La teoría de la brecha | Los estratos (#877)

                                               

 La teoría de la brecha

Creación material y espiritual

Los estratos

 

La   teoría   de  la  brecha

 

Comentarios del traductor

 

Grosso modo, creyentes sanos en la fe comparten tres criterios acerca de cuándo tuvieron lugar los eventos narrados en Génesis capítulo 1.

Hay la teoría del día / edad. Esta interpretación es que se usa el término día figuradamente y que cada día en el capítulo representa un largo período de tiempo. Al igual que otras explicaciones que no mencionamos aquí, se intenta identificar cada día con una o varias edades geológicas.

Hay la teoría de la brecha, que propone que hubo un largo lapso de tiempo entre la creación original, perfecta, y los eventos de Génesis 1.2 al 31, cuando Dios reconstruyó un mundo que había sido embestido por el pecado. Algunos hablan de “la creación y la reconstrucción”. Esta interpretación es la que prevalecía en, por lo menos, el siglo 19 y la primera mitad del siglo 20. Como observa nuestro autor, es la manera en que muchos entienden el capítulo hasta el presente. Posiblemente fueron los descubrimientos geológicos, además de cambios en la interpretación de ciertos pasajes bíblicos, que restaron credibilidad a este criterio acerca de la oportunidad de la creación. No es un componente esencial, ni mayoritario, de la teoría de la brecha que había una raza de humanos antes de la de Adán.

Hay la teoría de una tierra joven y es la que predomina actualmente. Según esta interpretación, todos los eventos en Génesis 1 tuvieron lugar en siete días literales aproximadamente seis mil años atrás. Desde luego, el diluvio de Génesis capítulos 6 al 8 es un elemento clave en la defensa de esta interpretación (y otras), ya que los efectos de aquel cataclismo trastornan muchos de los supuestos y cálculos de los geólogos y los arqueólogos que hablan de millones y millones de años. Una gran parte de sus cálculos se basa en la datación mediante el método del carbono 14, un procedimiento útil para estimar la edad de objetos de origen comparativamente reciente pero desacreditado para estimar largos siglos y milenios.

El escrito que sigue no intenta explicar la teoría de una tierra joven, sino intenta refutar la de la brecha.

 

 

 

 

 

 

Una  crítica

David Vallance

Truth & Tidings, febreo 1998

El origen de la teoría

Thomas Chalmers de la Universidad de Edinburgo propuso la interpretación de una brecha en 1814. Al insertar un lapso de tiempo entre los versículos 1 y 2 de Génesis 1, él sentía que podía dar cabida a las extensas edades exigidas por los geológicos de su tiempo y a la vez ser fiel a una interpretación literal de las Escrituras. Este criterio, conocido ahora como la teoría de la brecha, afirma que 1.2 et seq describen una recreación y no la creación original.

George Pember dirigió mucha atención a la teoría, con cierto adorno, en su libro Earth´s earliest ages (“Las primeras edades de la tierra”) publicado en su primera edición en 1876. Pember creía que el 1.1 describe una creación original que incluía una raza de hombres pre adánicos y un mundo de animales prehistóricos. Él enseñó que Dios destruyó esa creación primigenia cuando cayó Lucero.

Una nota al pie de página en la primera edición en inglés de la Biblia anotada por Scofield [la que circula hoy día en español] dio enorme popularidad a la teoría de la brecha en el mundo de habla inglesa.

Es solamente justo añadir que muchos maestros espirituales y capacitados entre nosotros se identifican con esta teoría.

La teoría a la luz de las Escrituras

Si comparamos Escritura con Escritura (1 Corintios 2.13), encontramos varios pasajes que hacen insostenible la teoría de la brecha. Primeramente, Éxodo 20.11 ubica la creación de todo lo que hizo Dios dentro de seis días literales: “En seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay”. Esto no permite una brecha, y requiere una creación reciente. Éxodo 31.17 dice lo mismo y Nehemías 9.6 asocia la creación de los cielos y la tierra (Génesis 1.1) con los días que siguen en Génesis 1.

También, Romanos 5.12 declara: “El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y 1 Corintios 15.21 afirma que “la muerte entró por un hombre”.
Y, Romanos 8.20 al 22 revela que los gemidos de la creación son una consecuencia del pecado de Adán. Pero  la muerte es un prerrequisito para hacerse un fósil. Si se asignan los fósiles al período de la brecha, entonces la muerte ha debido prevalecer sobre la tierra antes de entrar en el mundo. ¿Entonces cómo ha podido Dios pronunciar que todo lo que había hecho “era bueno en gran manera”? (Génesis 1.31) La evaluación divina de la creación al final del sexto día tiene que significar que Satanás no había caído todavía, que la muerte no había tenido lugar y que la tierra era tal cual Él había propuesto.

Desordenada y vacía

Algunos entienden Génesis 1.2 en el sentido que “la tierra llegó a ser desordenada y vacía”, pero la palabra hebrea se traduce correctamente era y no llegó a ser. La gramática del pasaje apoya esto tajantemente. La cláusula “la tierra estaba desordenada y vacía” es una cláusula subordinada que se llama circunstancial. Ella modifica el versículo 1, la cláusula principal. Así el versículo 1 declara lo que Dios hizo y el versículo siguiente agrega información al respecto; a saber, algunas circunstancias que tuvieron lugar en la misma ocasión que la declaración principal.

Entendemos de esto que Dios hizo el cielo y la tierra en el principio, y cuando lo hizo
(1) la tierra estaba aún sin forma y vacía; (2) las tinieblas estaban sobre la faz del abismo;
(3) el Espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.

Gramaticalmente, entonces, no puede haber discontinuidad entre estos versículos. Tiene que ser que el versículo 2 describe la tierra como fue creada originalmente, y no como llegó a ser en alguna ocasión posterior.

La tierra hecha y compuesta

En la edición en inglés de la Biblia anotada por Scofield que está en uso actualmente, los editores de las anotaciones quitaron la nota sobre la teoría de la brecha de donde estaba en el edición original [que es la que traducida al español] trasladándola de Génesis 1.2 a Isaías 45.18, por cuanto este versículo parece ofrecer una prueba más fuerte que cualquier otro para la teoría en referencia.

Isaías 45.18 afirma que Dios no creó la tierra en vano, tohu [Biblia de las Américas: “no lo hizo un lugar desolado”], mientras que Génesis 1.2 dice que la tierra sí estaba desolada, tohu. Esto hace pensar que la tierra perdió orden en alguna ocasión posterior a su creación.

Pero para entender Isaías 45.18 tenemos que entender el versículo en su contexto. La última frase lo explica. Isaías está hablando del diseño de Dios en la creación. No hizo al mundo para ser un lugar vacío, sino para ser habitada. Nunca fue su propósito tener un mundo desolado, de manera que la llenó de habitantes.

En Génesis 1.2, entonces, el estado desordenado y vacío de la tierra en el primer día de la creación fue simplemente el comienzo, no la meta, de la creación. Durante los días siguientes, Dios completó progresivamente la forma de la tierra y la llenó de criaturas. Finalizado el sexto día, no estaba vacía, en vano, tolu. Él  había logrado lo que había propuesto, y descansó el séptimo día.

Adicionalmente, el contexto de Isaías 45.18 muestra por qué el profeta discurre aquí sobre esta verdad. Lo que Dios emprende, Él termina. Véanse 55.11 (“mi palabra no volverá a mí vacía””) y 66.9 (“yo que hago, … ¿no haré nacer”?) La salvación de Israel está garantizada porque (según 45.17) es eterna. Fue planeada “desde la fundación de la tierra” y por ende tiene que suceder, las apariencias no obstante. Así como Dios llevó a cabo su propósito de crear en seis días, Él ejecutará en tiempo oportuno su propósito de salvar a Israel.

 

 

 

Creación material y espiritual

 

Alfred P. Gibbs, 1890 – 1967

Through the Scriptures with the Sunday School

 

Estos apuntes para maestros son un excelente ejemplo de cómo el concepto de una brecha, contradicha en el artículo anterior, sí guarda simetría con el trato de Dios con el que crea.

 

Génesis capítulo 1 puede ser resumido en tres palabras: creación, v. 1; degeneración, v. 2; y recreación, vv 3 a 31. O, si quiere, construcción, v. 1; destrucción, v. 2; y reconstrucción, vs 3 a 31. En el esquema que sigue empleamos tres encabezamientos similares: la creación original, el caos y la conversión. Nos interesa trazar un paralelo entre la historia de la creación material de los cielos y la tierra por un lado y la caída del ser humano y la salvación en Cristo Jesús por otro lado.

Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas, 2 Corintios 5.17.

La creación original, v. 1

1   La ocasión, en el principio, 1.1. Compárese Juan 1.1 a 3, Proverbios 8.

2   La persona, Dios, en el plural en hebreo, tratándose del Dios Trino. Compárese Colosenses 1.16 a 18.

3   El hecho, creó, o en hebreo bara, hacer de la nada. Tres veces Génesis 1 señala la introducción de grandes esferas: de la materia, v. 1; de los animales, v. 21; y de lo espiritual, v. 27

El caos, v. 2

La tierra no fue creada en una condición caótica sino llegó a estar desordenada y vacía, posible, pero no necesariamente, en la ocasión de la caída de Satanás, Isaías 14. 12 a 17. “No la creó Dios en vano, para que fuese habitada la creó”, Isaías 45.18. Pero la prístina creación material cayó en una condición comparable con la condición espiritual del inconverso hoy por hoy.

1   Sin forma, sin definición. Compárese con Job 14.4, Eclesiastés 9.3, Romanos 8.5 a 8, Filipenses 2.21, Isaías 57.20.

2   Vacía. Compárese con la vida sin Cristo. Salmo 94.11, Eclesiastés 1.13, 2.11, Hechos 2.23, Gálatas 6.7,8, Jeremías 2.13

3   Oscura. Compárese con Efesios 6.12, Juan 1.5, 3.19,20, Colosenses 1.13, Hechos 26.18, 2 Corintios 4.3,4

La conversión, vv 3 a 31

Las etapas de la restauración material son una ilustración de las etapas de una vida nueva, o la         regeneración, Juan 3.3.

Caos, v. 2. Compárese con Salmo 14.2,3, Isaías 57.20, 53.6, Juan 3.18,20, Romanos 3.10 a 19

La actuación del Espíritu, v. 2. Compárese con la convicción, Juan 16. 8 a 11, Hechos 2.17,37

Luz, v. 3. Compárese con Juan 8.12, 2 Corintios 4.6, Efesios 5.8, 1 Pedro 2.9, Salmo 119.130

División, vv 4 a 7. Compárese con Juan 3.36, 7.43, 10.19, 2 Corintios 6. 14 a 18, Levítico 11.44 a 47

Desarrollo, vv 11,12. Compárese con 1 Pedro 2.1,2, 2 Pedro 3.18, Efesios 4.15,  2 Tesalonicenses 1.3

Fruto, v. 12. Compárese con Juan 15.1 a 8, Hebreos 13.15, Romanos 6.22, 1.13, Filipenses 4.17

Dominio, v. 26. Compárese con Salmo 8.3,4, Colosenses 1.17,18, Apocalipsis 5.9 a 14

Imagen de Dios, v. 26. Compárese con Colosenses 3.10, 1 Juan 3.1 a 3

Bendición, v. 28. Compárese con Efesios 1.3, Salmo 32.1, 1.1,2

10  Reposo, 2.2. Compárese con Hebreos 4.1 a 3

 

 

 

 

 

Los estratos

Gordon Williams

 

Un observador parado al borde del Gran Canyón puede ver unos 2300 metros de capas de roca, pero es apenas un vistazo de toda la Columna Geológica. No hay ninguna parte donde se puede ver toda la columna de rocas sedimentarias, pero debajo del Golfo de México hay capas de roca de veintidós kilómetros de grosor. Las herramientas geofísicas y la perforación a grandes profundidades han dado a los científicos mucha información acerca de estas rocas.

Es un principio de la geología que la historia de la tierra puede ser leída en las capas de estas columnas de rocas. En este caso, se lee el libro desde atrás adelante, porque las capas más profundas son las primeras escritas y cada capa sucesiva es depositada posteriormente. Ocurren excepciones cuando los flujos de lava, o “fallas empujadas”, insertan páginas en una secuencia indebida. Muchas veces se encuentran en estas capas sedimentarias fósiles, huellas en la piedra o plantas de criaturas que vivían una vez cuando los sedimentos fueron depositados. Los sedimentos, productos de la erosión, están depositados en los lagos y los océanos y se endurecen bajo la presión y el calor de la tierra que se impone sobre ellos. Ni los sedimentos ni los fósiles revelan su edad absoluta, pero su posición en relación el uno con el otro sí indica su edad comparativa. La edad absoluta se conoce solamente por medición radioactiva, la cual se basa en varios supuestos cuestionables.

Se conoce como el uniformitarismo el concepto de depósitos de sedimentos formados lentamente a lo largo de vastos períodos de tiempo, y éste se caracteriza por el adagio que “el presente es la clave al pasado”. William (“Estrato”) Smith (1769-1839) observó diferencias en fósiles en las diversas capas verticales y estableció una correlación sobre largas distancias laterales. Esto se conoce como el principio de la sucesión faunal. Este “libro” de la tierra es leído generalmente como historia, pero mejor podría ser clasificado como un misterio, porque hay muchísimas dificultades no entendidas todavía.

Es esencial a la teoría de la evolución una tierra antigua sujetada a cambio lento, como afirmaba Charles Darwin en 1859. La teoría de Darwin se fundamenta sobre dos principios clave: (a) todas las criaturas cuentan con características heredadas, y (b) la diversidad se debe a factores naturales, especialmente el aislamiento. El razonamiento es que toda vida, como la conocemos, emana de una sola fuente en el pasado lejano y cambios tuvieron lugar con el correr del tiempo. El registro fósil de una tierra muy vieja debería proporcionar evidencia para probar esta teoría.

En este artículo examinaremos tres áreas problemáticas para el evolucionista:

No hay evidencia de cómo comenzó la vida.

No hay evidencia de cómo las especies cambian.

El registro geológico muestra catástrofe global en vez de la uniformidad
que la evolución requiere.

 

¿Cómo comenzó la vida?

Darwin y la selección natural no pueden responder a esta pregunta, pero los evolucionistas sugieren tres posibilidades. La revista Time (febrero 1996) declaró: “La vida es un hecho insólito, un montón a uno, una concatenación accidental de moléculas, una chiripa estadística”.

El mar primordial   La creencia tradicional es que de alguna manera (una frase que se encuentra a menudo en los escritos evolucionarios), en la aguas tibias a la superficie de una tierra antigua, los elementos esenciales se juntaron para formar ácidos aminos, los ladrillos que constituyen las proteínas de la vida. En 1953 algunos científicos intentaron reproducir esto con una mezcla de hidrógeno, metano, amonio, agua vaporizada y electricidad. Una década más tarde otros se dieron cuenta de que una tierra antigua no contaba con el hidrógeno necesario y por esto buscaron en otras partes para esta “chiripa estadística”.

Conductos hidrotermales    En los 1970 los científicos encontraron conductos, o tiros, hidrotermales en la forma de géiseres de agua caliente en el fondo del mar. Estos sitios son ricos en bacteria, con gusanos, almejas y camarones gigantescos. Se promueven estos hallazgos como evidencia de que la vida haya podido comenzar en la profundidad del mar, cerca de estos conductos calientes, y no en la superficie tibia.

La teoría de la evolución está evolucionando para acomodarse a evidencia nueva. Lo que se encontrado es simplemente otra biosfera. Las junglas del África, las praderas de América, los mares del Ártico y Antártico todos tienen sus especies propias, pero ninguna de ellas muestra cómo comenzó la vida.

Los conductos hidrotermales están ubicados cerca de las fracturas en las placas de la corteza terrestre, junto a los filos oceánicos. Figuran demasiado tarde en la historia geológica para dar inicio a la evolución. Además, la presencia de gusanos, almejas y camarones hace ver que estas criaturas se desplazaron de otra parte, salvo que ha sucedido repetidas veces ese montón-en-uno.

Espacio   Algunos científicos evolucionistas asumen una postura enteramente diferente. Dr. Frances Crick, uno de los descubridores de la molécula ADN, es uno entre varios que sugieren que la vida no ha podido comenzar en la tierra sino ha debido venir de algún lugar en el espacio. Un factor principal en la exploración espacial del Marte y Venus es la esperanza de encontrar alguna evidencia de que hay vida en ellos. Una evidencia de vida bacteria en el sistema solar permitiría a los evolucionistas remontar al supuesto pasado del universo la cuestión del origen de la vida.

¿Qué dio lugar a la variedad de especies?

Si la evolución fuera cierta, billones y billones de formas intermedias deberían señalar el cambio de una especie a otra. Esto siempre ha sido un gran problema para los evolucionistas. Los libros de texto de los últimos 150 años incluyen muchos errores garrafales acerca de haber encontrado “el vínculo que faltaba”. El Hombre Piltdown, el Hombre Nebraska, el Hombre Java son tres de los que resultaron ser falsos.

Los dibujos y los cuadros secuénciales se basan en la imaginación, no en la evidencia. El registro fósil debería ofrecer “múltiples de billones” de vínculos para mostrar el cambio de una especie a otra. Si sobreviven “los más adaptados”, ¿dónde está la evidencia de la multitud de mal adaptados que no sobrevivieron? Si el cambio de especie es por mutación, entonces por cada especie exitosa hubo multitudes que fracasaron. ¿Dónde están?

La Explosión Cambriana, o el Big Bang de la biología, está a lo más profundo de las rocas sedimentarias. Con una velocidad excesiva para la evolución, aparecieron los fósiles de las criaturas marítimas con “garras, mandíbulas, dientes y tenáculos”. En capas de menor profundidad aparecieron criaturas terrestres, anfibias, reptiles y mamíferas, con evidencia de humanos en lo más arriba. El cambio no es paulatino sino repentino, emergiendo a niveles específicos. Darwin mismo observó que el registro fósil no tiene una progresión ordenada.

Dios creó a cada una “según su especie” con el potencial para una diversidad genética dentro de la respectiva especie. El registro de los fósiles no muestra evidencia de cambio de “especie”.

Uniformidad de catástrofe

Antes de los 1800 se consideraba una evidencia de un diluvio global la presencia de fósiles, especialmente los marítimos en altas sierras montañosas. Por 150 años los conceptos de lentos procesos graduales dominaba el pensamiento geológico, pero ya para 1950 la evidencia de catástrofes globales estaba de boga de nuevo. Hoy por hoy el registro geológico da evidencia de cinco extinciones globales de vida de mayores proporciones, y el número va en aumento. La más conocida es la quinta, la destrucción de los dinosaurios.

En los 1970 surgió dentro del campo evolucionista la teoría de “el equilibrio puntuado”. La idea básica es que el progreso lento de la historia del universo había sido interrumpido por eventos catastróficos mayores y como consecuencia, de alguna manera, prosperan las formas mutantes de vida mientras que la mayoría son eliminadas. De nuevo la teoría evolucionista está cambiando, esta vez en la esperanza de explicar la falta de fósiles transicionales en la historia, pero con todo no hay evidencia de cómo cambia una especie.

Por regla general se hace caso omiso en la literatura geológica de un acontecimiento todavía más arriba en las capas de las rocas. Es el desastre de la gran Edad Pleistocena (la edad del hielo). En una sola catástrofe, que mejor se explica en términos de un diluvio masivo, fueron sepultados juntos “los huesos de  ballenas, tiburones, cocodrilos, matutes, elefantes, rinocerontes, hipos, tigres, venados caballos y varias especies de la familia bovina, además de muchos otros”.

La teoría de “la tierra joven-geología de diluvio”, conocida a la mayoría de los lectores, pondría todos estos desastres en un mismo evento destructor, el diluvio de los tiempos de Noé.

La evolución no tiene una respuesta a las preguntas acerca del origen de la vida ni cómo se desarrollan especies nuevas, pero sí muestra que las criaturas vuelven a la tierra. La Biblia, en cambio, muestra dónde se originó la vida, que las especies no cambian, y – aun cuando el cuerpo físico vuelve al polvo —  “el espíritu vuelve a Dios que los dio”.

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