La Iglesia universal en el plan divino | La Iglesia no es Israel ni es el reino (#821)

La iglesia universal en el plan divino

Clave para la carta gráfica, documento 820

David R. Alves   Puerto Vallarta, México  2007

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La iglesia universal en el plan divino (David R. Alves)

 

El esquema de esta carta muestra verticalmente la esfera celestial, la terrenal y la infernal. Horizontalmente se muestran algunos de los eventos, o períodos, más significativos en el plan de Dios, desde la cruz hasta la eternidad.

 

Del lado izquierdo se representa la crucifixión del Señor Jesucristo. Después de su muerte vicaria (en lugar de otros) fue sepultado, y resucitó corporalmente al tercer día. Cuarenta días después sucedió su ascensión al cielo y se sentó a la diestra de Dios (Marcos 16:20). Unos días después se cumplió el día de pentecostés  (Hechos 2) cuando descendió el Espíritu Santo a la tierra. Antes de irse, Cristo había prometido a los suyos que vendría otra vez para llevarse a los creyentes al cielo. A ese evento se le llama el rapto (o el arrebatamiento). Poco tiempo después del rapto empezará la tribulación que durará siete años. Al terminar la tribulación sucederá la venida en gloria del Señor Jesucristo para establecer un reinado de mil años. A estos diez “siglos de oro” es lo que llamamos el milenio y después amanecerá la eternidad.

 

Puntos rojos: Representan a personas que son verdaderamente salvas. En toda edad la salvación ha sido, y será, por pura gracia. El rojo habla del hecho de que todo creyente tiene aceptación ante Dios única y exclusivamente por la sangre de Cristo. En los propósitos de Dios, creyentes de la era de la iglesia universal gozan de un privilegio muy especial. “Iglesia universal” es un término bíblico y útil para hacer distinción de las iglesias locales, pero no está usada como tal en la Biblia.   Puntos negros: Representan a los incrédulos, los que no son salvos.

 

El código numérico:

1  Representa las almas de los salvos que vivieron en lo que llamaremos “tiempos antiguo-testamentarios” y murieron antes del día de Pentecostés (Abel, Abraham, Rut y Juan el Bautista, por ejemplo.) Están hoy en el cielo porque son salvos, pero no pertenecen a la iglesia universal.

2  Cristo, corporalmente en gloria, es la cabeza de la iglesia universal (Colosenses 1:18).

3  Representa a la iglesia universal que tuvo su comienzo el día de Pentecostés, formando el cuerpo invisible, o místico, de Cristo. Su construcción culminará cuando suceda el rapto.

3a  Son creyentes en la iglesia universal, pero no incorporadas en una asamblea., por ejemplo, al momento de su conversión.

3b Son creyentes verdaderos que están en la comunión de una iglesia local, o asamblea. Es importante notar que una asamblea local como tal no es parte de la iglesia universal. O sea, la iglesia universal no consiste en la suma de todas las iglesias locales, sino en individuos. El propósito de Dios es que todo miembro de la iglesia universal también sea parte de una iglesia local.

3c  Son creyentes verdaderos que se encuentran en la Cristiandad, un sistema religioso que Dios odia. El deseo del Señor es que el verdadero creyente no se identifique con ese sistema.

3d  Son creyentes verdaderos que ya partieron para estar con el Señor. Sus almas están en el cielo. El grueso de los creyentes en la iglesia universal están en el cielo ahora, no en la tierra.

4    Incrédulos que no son ni paganos ni miembros de la Cristiandad.

4a Por ejemplo, hijos de padres cristianos que asisten a las reuniones de una asamblea bíblica.

4b No debe ser, pero es posible que una persona inconversa entre a la comunión de una asamblea, sabiendo o no que no es salva Esto no significa que por estar en una iglesia local, uno sea miembro de la iglesia universal.

5  La Cristiandad es la conglomeración de todos los sistemas religiosos que profesan el nombre de Cristo. En su gran mayoría, se compone de falsos profesantes.

6    Los Paganos son aquellos que nunca han oído el evangelio.

7    Se representa aquí el destino inmediato y posterior de los que mueren sin la salvación.

7a  Almas de inconversos que en están en el Hades. Por ejemplo, Caín y el Iscariote, en espera de la resurrección de condenación.

7b  Inconversos, en cuerpo y alma, en la condenación eterna.

8    Estos representan a los creyentes del tiempo de la tribulación. Sin nunca antes haber oído el evangelio, Dios usará a 144.000 testigos judíos, entre otros, para evangelizarlos.

8a  Algunos creyentes sobrevivirán la tribulación.

8b  Aquí se representa a las almas de los mártires de la tribulación. Irán al cielo pero no serán parte de la iglesia universal.

9     En el milenio se van a convertir muchos de los que nacerán durante esos mil años.

10 Muchos de los que nacen durante el milenio no se convertirán a Dios y serán la materia prima de Satanás en su último intento contra Dios (Apocalipsis 20:8, 9).

11 Estos son los pobladores de la Nueva Tierra por la eternidad.

La  Iglesia  no  es  Israel  ni  es  el  reino

William MacDonald, traducido a solicitud de
www.plymouthbrethren.org

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La Iglesia universal es una sociedad peculiar, distinta de cualquier otra en el trato de Dios con la humanidad. Cristo es la Cabeza y todos los creyentes son sus miembros. En él se elimina toda distinción de raza, posición social y sexo; todos son uno en Cristo. La Iglesia comenzó en Pentecostés y se completará en el arrebatamiento. Se habla de ella como el cuerpo y la esposa de Cristo, y está destinada a reinar con Él en su reino y compartir su gloria eternamente.

Tres categorías

El Nuevo Testamento divide toda la humanidad en tres categorías. Por ejemplo, Pablo dice: “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios”, 1 Corintios 10.32. En Hechos 15.14.17 leemos de la Iglesia que “Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre”; y de Israel: “volveré y reedificaré el tabernáculo de David y de los gentiles”; y de la naciones: “… todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre”.

En Efesios 2.11 el apóstol Pablo se refiere a los judíos como “la llamada circuncisión hecha con mano” y a los gentiles como la “incircuncisión”, mientras que en Colosenses 2.11 él se refiere a la Iglesia como los “circuncidados con circuncisión no hecha a mano”.

Por lo general, los estudiantes de la Biblia no confunden los gentiles con Israel ni con la Iglesia. Esto no ha sido un problema, de manera que en lo que sigue nos ocuparemos de la distinción entre Israel y la Iglesia. Si no percibimos que son dos grupos y difieren entre sí, el efecto sobre nuestro estudio de la Biblia será apreciable, especialmente en el área de la verdad de la Iglesia y en la de la profecía.

Israel y la Iglesia

Con el fin de mostrar por qué el tema es importante, debemos mencionar que algunas personas enseñan que la Iglesia es meramente una extensión o subsidiaria de Israel. Dicen: “Dios ha contado con una Iglesia a todo lo largo de los siglos. Israel era la Iglesia en el Antiguo Testamento, pero cuando aquel pueblo rechazó al Mesías, Dios les descartó para siempre. No hay ningún futuro para Israel nacionalmente. La Iglesia novotestamentaria ha sido hecha el Israel de Dios, y todas las promesas pronunciadas para Israel como nación tienen ahora un cumplimiento espiritual en la Iglesia”.

Creemos que las Escrituras enseñan otra cosa; a saber, que Israel y la Iglesia difieren en origen, carácter, responsabilidad y destino.

Cuando Israel rechazó al Señor Jesús como su Mesías, Dios puso la nación a un lado por un tiempo. Entonces introdujo algo enteramente nuevo, la Iglesia. Una vez terminado en la tierra su programa para la Iglesia, Él reanudará su trato con Israel nacionalmente. Así que la Iglesia ha sido intercalada como una suerte de paréntesis durante la interrupción de las relaciones de Dios con Israel, su pueblo de la antigüedad.

 

 

                         La Iglesia                    Israel 
1. Pablo habla de la Iglesia como un misterio “que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”, Efesios 3.5. Dice que este misterio estaba escondido desde el principio del mundo, Efesios 3.9, pero ahora ha sido mani-festado por las escrituras proféticas, Romanos 16.25,26. Véase también Colosenses 1.25,26. 1. En ninguna parte se habla de Israel como un misterio. No aplican a Israel ninguna de las descripciones en la columna al lado.
2. La Iglesia comenzó en Pentecostés cuando el Espíritu Santo fue dado; Hechos capítulo 2. Deducimos esto de la siguiente serie de hechos:

a. La Iglesia estaba todavía en el futuro cuando Cristo estaba sobre la tierra, ya que dijo, “Edificaré mi iglesia”, Mateo 16.18.
b. Cuando Pablo escribió a los corintios, la Iglesia existía ya. Él habla de los creyentes como habiendo sido bautizados por el Espíritu en el cuerpo de Cristo; 1 Corintios 12.13.

c. Sabemos que tuvo lugar en Pentecostés el bautismo que había sido prometido. Por lo tanto, fue el nacimiento de la Iglesia.

2. La nación de Israel comenzó con el llamamiento de Abraham; Génesis capítulo 12.
3. Cristo es la Cabeza de la Iglesia. 3. Abraham era la cabeza de Israel.
4. Uno es miembro de la Iglesia con base en su nacimiento espiritual. 4. Uno era miembro de Israel con base en su nacimiento natural.
5. La Iglesia es el pueblo celestial de Dios. Las bendiciones de la Iglesia son espiri-tuales en lugares celestiales.

La ciudadanía de los cristianos es celestial.

La esperanza de la Iglesia es de estar con Cristo en el cielo.

5. Israel era el pueblo terrenal escogido de Dios. Las bendiciones suyas eran primera, pero no exclusi-vamente, bendiciones materiales en lugares terrenales.

La ciudadanía de los israelitas era terrenal.

La esperanza puesta delante de Israel era en primer lugar el reinado terrenal del Mesías en la tierra. (Esto no contradice el hecho de que los israelitas creyentes iban al cielo al morir, y que tenían la esperanza del cielo. Pero no era el énfasis que estaba puesto delante de ellos).

6. En la Iglesia, los judíos creyentes y los gentiles creyentes son hechos uno en Cristo. Son constituidos coherederos, comiembros del cuerpo de Cristo y copartícipes de la promesa en Cristo por el evangelio. En Cristo se ha derrumbado la pared intermedia de separación para hacer de dos pueblos uno solo. Efesios 2.13 al 17, 3.6. 6. Nada de esto es cierto en cuanto a Israel. En lo que a Israel se interesa, los gentiles están “sin Cristo, ale-jados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo”, Efesios 2.12.
7. En la Iglesia, todos los creyentes son sacerdotes santos y sacerdotes reales. Como tales ellos tienen acceso a la pre-sencia de Dios por fe en cualquier momen-to. 1 Pedro 2.1 al 9, Hebreos 10.19 al 22 7. En Israel, los sacerdotes eran escogidos de la tribu de Leví y la familia de Aarón. Solamente el sumo sacerdote podía entrar en la pre-sencia de Dios, y esto solamente en un día del año. Hebreos 7.5,11. 9.7
8. La Iglesia será llevada a su hogar celestial en el arrebatamiento, y luego volverá con Cristo para reinar con él sobre la tierra en el milenio. 8. Israel, redimido ya, será los súbditos terrenales de Cristo cuando Él reine.

Interpretaciones erróneas

Uno de los pasajes bíblicos donde a menudo se confunde la Iglesia con Israel es el de Mateo 23 al 25. Trata de Israel, y no de la Iglesia, describiendo condiciones que imperarán antes de y durante el regreso de Cristo a reinar como Rey. Obsérvese que dice en el 24.16: “El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa,” un trasfondo netamente judaico. Y en el versículo 20 leemos: “Orad, pues, que vuestra huida no sea en … día de reposo”. El sábado nunca fue dado a la Iglesia, sino a Israel. Los elegidos mencionados en el versículo 22 son judíos escogidos. La venida de Cristo mencionada en el v. 30 no es su venida al aire para la Iglesia, sino a la tierra como Rey de Israel.

De manera que el estudiante bíblico debe discernir si un determinado pasaje se refiere a Israel o a la Iglesia. Si está leyendo acerca del día del Señor, puede estar seguro de que el pasaje se refiere en primera instancia a Israel. Si, en cambio, encuentra referencias al día de Cristo, puede estar seguro de que el pasaje tiene que ver con la Iglesia. Por ejemplo, la séptima trompeta de Apocalipsis 11 tiene que ver con Israel, porque es parte del día del Señor. Pero “la final trompeta” de 1 Corintios 15.52 se relaciona con la Iglesia, porque el tema es el rapto, y el rapto está vinculado con la Iglesia.

 

Al finalizar, deberíamos considerar dos de los argumentos empleados con mayor frecuencia en intentos a probar que la Iglesia no es distinto de Israel.

En Hechos 7.38 Israel es llamado “la congregación en el desierto”, donde congregación es la misma palabra griega usada al hablar en otras partes de la Iglesia. Quiere decir sencillamente una agrupación de personas, y se usa en Efesios 19.32 para identificar una turba pagana. En el Nuevo Testamento la Iglesia está identificada con Dios el Padre y con el Señor Jesucristo.

En Gálatas 6.16 Pablo dice, “… paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios”. Algunas personas alegan que la expresión Israel de Dios se emplea para afirmar que todos los creyentes hoy en día constituyen el “Israel de Dios”. Pero creemos que no han entendido. Cuando Pablo dice “paz sea a ellos”, tiene en mente a todos los creyentes, pero al escribir “Israel de Dios” especifica aquellos creyentes de descendencia judía que andan conforme a la regla de la nueva creación, 5.15, y no conforme a la de la ley.

¿Qué del reino de los cielos?

El reino de los cielos es la esfera en la cual se reconoce el gobierno de Dios. La palabra cielos se usa figurativamente para designar a Dios, como se ve claramente en Daniel 4.25,26. En el versículo 25 se dice que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y en el versículo siguiente se dice que el cielo gobierna. Así el reino del cielo anuncia el reino de Dios, que existe donde quiera que hombres se someten a aquel gobierno.

Hay dos aspectos al reino de los cielos:

  • El más amplio abarca a todos los que meramente profesan reconocer a Dios como el Gobernador Supremo.
  • Su aspecto más restringido abarca solamente a la gente que ha sido genuinamente convertida.

Podemos visualizar esto por dos círculos concéntricos, uno pequeño dentro de otro mayor. El círculo mayor es la esfera de profesión; incluye lo legítimo y lo falso, el trigo y la cizaña. El círculo interior incluye solamente a los que han renacido por fe en el Señor Jesucristo.

Su desarrollo histórico

  1. El reino fue profetizado en el Antiguo Testamento. Daniel predijo que Dios establecería un reino que nunca sería destruido y que nunca cedería su soberanía a otro pueblo, Daniel 2.44. Él también vio anticipadamente la venida de Cristo y su dominio universal y eterno, 7.13,14; véase también Jeremías 23.5,6.
  2. El reino fue descrito como habiéndose acercado y presente en la Persona del Rey. En primer lugar Juan el Bautista anunció esto, luego el Señor Jesús y luego los discípulos, Mateo 3.2, 4.17 y 10.7. El Rey había llegado para presentarse a la nación de Israel. Dijo: “Si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios”, Mateo 12.28; y, “He aquí el reino de Dios está entre vosotros”, Lucas 17.21.

Estaba presente porque el Rey ya estaba en el escenario. (Aun cuando estas últimas referencias versan sobre el reino de Dios en vez del reino de los cielos, mostraremos más adelante que los dos términos se intercambian en el Nuevo Testamento).

  1. El reino se describe en una forma interina. Una vez rechazado Él por la nación de Israel, el Rey volvió al cielo. El reino existe hoy en los corazones de todos aquellos que le reconocen como Rey en abstencia, y los principios morales y éticos del reino aplican a nosotros en estos tiempos. Esta fase interina del reino está descrita en las parábolas de Mateo 13.
  2. La cuarta fase del reino es su manifestación. Esta es el reino literal de Cristo sobre la tierra por mil años (“el milenio”). Fue prefigurado en el monte de transfi-guración, cuando el Señor fue visto en la gloria de su reino: “Hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”, Mateo 16.28. Él aludió a este reino al decir: “Vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos”, Mateo 8.11.
  3. La quinta forma será la definitiva. Será: “… el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, 2 Pedro 1.11.

El reino de Dios

La frase ‘reino de los cielos’ se encuentra solamente en el Evangelio según Mateo, mientras que la de ‘reino de Dios’ se encuentra en todos los cuatro Evangelios. Para fines prácticos, no hay diferencia; se dice lo mismo acerca de ambos. Por ejemplo, en Mateo 19.23 el Señor dijo que sería difícil para un rico entrar en el reino de los cielos, y en Marcos 10.23 y Lucas 18.24 Él dice lo mismo acerca del reino de Dios. Entonces Mateo le cita diciendo virtualmente lo mismo acerca del reino de Dios, 19.23.24.

Otros pasajes donde se intercambian los nombres ‘reino de los cielos’ y ‘reino de Dios’ son:

Mateo 4.17           con         Marcos 1.15

Mateo 8.11           con         Lucas 13.29

Mateo 10.7           con         Lucas 9.2

Mateo 11.11         con         Lucas 7.28

Mateo 13.11         con         Marcos 4.11

Mateo 13.31         con         Marcos 4.30,31, Lucas 13.18

Mateo 13.33         con         Lucas 13.20,21

Mateo 14.14         con         Marcos 10.14, Lucas 18.16

Hemos mencionado que el reino de los cielos tiene un aspecto exterior y una realidad interna. Lo mismo es cierto en cuanto al reino de Dios. Se puede  demostrarlo de esta manera:

 

                 El reino de los cielos               El reino de Dios 
En su aspecto exterior incluye a todos los que son súbditos genuinos del Rey, y también aquellos que meramente profesan fidelidad a Él. Esto se ve en la parábola del sembrador, Mateo 13.3 al 11, la del
grano de mostaza, 13.31,32 y la de la levadura, 13.33.
También incluye lo legítimo y lo falso. Esto se ve en la parábola del sembrador, Lucas 8.4 al 10, la del grano de mostaza, 13.18,19 y la de la levadura, 13.20,21.
En cuanto a su verdadera realidad interna, solamente aquellos que son de veras convertidos pueden entrar en el reino de los cielos, Mateo 18.3. En cuanto a su verdadera realidad interna, solamente aquellos que han renacido pueden entrar en el reino de Dios, Juan 3.3,5.

 

Pablo se refería a su realidad interna cuando dijo que “el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”, Romanos 14.17. Él enfatizó también que “el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”, 1 Corintios 4.20.

El reino y la Iglesia

La diferencia entre el reino y la Iglesia puede ser vista en lo siguiente:

  • El reino comenzó cuando Cristo inició su ministerio público, y la Iglesia en el día
    de Pentecostés, Hechos 2.
  • El reino continuará sobre la tierra hasta que ella sea destruida, pero la Iglesia solamente hasta el arrebatamiento, cuando volverá con Cristo en su segundo advenimiento
    para reinar con él como su esposa.

Hoy en día la gente que están en el reino en su verdadera realidad interna están en la Iglesia también. Sólo en este aspecto los dos coinciden.

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