pasare, y hollare, no hay quien escape. Miqueas 5.7 al 8

Cuatro vigilias

«Guarda, ¿qué de la noche?» O sea, ¿qué hora es?

Los judíos dividían su noche en cuatro turnos: de las 6:00 hasta las 9:00, de 9:00 hasta la medianoche, hasta las 3:00, y hasta las 6:00 de la mañana. Nuestro Señor especifica estos turnos y los emplea para ilustrar las cuatro divisiones de nuestra dispensación: el anochecer, la medianoche, el canto del gallo y la mañana. [88]

La primera guardia describe la época apostólica. Fue el anochecer, y nuestra dispensación comenzó con la noche. El sol se había puesto detrás del Calvario. Mientras estaba en el mundo, nuestro Señor dijo que era la luz del mundo. Todo símbolo de la Iglesia nos hace recordar la noche: se nos compara a las estrellas que brillan en la noche y a candelabros; la cena del Señor es una fiesta nocturna. Los hombres están rechazando la Luz del mundo.

La segunda guardia se llama la medianoche, y es descriptiva de la Edad Media, llamada también el Oscurantismo, cuando la superstición desplazó la verdad de Dios y el rito ocupó el lugar de la santidad. En aquellos siglos muchas estrellas solitarias brillaban en el cielo oscuro de un mundo que estaba sumergido en tinieblas espirituales. No pocos creyentes pagaron con sangre su fidelidad al Señor. ¿Hasta cuándo? fue el clamor de los verdaderos discípulos. Pero el segundo turno pasó y el Señor no vino.

La tercera guardia, «el canto del gallo”, hace recordar la reforma. Cien años antes de Martín Lutero había un hombre llamado Wycliffe, quien tradujo la Palabra de Dios al lenguaje del pueblo; sus seguidores, los lollardes, proclamaron la verdad en las islas británicas, por ejemplo. Luego la voz de Lutero resonó en todo Alemania, la de Zwingli en Suiza, la de Calvino en Francia y la de John Knox en Escocia. La densidad de la medianoche fue penetrada por la luz del evangelio glorioso del Hijo de Dios. En nuestros tiempos, tres turnos se han cumplido y hemos entrado en el último, que es «la mañana”.

«A la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar”. [89] ¿Nuestro Señor estaba insinuando que su venida para nosotros acontecería durante el cuarto turno? La hora más densa de la noche es la que precede al amanecer; es la estrella de la mañana que avisa que la noche termina. El sol está por brillar: Cristo, la Estrella resplandeciente de la mañana, está por venir para llevar consigo a los suyos. Cual Sol de justicia, vendrá luego con ellos, y en sus alas traerá salvación. [90] Las glorias de su reino benévolo se harán conocer en todos los rincones de la tierra.

 

[88] Marcos 13.32 al 37 [89] Mateo 14.25 [90] Malaquías 4.2

Los milenios

Otro ha señalado que en la historia del mundo algún acontecimiento sobresaliente ha acaecido cada mil años.

Al cabo de los primeros mil años Enoc fue trasladado sin gustar la muerte. Su voz profética había sido oída, instando al pueblo al arrepentimiento, pero él fue rechazado. Y, de repente, «Desapareció, porque le llevó Dios”. Mil años después, el Dios de la gloria llamó a Abraham en una aparición misteriosa en Babilonia. Le hizo progenitor de una nación nueva, la cual preservaría la Palabra de Dios sobre la tierra y sería el canal por el cual nacería el Redentor.

Al cabo del tercer lapso de mil años aquella nación alcanzó el zenit de su gloria bajo el reinado de Salomón. Entró entonces en su senda descendiente a la apostasía. El cuarto milenio terminó con la perpetración del crimen más horrendo de la historia humana: la crucifixión del Señor de Vida y Gloria. Fue al final del quinto lapso que aconteció la gran ruptura en la cristiandad que sorprendió al mundo.

Ahora nos acercamos al fin de otro período de mil años y la gente que reflexiona se pregunta qué hay por delante para nuestro mundo. Su historia ha sido de seis mil años de pecado y tristeza. ¿El séptimo lapso será un sábado milenario de reposo?

Joás, el rey joven de Israel, fue escondido por seis años en el templo mientras gobernaba la impía Atalía, [91] pero el séptimo año el rey rechazado fue sacado, el usurpador muerto y la paz restaurada. Nuestro Señor prometió a sus discípulos que verían al Hijo del Hombre viniendo en su reino. Seis días después, los llevó al monte santo donde vieron el reino en miniatura. ¿Nosotros veremos la gloria de su reino al final de seis mil años en los cuales el hombre ha sido enseñado la amargura del pecado?

Habiendo descrito la condición esparcida de Israel después de la crucifixión, Oseas anunció por visión profética: «Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él”. [92] El Buen Samaritano levantó al hombre que había caído en manos de ladrones; vendó sus heridas, echándoles aceite y vino. Hecho esto, lo llevó al mesón y dio al mesonero dos monedas para que el hombre fuese atendido hasta el regreso de su benefactor. El relato es un cuadro hermoso del Señor Jesús, el rescate del ser humano caído, el cuidado del Espíritu Santo y la consolación de la comunión cristiana. Pero dos denarios romanos era el jornal de un obrero por dos días de labor. ¿Nuestro Señor estaba insinuando que la Iglesia será llevada a su hogar al cabo de dos mil años bajo el cuidado del Espíritu Santo?

 

[91] 2 Reyes 11 [92] Oseas 6.2

 

VI — La perspectiva de la venida

Los postreros días

La revelación de Jesucristo traerá para el pueblo de Dios glorias que deben ser un gran incentivo para nosotros. El mundo se está modelando en respuesta a la palabra profética. Se están configurando las confederaciones conforme al plan. Israel será reestablecido en la tierra de Palestina. Las masas de la humanidad se encontrarán agitadas, «sus aguas arrojan cieno y lodo”.

La gran iglesia ecuménica está por formarse, cual «madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará. [93] La violencia y la corrupción cazarán a la humanidad al acecho, como en los días de Noé. El tráfico en drogas caracterizará el fin de la temporada; el vocablo hechicerías [94] viene de la misma raíz griega que nuestra palabra droguería.

Pero tengamos ánimo. La promesa de su venida está en cada capítulo de las
[96] es santificación para el creyente atribulado; [97] es consuelo para el corazón solitario cartas a los tesalonicenses. Es inspiración para el creyente nuevo [95] y para el siervo cansado;; [98] es entusiasmo para el guerrero. [99]

 

[93] Daniel 12.4 [94] Apocalipsis 17 y 18 [95] Os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo.
1 Tesalonicenses 1.9,10 [96] ¿Cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No los sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? 1 Tesalonicenses 2.19 [97] Que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad … en la venida de nuestro Señor. 1 Tesalonicenses 2.19 [98] 1 Tesalonicenses 4.13 al 18 [99] 1 Tesalonicenses 5.6 al 10

Siete garantías

Las glorias que esperan al pueblo de Dios se describen en las siete promesas dadas a los vencedores en Apocalipsis capítulos 2 y 3. Estos vencedores son los creyentes legítimos entre las masas de profesantes, y han vencido en sentido judicial: «Han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos”. Estas promesas proporcionan los siete pasos progresivos en la perspectiva de los creyentes, comenzando a la hora de la muerte y siguiendo hasta el gran estado eterno.

La primera promesa describe el estado intermedio entre muerte y resurrección: «Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”.
El Señor había dicho a otro: «Hoy estarás conmigo en el paraíso”. [1]

La segunda promesa conduce a la resurrección: «El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. Él diría también: Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos”. [2]

La tercera promesa se enfoca sobre el tribunal de Cristo: «Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca …” [3] El «Bien hecho» de nuestro Señor será galardón abundante por todo el reproche que los suyos hayan llevado por su nombre.

La cuarta promesa alcanza al milenio cuando viviremos y reinaremos con Él por mil años: «Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”. [4]

La quinta se relaciona con el fin de este período y la gran sublevación que habrá, cuando multitudes serán borrados del Libro de la Vida: «El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida”. [5]

La sexta en esta serie conduce hasta el fin de todo juicio y la gloria de la Nueva Jerusalén. «Le haré columna en el templo de mi Dios … y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén”. [6]

Y, la última promesa es que en el estado eterno no habrá más pecado: «Le haré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. [6]

 

[1] Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. Apocalipsis 2.7 De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Lucas 23.43  [2] Apocalipsis 2.11, 20.6 [3] Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca … Apocalipsis 2.17 [4] Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones. Apocalipsis 2.26 [5] El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida. Apocalipsis 3.5 [6] Le haré columna en el templo de mi Dios … y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén. Apocalipsis 3.12,21

«Ven, Señor Jesús»

En el último libro de nuestra Biblia nuestro Señor afirma cuatro veces: «Vengo pronto”.
Lo dice primeramente al soldado cristiano: «He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”. [7] Se refiere a la corona del nazareo que uno puede perder en el conflicto. Tengamos presente el significado de la sangre y el aceite sobre el dedo de la mano y el dedo del pie en la consagración del sacerdote. Un dedo fue tocado para que echemos mano a la fe y el otro para que nos paremos firmemente sobre la misma. Esto lo podemos hacer por la gracia del Señor en la lucha entre el error y la verdad.

Es al discípulo que se dirige en segunda instancia: «¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”. [8] Este libro debe ser nuestro consejero; quien anda en la atmósfera suya y con arreglo a los conceptos suyos, será uno de los sabios y resplandecerá como las estrellas a perpetua eternidad, enseñando la justicia a la multitud. [9]

La tercera promesa es para el siervo. «He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. [10] Se trata del tribunal de Cristo donde se valorará equitativamente todo nuestro servicio.

Cuarto, hay la promesa a la Esposa: «El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente, vengo en breve”. [11] Estamos leyendo en el capítulo de las cosas postreras en relación con el tiempo: · la última invitación, 22.17 · la última advertencia, 22.18,19 · la última promesa, 22.20 · la última bendición, 22.21

De manera que se otorga gracia al pueblo de Dios para cada prueba, cada deber, cada mandamiento y cada tentación. «La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén”.

 

[7] Apocalipsis 3.11 [8] Apocalipsis 22.7 [9] Daniel 12.3 [10] Apocalipsis 22.12 [11] Apocalipsis 22.20

 

 

 

Comparte este artículo: