Sóstenes (#456)

Sóstenes

Héctor Alves

 

 

Si el Sóstenes mencionado en las primeras palabras de la Primera Epístola de Pablo a los Corintios es el mismo hombre que era el principal de la sinagoga en Corinto cuando Pablo primero predicó en la ciudad, entonces es sin duda un personaje que amerita nuestra atención. La mayoría de los comentaristas opinan que sí, es decir que el Sóstenes de Hechos 18.7 es el de 1 Corintios 1.1. No podemos probarlo pero vamos a proceder con base en este criterio.

Un escritor opina: «Si el Sóstenes mencionado al inicio de 1 Co-rintios es el mismo, entonces su experiencia le arrojó gran beneficio. Pablo le denomina un hermano. Creemos que es uno y el mismo, porque la gracia de Dios se deleita en recoger a personas como esta y mostrar qué puede hacer con ellas». Y otro: «La mención de Sóstenes como partícipe con Pablo en la redacción de la carta trae a la mente Hechos 18.12 al 27. Cuando Pablo estaba en Corinto, este señor fue nombrado el principal de la sinagoga. Los griegos aprehendieron al evangelista. El nombre Sóstenes era común en aquella época pero bien puede ser que este llegó a ser salvo y por ende un hermano en Cristo».

 

Cuando Pablo llegó a aquella ciudad él comenzó su obra en la sinagoga «todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos». Luego Silas y Timoteo se juntaron con él, y él se entregó por entero a la predicación. Su interés principal era la conversión de los judíos, y el resultado fue persecución y blasfemia. Hizo algo muy llamativo; entró en casa de un tal Justo, al lado de la sinagoga, siendo este uno temeroso de Dios. Su nombre romano le identifica como gentil.

Fue un paso audaz de parte de Pablo, tanto al predicar al lado de la sinagoga como hacerlo en casa de un no judío. Dios honró maravillosamente esta iniciativa; leemos en seguida que Crispo, principal de la sinagoga, creyó con todos los suyos. Adicionalmente, «muchos de los corintos, oyendo, creían y eran bautizados». Esto trajo una renovada persecución y a lo mejor fue lo que Pablo tenía en mente al escribir años más tarde: «Estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor», 1 Corintios 2.3.

 

Una vez convertido Crispo, Sóstenes fue puesto al frente de la sinagoga. Cuando el jefe civil Galión no quiso hacer caso de las acusaciones contra el evangelio, algunos opositores procedieron por su propia cuenta y echaron manos a Sóstenes. Lo golpearon delante del tribunal, sin duda en frustración porque ni Galión ni Sóstenes estaba haciendo lo que querían. El sentido de sóstenes es «salvador fuerte», pero no lo fue para ellos.

Se ve que aquella arremetida resultó para bien. Hechos 18 menciona la conversión de Crispo pero pasa por alto la de su sucesor Sóstenes. Pero en la Primera Epístola él es, sin entendemos bien, «el hermano Sóstenes». Pablo está escribiendo de Éfeso y éste le acompaña. Sería bien conocido en Corinto y su conversión sería notoria. Quizás por esta razón Pablo le nombra a él en vez de Silas o Timoteo. En todo esto nos llama la atención qué puede hacer la gracia de Dios con el pobre hombre.

Comparte este artículo: