La iglesia imperfecta; R E Harlow; 67 páginas (#534)

La iglesia imperfecta
1 Corintios

                          R.E. Harlow
Traducción de The imperfect church: 1 Corinthians
Publicaciones Cotidianas, Scarborough, Canadá

 

Este material fue traducido para el uso de la empresa editorial Everyday Publications. En esta versión he simplificado el formato ligeramente.                                             D.R.A. 2/94

Contenido

1.1 Introducción y acción de gracias

1.10 División en la iglesia

5.1 Pecado en la iglesia

6.1 Demanda judicial contra otro

6.12 Fornicación y vida matrimonial

8.1 Libertad cristiana

11.2 Cubiertas para la cabeza

11.17 La Cena del Señor

12.1 Dones espirituales

15.1 La resurrección

16.1 La ofrenda dominical

Planes y saludos

 

 

Pablo el apóstol escribió trece de las veintiuna cartas en el Nuevo Testamento. Las dos más largas son Romanos y 1 Corintios. La gran labor de Pablo era predicar el Evangelio y levantar iglesias locales o asambleas. La Epístola a los Romanos explica en detalle el Evangelio que Pablo predicaba, y 1 Corintios nos dice cómo conducirnos en una asamblea.

Pablo escribió Efesios también, que nos enseña grandes verdades acerca de la Iglesia y muestra cuán importante es ante los ojos de Dios. Hay muchos versículos y capítulos en el Nuevo Testamento que hablan de cómo la asamblea debe conducirse, y Pablo escribió a Timoteo para informarnos cómo actuar en la familia de Dios, en la iglesia del Dios viviente, 1 Timoteo 3.15. 1 Corintios es la epístola más importante sobre el tema de cómo conducir nuestras iglesias. Nos da las respuestas del Espíritu a muchos problemas en la iglesia en Corinto. Hoy día tenemos algunos de estos problemas, y podemos encontrar en 1 Corintios las respuestas de Dios.

La palabra iglesia se encuentra 22 veces en 1 Corintios, más que en cualquier otro libro del Nuevo Testamento. Se usa 21 veces en Hechos, nueve veces en 2 Corintios, nueve veces en Efesios y 19 veces en Apocalipsis 1, 2 y 3. Estos libros son importantes y nos ayudan a entender la Iglesia de Dios, pero casi todas las epístolas dicen algo acerca de la iglesia.

La palabra Dios se encuentra 103 veces en 1 Corintios y se menciona el Señor Jesucristo 119 veces. Este libro nos habla de Dios y Cristo y la Iglesia de Dios. Dios espera de nosotros una conducta de obediencia en la iglesia, como también en todo tiempo y todo lo demás. Dios el Espíritu guió a Pablo a escribir esta carta y enseñarnos los caminos de Dios en la Iglesia.

 

¿Quién era Pablo?

Saulo nació en Tarso, una ciudad de Cilicia en la provincia romana de Asia Menor. Fue enseñado por Gamaliel, un sobresaliente maestro judío y un fariseo, Hechos 5.34, 22.3. Saulo era muy celoso por la ley judaica y al principio pensaba que debería hacer todo lo que podía para impedir a su pueblo creer en el Señor Jesucristo.

Todo eso cambió cuando Saulo encontró al Señor en el camino a Damasco. De una vez el Señor le mandó a llevar el Evangelio a tanto judíos como gentiles y él comenzó a predicar que Cristo es el Hijo de Dios, Hechos 9.15,20. El libro de Hechos relata sus tres grandes viajes misioneros:

(1) Saulo y Bernabé salieron de Antioquía y regresaron a Antioquía, Hechos 13.3 a 14.26. Durante ese tiempo el nombre de Saulo fue cambiado a Pablo, Hechos 13.9.

(2) Pablo y Silas comenzaron desde Antioquía y Pablo regresó a esa ciudad más adelante. Timoteo les acompañó la mayor parte del tiempo, Hechos 15.40, 16.3, 18.22, y Lucas les acompañó desde Troas a Filipos. (Lucas escribió el libro de Hechos, y en el capítulo 16, versículos 10 a 40, leemos la palabra nosotros, —o esa forma de los verbos— incluyendo a Lucas, pero después del 16.40, la palabra ellos).

(3) El tercer viaje comenzó en Hechos 18.23, pero no leemos que Pablo haya regresado a Antioquía. El libro de Hechos termina con Pablo encarcelado en Roma, pero aprendemos de sus cartas a Timoteo y Tito un poco acerca de sus viajes posteriores.

En el segundo viaje misionero Pablo llegó a Corinto y predicó el Evangelio, primeramente en la sinagoga de los judíos. Algunos judíos creyeron pero los demás obligaron a Pablo a abandonar la sinagoga, así que él se reunía con los creyentes en una casa. A la vez Pablo trabajaba en su oficio durante el día, y Silas y Timoteo le acompañaban en la predicación. El Señor Jesús le animó a Pablo y él se quedó en Corinto por año y medio, Hechos 18.1 al 11.

En el tercer viaje Pablo fue a Grecia y se quedó allí tres meses, Hechos 20.2,3. Corinto era la ciudad más grande en Acaya o Grecia, y podemos estar seguros que Pablo visitó la asamblea allí cuando fue a Grecia. Se menciona en la Biblia dos ciudades más en Grecia. Pablo había estado en Atenas antes de ir a Corinto, y algunas personas creyeron, pero no leemos de una iglesia en Atenas, Hechos 17.16,34. Había también una asamblea en Cencrea, un puerto cercano a Corinto, Romanos 16.1.

El libro de Hechos no dice que Pablo haya vuelto a Corinto, pero vemos en sus cartas que él esperaba hacerlo, 1 Corintios 4.19, 11.34, 16.4, 2 Corintios 1.15, 13.1.

Pablo oyó de otros que había problemas en la iglesia de Corinto, y los creyentes le escribieron acerca de otros asuntos. ¿Cuáles eran esos problemas? La epístola nos habla de aquellos problemas y da las respuestas.

Introducción y acción de gracias

Divisiones en la iglesia

Pecado en la iglesia

Demanda judicial contra otro

Fornicación y vida matrimonial

Libertad cristiana

Cubiertas para la cabeza

La Cena del Señor

Dones espirituales

La resurrección

La ofrenda dominical

Planes y saludos

Los creyentes habían escrito a Pablo acerca de algunas de estos asuntos y Pablo había oído de otros acerca de algunas de ellas. Preguntaron acerca de la vida matrimonial, 7.1; la libertad cristiana, 8.1; los dones espirituales, 12.1; la ofrenda, 16.1. Pablo oyó de otros asuntos: las divisiones en la iglesia, 1.11; pecado en la iglesia, 5.1; la cena del Señor, 11.1; la resurrección, 15.12.

El Espíritu Santo dio las respuestas por intermedio de Pablo a la iglesia en Corinto, y a nosotros por las Sagradas Escrituras.

Pablo escribió la primera carta a los corintios cuando él estaba en Éfeso, 16.8. Esto fue durante su tercer viaje misionero, Hechos 19.10. Pablo y los apóstoles podían enseñar las mismas verdades en otras iglesias, y así pronto los creyentes llegaron a saber las respuestas a sus problemas. Hoy día las iglesias tienen los mismos problemas de tiempo en tiempo. Dios nos ha preservado la carta a los corintios. Esto quiere decir que debemos desarrollar las iglesias según la enseñanza del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.

 

1 – Introducción y acción de gracias

 

Introducción

Pablo escribió primeramente que él era el autor de esta carta y que ella iba dirigida a los corintios. Le pidió a Dios bendecirlos y dijo por qué él adoraba a Dios por ellos.

Pablo se llamó un apóstol, y los corintios, santos. Le pidió a Dios darles gracia y paz.

1.1 Ante todo Pablo declaró que había sido llamado como apóstol. En Romanos 1.1 él también había dicho que había sido llamado a ser apóstol. En sus cartas afirmaba que era apóstol de Jesucristo. Pedro hizo lo mismo en sus dos cartas. (Santiago y Judas no eran apóstoles, y no sabemos a ciencia cierta quién escribió el libro de Hebreos. Juan se llama anciano en su segunda y tercera carta).

Era importante que los corintios aceptaran la autoridad de Pablo como apóstol. Él tenía que decirles algunas cosas severas, y exigirles hacer lo correcto.

Un apóstol                                                  Gálatas 1.1, 1 Timoteo 1.1, Tito 1.1

Llamado a ser apóstol                     1 Corintios 1.1, Romanos 1.1

Por la voluntad de Dios                   1 Corintios 1.1, 2 Corintios 1.1,
Colosenses 1.1, Efesios 1.1,  2 Timoteo 1.1

Pablo era un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios. En Gálatas 1.1 dijo que ningún hombre le había hecho apóstol, solamente Dios. Vemos que Pablo es un apóstol por voluntad divina también en 2 Corintios, Colosenses, Efesios y 2 Timoteo.

¿Quién era Sóstenes? Sóstenes había sido el líder de la sinagoga de los judíos en Corinto, y se oponía a Pablo y sus enseñanzas acerca del Señor, Hechos 18.17. Ahora era convertido a Cristo y estaba con Pablo en Éfeso. Sóstenes era bien conocido a los corintios y estaba dispuesto que Pablo usara su nombre en esta carta con sus mensajes fuertes. Pablo le llamó un hermano en el Señor pero no sabemos más acerca de él.

1.2 Pablo escribió esta carta a la iglesia de Dios en Corinto. La palabra iglesia quiere decir una asamblea de personas. En 1 Corintios se usa la palabra al referirse a toda la Iglesia en el mundo, incluyendo a todos los creyentes, y también de los cristianos que se reunían en una población. Se encuentra cinco veces la palabra iglesias.

 

                                                   Iglesia en 1 Corintios:

todo el cuerpo de Cristo             10.32, 12.28, 15.9

iglesia local                                1.2, 4.17, 6.4, 11.18,22,   14.4,5,12,19,23,28,35, 16.19

iglesias locales                            7.17, 11.16, 14.33,34, 16.1,19

 

Corinto era una de las peores ciudades del Imperio Romano. Los creyentes tenían que vivir en el mundo en una ciudad muy impía, pero la iglesia pertenecía a Dios; era suya. Esta Iglesia de Dios incluía a todos los que eran santificados en Cristo Jesús. Ellos habían sido puestos aparte del mundo impío en derredor, y llamados santos, el pueblo santo de Dios.

Pero esta carta es para otros fuera de Corinto. Los creyentes en Corinto estaban unidos con todos en todo lugar que invocaban el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Esto quiere decir todos los salvos, Hechos 2.21, Romanos 10.12 al 14. Él es Señor suyo además de nuestro. Hemos invocado el nombre del Señor para ayudarnos, y ahora llevamos su nombre, somos cristianos, Hechos 11.26.

Hoy día algunos cristianos rechazan las enseñanzas de 1 Corintios porque dicen que fue escrita a una iglesia tiempo atrás y no tenemos que obedecer la epístola. Es importante ver que Corintios es para todos los creyentes en el mundo hoy día; es para nosotros.

1.3 El versículo 3 es la salutación de Pablo a la iglesia en Corinto. Él usó las mismas palabras al escribir a los gálatas, tesalonicenses, romanos, colosenses, filipenses y a Filemón y Tito. Para Timoteo él añadió la palabra misericordia. Las palabras gracia y paz eran términos comunes de salutación, pero aquí están en la forma de una oración. Pablo pidió de nuevo al final de la carta que la gracia de nuestro Señor Jesucristo fuera para ellos, 16.23. La gracia de Dios es la base  de todo lo que El hace para nosotros. La gracia vino por medio de Cristo Jesús y somos salvos por su gracia, Juan 1.17, Efesios 2.8. La gracia trae la salvación por la fe, y la paz es el resultado de la fe, Romanos 5.1.

Aquí tanto la gracia y la paz vienen de Dios el Padre y nuestro Señor Jesucristo. Estos grandes dones, o regalos, que son la gracia y la paz, pueden ser sólo de Dios, así que el Espíritu Santo enseña aquí que el Señor Jesucristo es igual con Dios. Se llama el Hijo en el 1.9 y 15.28, pero Colosenses y Hebreos nos dan mucho más enseñanza sobre la deidad de Cristo.

 

carta de                      pablo y sóstenes

carta para                   iglesia en corinto y todos los santos

bendición de              dios el padre y nuestro señor jesucristo

bendición es              gracia y paz

 

 

Acción de gracias

1.4 En el versículo 3 Pablo oró que la gracia de Dios acompañara a los creyentes, y de una vez da gracias a Dios por la gracia que les fue dada. En el versículo 3 la gracia vino del Padre y el Señor Jesucristo; en el versículo 4 viene por medio de Cristo. El versículo 3 se refiere a Cristo en su Persona, Él es Dios el Hijo; el versículo 4 se refiere a su Obra, porque la gracia de Dios podría venir a nosotros sólo por la muerte de Cristo en la cruz. Esta gracia se da a todos los que están en Cristo Jesús.

Pablo podía estar agradecido por esto siempre. Pronto veremos algunas de las cosas en Corinto que le entristecían mucho.

1.5 La gracia de Dios nos da más que la salvación. La iglesia en Corinto era rica en dones espirituales, especialmente en disertación y conocimiento. A los griegos les encantaba una buena disertación, y algunos tenían el don de dar buenos discursos, como Pedro menciona en 1 Pedro 4.10,11. Otros tenían en particular el don de la sabiduría, 1 Corintios 12.8, 13.8.

1.6 Pablo y Timoteo y Silas predicaron en Corinto y dieron su testimonio de que Jesús es el Cristo, Hechos 18.5. Dios confirmó su testimonio al dar dones a los que creyeron. En Éfeso Dios honró el mensaje de sus siervos por medio de milagros, Hechos 19.6,11; y lo mismo en Jerusalén, Hebreos 2.4. En Corinto Él confirmó su testimonio al dar dones a la iglesia.

1.7 El resultado era que a la iglesia realmente no le faltaba nada en ningún don espiritual. Pablo quería ir a Roma para estar en condiciones de dar a los creyentes algún don espiritual, Romanos 1.11, pero eso no era necesario en Corinto. Ellos tenían los dones espirituales pero no los usaban correctamente. Así que, en esta carta Pablo les enseñó (y a nosotros) cómo usar los dones para el Señor.

Pablo también les había enseñado a los creyentes nuevos que Cristo volvería, como él había hecho un poco antes en Tesalónica. En un segundo viaje misionero Pablo fue de Tesalónica a Berea, Atenas y Corinto. Estaba sólo unas dos semanas en Tesalónica, pero les instruyó en cuanto a la venida de Cristo, 1 Tesalonicenses 1.10. Pablo enseñó a los tesalonicenses en sus cartas que Cristo vendrá a las nubes y llevará a su Iglesia arriba al cielo, 1 Tesalonicenses 4.17; luego vendrá a la tierra para juzgar los hombres impíos, 2 Tesalonicenses 1.7 al 10. Pablo recibió del Señor esta verdad acerca del Rapto de la Iglesia, 1 Tesalonicenses 4.15. Creemos que Pablo escribió a los tesalonicenses mientras él estaba en Corinto, y podemos estar seguros de que enseñó estas grandes verdades a los corintios también. En el capítulo 15, versículos 51 y 52, aprenderemos más acerca del Rapto.

Mucha gente conoce la Biblia pero no ama al Señor. Aquellos que le aman, están esperando con gran gozo el día en que El volverá.

1.8 Algunas personas pueden temer caer en pecado antes de que el Señor vuelva. Así el Señor prometió que nos guardaría fuertes y firmes hasta el fin. Solamente Dios puede hacerlo, Judas 24. El Señor Jesús nos ha limpiado de nuestros pecados y nos está lavando cada día por su Palabra, 1 Juan 1.7, Efesios 5.26,27. Su deseo es presentarnos ante sí como una Esposa sin falta, Colosenses 1.22, Filipenses 1.6. Será un día feliz para Él, y para nosotros.

1.9 Dios ha prometido guardarnos. Él es fiel, y guarda sus promesas, 10.13, 1 Tesalonicenses 5.24, 2 Tesalonicenses 3.3. Es Dios quien nos ha llamado a la comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Tenemos comunión con el Padre y el Hijo, 1 Juan 1.3; con el Espíritu Santo, 2 Corintios 13.14, Filipenses 2.1; y el uno con el otro, 1 Juan 1.7. Debemos llevar en mente siempre que tenemos comunión con Cristo en sus padecimientos, Filipenses 3.10.

Somos llamados a compartir en sus sufrimientos, 1 Pedro 2.21, pero más de todo somos llamados a tener gozo, no tristeza. También somos llamados a:

paz                                              1 Corintios 7.15

justificación                    Romanos 8.30

santidad                          1 Pedro 1.15

luz                                   1 Pedro 2.9

bendición                        1 Pedro 3.9

herencia eterna                Hebreos 9.15

2 – Divisiones en la iglesia

Pablo dio gracias a Dios por las cosas buenas que veía en Corinto, pero entonces tuvo que decirles que algunas cosas eran muy incorrectas. Había divisiones en la iglesia y algunos cristianos estaban siguiendo a un hombre, y otros a otro. Esto fue resultado de orgullo por la sabiduría humana. Pablo no se había acercado a ellos de esa manera, sino que les dio palabras del Espíritu Santo. Ellos se estaban conduciendo como cristianos muy nuevos, pero eran responsables por su conducta en la iglesia. Los apóstoles no eran nada en sí, sino eran enviados por Cristo y deberían ser obedecidos.

 

Seguir a los hombres

Pablo oyó que había cuatro divisiones en la iglesia, cada grupo jactándose por un líder humano. Algunos decían ser seguidores de Pablo, de manera que él explicó que esto era incorrecto.

1.10       Primeramente apeló a los corintios como hermanos a quedarse unidos y estar de acuerdo en lo que decían. El apóstol podía dar mandamientos y a veces lo hacía, pero muchas veces él rogaba a los creyentes, 4.16, 16.15, 2 Corintios 2.8, 6.1, 8.6, 9.5, 10.1. Aquí les rogaba en el nombre del Señor Jesucristo; Pablo creía que el Señor mismo haría la misma cosa. Por cierto esta es la voluntad de Dios y Cristo oró que fuésemos todos uno, Juan 17.17. Somos uno en Cristo Jesús, pero no siempre manifestamos el uno al otro esta unidad.

Pablo quería ver a los corintios de acuerdo entre sí en lo que hablaban; no permitir divisiones en su seno; y estar perfectamente unidos en su manera de pensar. La asamblea en Filipos era más espiritual que la de Corinto, pero también tenía una división. Pablo les apeló ser de un mismo sentir. Ellos estaban envanecidos y Pablo les recordó del Señor Jesucristo quien asumió un lugar humilde, Filipenses 2.2 al 8.

1.11       Pablo oyó de gente en la familia de Cloé que los corintios estaban entregados a las querellas. No sabemos quién era Cloé, pero los miembros de la familia de esa dama no temían decir la verdad acerca de la asamblea en Corinto. Pablo podía decirles claramente quiénes le habían informado. Esto es importante. No debemos decir nada malo acerca de otros creyentes si no es la verdad. Pero si es necesario hablar, debemos estar dispuestos a que ellos sepan quién lo dijo.

No es una señal de amor dejar que un cristiano siga en pecado. Puede ser necesario hablar con él o ella, y si no quiere oir, usted debe volver a tratar la cuestión, pero ahora con uno o dos más. Si todavía no hace caso, usted decírselo a la iglesia, Mateo 18.15 al 17. La iglesia es santa y Dios no puede bendecir si hay pecado en la asamblea.

1.12       Sus querellas produjeron divisiones. La iglesia llegó a ser cuatro grupos, cada uno con su nombre propio. Algunos decían ser de Pablo, algunos de Apolos, algunos de Cefas (otro nombre para Simón Pedro, Juan 1.40 al 42). Se nos manda obedecer a los líderes que Dios nos ha dado, Hebreos 13.17, pero no a usar sus nombres para dividir la iglesia.

Fue muy mal hecho seguir a estos líderes humanos, pero el otro grupo era todavía peor. Ellos tomaron para sí el nombre de Cristo, ¡como si los otros cristianos realmente no fuesen de él! Pablo era un gran maestro, Apolos era un gran predicador, Pedro era al comienzo el más prominente de los apóstoles, pero era incorrecto dividir la asamblea de esa manera.

Pablo era el primero en predicar en Corinto, y Apolos fue después. No sabemos si Pedro había estado allí. Apolos era un judío egipcio que conocía bien el Antiguo Testamento y era buen orador. Aquila y Priscila le ayudaron a comprender la doctrina de Cristo, la cual ellos habían aprendido de Pablo, Hechos 18.1,2,24 al 28.

Hoy día la Iglesia está dividida porque gente toma el nombre de algún gran hombre, o de un país, o de una doctrina favorita. Entonces ellos procuran unir estas divisiones bajo todavía otro nombre. El Señor Jesús oró que fuésemos uno, y somos uno. Hay un solo Espíritu Santo y Él mora en todo verdadero creyente. Nos hace uno ante el ojo de Dios.

1.13       Pablo hizo tres preguntas, todas con la misma respuesta, No. Cristo no está dividido y ningún grupo de cristianos debe decir que son los únicos que son de él. Sólo Cristo murió por nosotros, ciertamente no Pablo ni ningún otro hombre. El Señor nos mandó bautizar a los creyentes en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Mateo 28.19. En Éfeso algunos creyentes fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús, Hechos 19.5. Los creyentes en Corinto fueron bautizados, pero ciertamente no en el nombre de Pablo, Hechos 8.8.

1.14,15 En realidad Pablo estaba contento por no haber bautizado a los que creyeron cuando él predicó el Evangelio, excepto Crispo y Gayo. Crispo era el líder de la sinagoga en Corinto hasta ser salvo, Hechos 18.8. Más adelante la asamblea celebraba reuniones en casa de Gayo, y Pablo se hospedó con él cuando en Corinto, Romanos 16.23. (Había otros hombres en el Nuevo Testamento con el mismo nombre). A Pablo le agradó que ningún corinto podría causar una división en la iglesia por decir que el apóstol Pablo le había bautizado en su propio nombre.

1.16       Pablo se acordó también que él había bautizado a la familia de Estéfanas. Fue la primera familia a ser salva en el país de Acaya, y se entregaban plenamente a la obra de ayudar a los demás creyentes. Estéfanas fue a Éfeso con dos hombres más y le contó a Pablo acerca de la iglesia en Corinto, 16.15,17.

1.17       El Señor Jesús mandó a Pablo a predicar el Evangelio. Por medio de Ananías le dijo a Pablo que le había escogido para llevar su nombre al pueblo gentil, a reyes y a la nación de Israel también, Hechos 9.15, y a ser testigo a todos los hombres, 22.15. El Señor le dijo que su obra sería la de abrir los ojos de la gente, volverlos de las tinieblas a la luz, de Satanás a Dios, para que reciban el perdón de pecados por fe en Cristo y una herencia entre el pueblo de Dios, Hechos 26.16 al 18. Veremos que el Evangelio fue una de las revelaciones especiales dadas a Pablo, 15.3. Los once apóstoles fueron mandados a predicar, enseñar y bautizar, y nosotros debemos hacer lo mismo, pero no debemos llamar la atención a nosotros mismos ni causar divisiones en la iglesia.

Aquí Pablo dice que él fue mandado a predicar sin procurar usar las palabras de sabiduría humana. Esto fue muy importante porque por sus palabras sagaces un hombre puede persuadir a la gente a hacer buenas obras, pero esto le hace orgulloso, y también a los que le oyen. El Señor Jesús murió en la cruz por nuestros pecados; nuestras buenas obras no hacen falta, así que no hay lugar para el orgullo humano.

 

Sabiduría y poder de Dios

El resto del primer capítulo nos enseña la diferencia entre la sabiduría de Dios y la necedad del hombre, entre el poder de Dios y la debilidad del hombre. Palabras que quieren decir sabio o sabiduría ocurren trece veces en los versículos 18 al 31; necedad seis veces; poder cinco veces; debilidad dos veces.

Sabiduría del mundo

1.18       El mensaje del Evangelio dice a la gente que Cristo murió en la cruz por sus pecados. Algunos creen esto, otros lo rechazan. Los que rechazan dicen que es locura enseñar que un hombre podría morir por todos, o que Dios castigaría a una persona inocente por pecados que no cometió. Estos están perdidos porque no aceptan al Salvador.

Algunos creen el Evangelio y saben que es el poder de Dios, Romanos 1.16. Puede salvarnos del pecado y guardarnos para vivir en la voluntad de Dios. Hace falta el poder de Dios para derrotar a Satanás y darnos la victoria sobre nuestras propias costumbres malas. Sabemos que sólo un hombre podía morir por los pecados de otros, el Hombre Cristo Jesús. También, que Dios nunca le obligó hacerlo: su gozo era hacer la voluntad de Dios, Juan 10.17, Salmo 40.8.

1.19       Los hombres dicen que el Evangelio es locura pero Dios dijo que Él iba a destruir lo que los hombres llaman la sabiduría, la inteligencia de los entendidos, Isaías 29.14. Isaías habló estas palabras al pueblo de Jerusalén quienes estaban confiando en sus sabios para salvarles de sus enemigos.

1.20       Isaías se burló también de los sabios de Egipto, 9.11,12, y los estudiosos de Jerusalén, 33.18, 44.25. El Señor Jesús enseñó que Dios ha escondido sus pensamientos de los sabios de este mundo y los ha revelado a quienes son humildes, Mateo 11.25. Los fariseos y escribas estaban seguros de ser sabios, pero Cristo les llamó insensatos y ciegos, Mateo 23.17,19.

Hoy día algunos se creen suficientemente sabios como para cambiar la Palabra de Dios, rechazar una parte y guardar parte. El Espíritu Santo dijo que Dios iba a:

destruir la sabiduría de los que se creen sabios,                1.19

desechar el entendimiento de los entendidos,                   1.19

hacer lucir como locura la sabiduría de este mundo,        1.20.

Sabiduría de Dios

1.21       Dios es sabio y planificó todo desde el principio. Dios en su sabiduría planificó que la gente no podría conocerle a Él por su propio entendimiento. Le plació hacer la predicación su método para salvar. Esta predicación les parece locura a los hombres, pero Dios lo planificó así porque exige fe antes de salvar a uno, Hebreos 11.6. Es así para que la gente nunca podrá gloriarse acerca de su salvación, 1 Corintios 2.5.

 

                                           La sabiduría de Dios:

La profundidad de las riquezas de la sabiduría

y de la ciencia de Dios                                              Romanos 11.33

Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios                                  1 Corintios 1.24

[La] sabiduría de Dios [se habla] en misterio                 1 Corintios 2.7

La multiforme sabiduría de Dios [se da a conocer] por medio de la iglesia [a los ángeles]                                   Efesios 3.10

 

1.22       Esta sencilla predicación del Evangelio no era popular entre los judíos ni los gentiles. Los judíos querían ver milagros como prueba de que el mensaje era veraz. Moisés probó por milagros que Dios le había enviado, Éxodo 4.30,31, pero advirtió a Israel contra los falsos profetas, Deuteronomio 13.1, 18.22.

Los judíos demandaban que el Señor Jesús les mostrara señales, Juan 2.18, 6.30, y el Señor lo hizo, Juan 2.23, 20.30, Hechos 2.22. Aun así muchos judíos no querían creer, Juan 11.47, 12.37. El Cristo resucitado dio gran poder a los apóstoles, pero todavía la mayoría de los judíos no creían, Hechos 2.43, 4.16,17.

Hoy tenemos toda la Palabra de Dios, y no necesitamos de milagros para ayudarnos a conocer la verdad. El poder de Dios se ve en los hombres salvados de los hábitos del pecado. Por nuestras vidas podemos mostrar que Dios está con nosotros todavía.

Los incrédulos pueden hacer grandes cosas, y pronto Satanás contará con un gran líder mundial que podrá realizar milagros, Mateo 7.22, 2 Tesalonicenses 2.9, Apocalipsis 13.13.

Los judíos pedían señales y los griegos buscaban sabiduría. Podemos ver esto en Atenas, Hechos 17.18,21,32, y el pueblo de la cercana Corinto era parecido. En realidad ellos querían la sabiduría humana, no la de Dios como está revelada en las Escrituras.

Hoy es lo mismo. La gente quiere educación pero rechaza la revelación de Dios, la  Biblia.

1.23       Pablo predicaba a Cristo como el Salvador quien murió en la cruz por nosotros. Él reconoció que su mensaje era ofensivo a los judíos y una barrera para ellos. Los gentiles pensaban que un Evangelio sencillo era locura; ellos querían algún gran sistema que solamente unos pocos podrían entender, para gloriarse ellos de su mayor sabiduría.

1.24       Pablo nunca iba a cambiar su mensaje para agradar bien sea a los judíos o los griegos. Había muchos de ambas razas en la asamblea en Corinto. Todos ellos habían sido salvos por medio del mensaje del Evangelio, habiendo oído el llamado de Dios y creído en Cristo. Para ellos (y para nosotros) Cristo es el poder de Dios. Él había sido crucificado en debilidad, 2 Corintios 13.4, pero esta misma muerte fue la única manera en que un Dios santo podría salvar a pecadores. Ahora ha resucitado de la muerte y está sentado a la diestra de Dios, el lugar de poder, Marcos 16.19, 1 Pedro 3.22.

El Evangelio de Cristo crucificado muestra también que Cristo es el centro del sabio plan de Dios para el mundo. Cristo es la sabiduría de Dios.

1.25       Los gentiles pensaban que este mensaje era insensatez. Pablo dijo que aun si lo es, es mejor que toda la sabiduría de los sabios. Los judíos pensaban que el mensaje era demasiado débil para salvar a alguno: un hombre crucificado no podía salvarse ni a sí mismo. Pablo dice que este mensaje es más fuerte que cualquier cosa que el hombre puede sugerir. Toda religión humana se basa en la idea que los hombres pueden salvarse. El Evangelio dice que tan sólo Cristo puede salvar, y que puede hacerlo a perfección.

Sabiduría en Cristo

1.26       La sabiduría del hombre más sabio es insensatez ante los ojos de Dios, y la mayoría de los corintios no eran vistos como sabios de este mundo antes de ser llamados a Cristo. Muy pocos de ellos eran hombres poderosos en la ciudad, en los negocios, la religión o el ejército; pocos procedían de familias ricas o nobles. El apóstol ha venido hablando especialmente acerca de la sabiduría, 1.17,19,20,21,22,24,25, pero también del poder, 1.18,24,25. Ahora él añade otra clase de gente que podría ser orgullosa: los de familias ricas, hijos de algún príncipe o caudillo. Muy pocos corintios lo eran.

1.27       Dios ha escogido a la gente ordinaria, quienes podrían ser considerados por el mundo como necios. Su propósito es avergonzar a los que se piensan sabios. Él ha escogido gente que es débil en este mundo para avergonzar a los que se llaman fuertes.

Dios escogió aquellas personas en Corinto y les llamó para sí de entre el mundo, 1.9. Le agradó salvarles por la predicación, y les dio gracia y todos los dones de la iglesia, 1.4,21.

1.28       Otra vez, Él escogió gente que no era de las mejores familias, los «nadie», gente ordinaria que no era muy bien vista de los que se creían ser algo. Probablemente muchos de los creyentes eran esclavos, 7.21.

Las clases gobernantes en Corinto eran gente de poder y dinero y probablemente algunos no sabían que estos creyentes existían. Dios escogió lo que quería aun si los hombres no les daban ninguna importancia. La mayor parte de los creyentes estaban en este grupo, pero quizás algunos procedían de los estratos superiores. En Atenas, Dionisio era miembro del Areópago, una persona sabia e influyente. Manaén eran de buena familia y llegó a ser uno de los maestros en la iglesia en Antioquía, Hechos 13.1. Mujeres importantes aceptaron el Evangelio en Tesalónica y Berea, Hechos 17.4,12. En Corinto sabemos de Erasto, el tesorero de la ciudad, Romanos 16.23.

1.29       ¿Por qué escoge Dios mayormente a los que no son sabios ni importantes? Hemos visto que Él está de un todo dispuesto a salvar a todos, sean ricos o pobres, sabios o ignorantes. Su plan es traer abajo todo orgullo humano, sea orgullo de sabiduría, poder o familia. Nadie podrá gloriarse ante Dios. Nadie puede decir que ganó el cielo por obras. Debe ser por fe y solamente por fe, Romanos 3.27, Efesios 2.9.

1.30       Sin embargo, Dios no va a llenar el cielo de gente ignorante o pecaminosa. ¿De dónde obtendremos la sabiduría? Primeramente Dios nos pone en Cristo quien es tanto el poder como la sabiduría de Dios, 1.24. Dios le hace ser sabiduría para nosotros; en él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría, Colosenses 2.3.

La sabiduría de Dios también nos da en Cristo justificación, santificación y redención.

Justificación: Dios nos hace justos ante él por fe en Cristo, Romanos 4.5,22,24, 5.1, 10.4,10, Filipenses 3.9. Cristo lo hizo posible por su muerte.

Santificación: Dios nos pone aparte para sí y cada día nos está haciendo santos, como también a todo su pueblo, 1.2. En el capítulo 6, versículo 11 veremos que somos santificados y justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de Dios. Somos santificados en Cristo Jesús, 1.2, y por el Espíritu Santo, Romanos 15.16, 2 Tesalonicenses 2.13.

Redención: Hemos sido librados de la esclavitud del pecado porque Cristo pagó el precio, Romanos 3.24, Efesios 1.7, Colosenses 1.14, y Él nos librará de la presencia del pecado cuando recibamos nuestros cuerpos nuevos en su venida, Romanos 8.23, Efesios 1.14, 4.30.

Pasado: Dios en sabiduría planificó todo antes de crear el mundo. Él dio redención al Calvario y nosotros la recibimos al creer.

Presente: Él nos da santificación día a día en la medida en que nos sometemos al Espíritu Santo.

Futuro: Nuestra redención será completa cuando Cristo venga.

1.31       Todo esto es el plan de Dios para que estemos en condiciones de darle toda la gloria al Señor para siempre jamás. No podemos gloriarnos en riquezas ni buenas obras ni nuestros regalos a los pobres. Podemos gloriarnos, y nos gloriaremos, sólo en Cristo y su obra a favor nuestro.

 

                                                   Sabiduría:

1.17 Sabiduría de palabras Pablo no la usaba al predicar el Evangelio.

1.19 Sabiduría de los sabios será destruida.

1.20 Sabiduría de este mundo será enloquecida.

1.21 Sabiduría de este mundo no podía hacer a los hombres conocer a Dios.

1.22 Sabiduría buscada por los griegos.

1.21 Sabiduría de Dios utiliza la predicación para salvación.

1.24 Sabiduría de Dios: Cristo es la sabiduría divina.

1.30 Sabiduría de Dios: Cristo nos es hecho la sabiduría de Dios.

2.1  Sabiduría no fue empleada por Pablo en Corinto.

2.4,13 Sabiduría humana no fue usada por el apóstol.

2.5  Sabiduría de los hombres no es base para la fe.

2.6  Sabiduría del mundo difiere de la sabiduría verdadera;

es insensatez para con Dios, 3.19.

2.7  Sabiduría de Dios hablada por los apóstoles en un misterio.

 

Gloriarse realmente quiere decir alabar al Señor o regocijarnos en Él. Jeremías dijo por el Espíritu Santo que debemos alabarnos sólo en Jehová, Jeremías 9.23,24. Pablo dijo por el Espíritu Santo que debemos gloriarnos sólo en el Señor Jesús, así que vemos que el Señor Jesús es Jehová Dios. Lea también Gálatas 6.14, Efesios 2.9.

 

                                                   Hombres sabios:

1.19  Sabiduría de hombres será destruida.

1.20  ¿Dónde están?

1.26  Pocos escogidos para la salvación.

1.27  Serán avergonzados.

3.18  Que se hagan ignorantes, para que lleguen a ser sabios.

3.19  El Señor les prende en su astucia.

3.20  El Señor conoce sus pensamientos.

 

                                                   Locura:

1.18  El Evangelio es locura para los que se pierden.

1.21  La locura de la predicación salva al que cree.

1.23  La predicación de la cruz es locura para los gentiles.

2.14  Las cosas del Espíritu son locura para el hombre natural.

3.19  La sabiduría de este mundo es insensatez para Dios.

1.25  Lo insensato de Dios es más sabio que la sabiduría de los hombres.

1.27  Dios escogió lo necio para avergonzar a los sabios.

 

El mensaje para los corintios

En el primer capítulo Pablo mostró que había divisiones en la iglesia en Corinto, y que se basaban en el orgullo y la sabiduría humana. Él había ido a Corinto para predicar el Evangelio, pero no con las palabras de humana sabiduría, 1.17. En la primera parte del capítulo 2 él dice más acerca de esto, 2.1 al 5. En el resto del capítulo 2 les dijo que su carta enseñaría la verdadera sabiduría de Dios, 2.6 al 16.

La visita de Pablo a Corinto

Pablo no había venido a ellos con excelencia de palabras o sabiduría humana. Ahora les dice por qué esto era importante.

2.1 Veinte veces Pablo llamó a los creyentes sus hermanos en 1 Corintios: 1.10,11,26, 2.1, 3.1, 4.6, 7.24,29, 10.1, 11.2,33, 12.1, 14.6,20,26,39, 15.1,50,58, 16.15, y muchas veces en otras cartas también.

Cuando en Corinto él les contó al pueblo acerca de Dios y Cristo. Su testimonio a Cristo fue confirmado por Dios, 1.6. El Señor les había dicho a los apóstoles que ellos serían sus testigos, Lucas 24.48, Hechos 1.8, 4.33 y Pablo podía testificar que había conocido al Cristo resucitado, Hechos 22.8, 1 Corintios 15.15. El dio este testimonio acerca de Dios a los corintios, pero en palabras sencillas y no con humana sabiduría.

En el versículo 1 algunos traductores dicen que Pablo “declaró” el misterio de Dios a los corintios. Esta palabra se encuentra en el 2.7, 4.1, 15.51. Sin duda Pablo enseño muchas verdades a los corintios cuando estaba allí por año y medio, Hechos 18.11, y en esta carta les dijo muchas otras verdades.

2.2 Pablo usaba palabras sencillas al predicar el Evangelio porque estaba resuelto a no saber nada sino a Cristo crucificado. Por supuesto Pablo sabía mucho y ha podido usar las reglas de oratorio sagaz. Pero el Espíritu le condujo a predicar tan sólo a Cristo quien murió en la cruz. Pablo comprendió que esto sería una barrera a los judíos e insensatez a quienes no eran judíos, pero para los creyentes sería el poder y la sabiduría de Dios, 1.23,24.

Hoy día mucha gente predica acerca de Cristo como un gran Maestro, o Ejemplo, no como el que murió por nuestros pecados. Esto deja lugar para el orgullo humano porque la gente podría seguir el ejemplo y enseñanzas de Cristo para salvarse por buenas obras. La cruz no deja lugar para el orgullo humano.

2.3 Pablo sabía que los corintios querían oir a los buenos oradores usando palabras largas que les harían sentirse orgullosos. Él temía que no escucharían su mensaje sencillo. Por cierto algunos de ellos decían que él era débil y sus palabras no sonaban como importantes, 2 Corintios 10.10, pero aun cuando tenía ese temor, él hablaba y se daba plenamente a la predicación de la Palabra, Hechos 18.5.

El Señor mismo le dio un mensaje especial y mandó no temer sino hablar con confianza. El Señor sabía que muchos corintios iban a creer y le prometió a Pablo que nadie le haría daño en ese lugar, Hechos 18.9,10. Los judíos le acusaron ante el tribunal, pero Pablo estaba preparado para hablar ante Galio, el gobernador de Grecia. Después de esto él se quedó en Corinto un tiempo más, Hechos 18.14,18.

Pablo sabía que era débil en sí mismo, pero Dios escogió las cosas débiles para avergonzar a los hombres fuertes, 1.27. Pablo había aprendido que el poder de Dios se hace perfecto en la debilidad, y habló también de sus temores cuando estaba en Macedonia,  2 Corintios 12.9, 7.5.

2.4 Pablo no usaba palabras de humana sabiduría en su mensaje y predicación en Corinto. Su predicación era acerca de Cristo crucificado, 1.17,23. Él quería usar sólo el poder del Espíritu Santo para convencer a la gente que su mensaje era la verdad. El Evangelio es el poder de Dios, 1.18,24. Se menciona el Espíritu Santo treinta veces en 1 Corintios; siete veces en este capítulo; once veces en el capítulo 12, y tres veces en el capítulo 14. La obra del Espíritu también es muy importante en Hechos, donde Él está mencionado cincuenta y cuatro veces.

Debemos decirles a otros acerca de Cristo crucificado y resucitado, pero llevando en mente que sólo el Espíritu Santo puede llevar una persona al Salvador.

2.5 Pablo quería que los corintios creyeran en Cristo, y que su fe fuera fuerte. Podría ser así tan sólo si se basara en el poder de Dios y no en la sabiduría de hombres.

 

                                                   El poder de Dios:

La predicación de la cruz es el poder de Dios a los que son salvos,       1.18

Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios,                                              1.24

Nuestra fe debe basarse sólo en el poder de Dios,                                             2.5

 

Es posible que una persona oiga acerca de Cristo y se le dice que debería creer en Él. Esa persona dice que sí cree en Cristo, pero su «fe» no se basa realmente en el Evangelio, el poder de Dios, y quizás no perdure mucho tiempo. Él o ella es como los discípulos quienes siguieron al Señor Jesús al principio, pero volvieron, Juan 6.66, o como los de Hebreos 10.39, que retrocedieron para perdición por no haber tenido nunca la vida eterna.

Revelación de verdad más profunda

Era importante predicar el Evangelio en lenguaje sencillo, pero hay mucha verdad en la Biblia que es más profunda. El Espíritu Santo reveló estas verdades a los apóstoles. El Señor Jesús había prometido que el Espíritu de verdad les iba a guiar a toda verdad, Juan 16.13. Las veintiuna epístolas del Nuevo Testamento contienen muchas verdades más profundas que explican los maravillosos consejos de Dios.

No revelada a líderes del mundo —

2.6 El mensaje de Pablo no se basaba en sabiduría humana, pero él podía enseñar, y al efecto enseñaba, la verdadera sabiduría de Dios. Esta no es para los que no son salvos o para creyentes nuevos que son como niños en Cristo. Las verdades más profundas son para los que son maduros espiritualmente, aquellos que han crecido como cristianos.

Esta sabiduría verdadera es muy diferente de la sabiduría de este mundo. No es la sabiduría de los líderes mundiales de hoy día. Estos hombres desaparecerán y su sabiduría no llegará a nada. Dios usa las cosas débiles, los creyentes, para reducir a nada los líderes sabios. Dios usa lo que ellos piensan es sin valor, el Evangelio, para deshacer su sabiduría, 1.27,28.

2.7 En esta epístola Pablo revela la verdadera sabiduría de Dios, llamada un misterio. Esto quiere decir alguna verdad que no había sido revelada antes. Pablo recibió mucha verdad del Señor y sabía que tenía que ser fiel en enseñar estas verdades a otros, 4.1,2. Uno de los misterios era aquello que va a suceder cuando el Señor venga, 15.51 al 54. Otros misterios se revelan en Romanos 11.25, 16.25, Efesios 3.3 al 9, 5.32, 6.19, Colosenses 1.26,27, 2.2, 4.3, 1 Timoteo 3.9,16, Apocalipsis 1.20, 10.7, 17.7.

Dios planificó con anticipación todo lo que Él haría, pero revela las cosas lentamente. Él planificó las edades y sabía antes de crear el mundo todo lo que iba a acontecer. Todo ello es para la gloria suya, pero Él nos amó y estaremos en la gloria con Cristo.

2.8 Los líderes de este mundo no se dieron cuenta de la sabiduría de Dios ni comprendían su plan de llevar muchos hijos a la gloria, Hebreos 2.10. Esto se prueba por el hecho de crucificar al Señor Jesús. El Señor Jesús oró por los que le crucificaban, porque ellos no sabían lo que estaban haciendo, Lucas 23.34. El sumo sacerdote representaba la nación de los judíos y Poncio Pilato representaba el Imperio Romano, el mundo gentil. La raza humana puso a Cristo en la cruz.

Los líderes no sabían que Jesús era el Señor de gloria, pero eran responsables por matar a un Hombre inocente y rechazar a su Mesías. Se llama nuestro glorioso Señor Jesucristo en Santiago 2.1. El nombre fue tomado de Salmo 24.7 al 10, donde el rey de gloria por venir es Jehová el Señor todopoderoso. Dios se llama el Dios de la gloria en Hechos 7.2, y el Padre de gloria en Efesios 1.17.

Así, el mundo rechazó al Señor de gloria. Dios propone llevarnos a gloria con Cristo. Es necesario que estemos dispuestos identificarnos con Cristo en su rechazamiento también: primeramente el rechazo, después la gloria, 1 Pedro 1.7, 4.13, 5.10.

2.9 Dios ha preparado cosas maravillosas para los que le aman. El Espíritu emplea aquí palabras como las de Isaías 64.4: Ningún ojo vio lo que hay en la Palabra de Dios, ningún oído lo oyó, ninguna mente puede imaginarlo.

Cristo ha ido a preparar un lugar en la casa de su Padre para nosotros que le amamos, Juan 14.2. Le amamos a Él porque Él nos amó primero, 1 Juan 4.19. Aun ahora Dios obra todas las cosas para el bien de los que le aman, Romanos 8.28. Hay una corona especial para los que aman el regreso del Señor, 2 Timoteo 4.8.

Revelada ahora por el Espíritu Santo —

2.10       El mundo no podía descubrir los consejos de Dios por la sabiduría, y nadie podía imaginarse qué bendiciones Dios tiene en mente para nosotros. Pero ahora Dios ha revelado estas cosas a nosotros por su Espíritu Santo por intermedio de los apóstoles. El Espíritu Santo sabe todo, aun las cosas profundas de Dios. El Espíritu Santo es Dios y Dios lo sabe todo.

Los hombres deben escudriñar, o examinar con cuidado, las Escrituras,   1 Pedro 1.11, Juan 5.39, 7.52, e intentar entender mejor la Palabra de Dios. Cristo escudriña nuestras mentes y corazones y sabe perfectamente lo que pensamos y queremos, Apocalipsis 2.10. Dios sabe las intenciones del Espíritu Santo en nosotros, Romanos 8.27, y el Espíritu sabe la mente de Dios. Él es eterno, es Dios, Hebreos 9.14.

2.11       El ser humano es diferente de cualquier animal por cuanto el hombre tiene espíritu además de cuerpo y alma, 1 Tesalonicenses 5.23. Nuestros espíritus hacen posible que sepamos, amemos y adoremos a Dios. Ninguna persona puede saber todos los pensamientos íntimos de otro, sólo lo puede el espíritu propio de uno.

Dios es una Persona y ciertamente ningún hombre, ninguna criatura, puede saber sus pensamientos íntimos. Sólo el Espíritu Santo de Dios sabe todo lo que Dios sabe.

2.12       El apóstol ha hablado acerca de la sabiduría de este mundo y sus cosas necias y débiles, 1.20,27. El espíritu malo de este mundo es Satanás; él y sus demonios controlan los hombres, Efesios 2.2, 6.12. Hemos recibido el Espíritu Santo quien Dios envió para enseñarnos acerca de los maravillosos dones que Él tiene para nosotros. El Espíritu lo hace por intermedio de los apóstoles quienes han escrito el Nuevo Testamento y Dios lo ha preservado maravillosamente para nosotros a lo largo de todos estos años.

Recibida por creyentes —

2.13       Pablo y los apóstoles les comunicaron estas verdades profundas a los creyentes de aquel entonces cuando ellos predicaban y enseñaban en las reuniones de la asamblea, y cuando escribieron sus epístolas. Ellos no usaban palabras de sabiduría que habían aprendido de hombres instruidos, sino usaron las palabras que aprendieron del Espíritu Santo.

Esto es muy importante. Toda la Escritura es dada por el Espíritu Santo por medio de hombres escogidos, profetas y apóstoles, 2 Timoteo 3.16, 2 Pedro 3.16. Esto incluye los sesenta y seis libros del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. En estos sesenta y seis libros hay muchos miles de palabras y toda palabra es importante, Mateo 4.4. Aquí el Espíritu Santo condujo a Pablo a qué decir, y él y otros apóstoles usaron exactamente las palabras que el Espíritu Santo les enseñó.

¿Cómo podemos entender las palabras del Espíritu? El mismo nos ayuda y es importante comparar cosas espirituales con otras cosas espirituales. Es decir, cuando usted está procurando entender un versículo difícil, otro versículo en la Biblia le ayudará a entender el que es difícil. Usted acomoda, o compara, la enseñanza de estos dos versículos, y quizás muchos otros versículos también.

Usted puede hablar, o explicar, estos versículos a otros cristianos quienes también tienen al Espíritu Santo. Pablo recibió verdades espirituales del Espíritu Santo, y él enseñó estas verdades usando palabras espirituales, no palabras aprendidas de humana sabiduría.

2.14       El hombre que no es salvo no recibe y no puede saber la enseñanza del Espíritu Santo porque es locura para él y su valor puede ser visto sólo de una manera espiritual. El Espíritu llama natural, o no espiritual, a una persona mundana. Esta persona vive por sus sentidos naturales, que son sensuales, o basados en el alma, y no tiene al Espíritu de Dios, Judas 19. La sabiduría de este mundo se basa también en el alma, Santiago 3.15. Algunas personas quieren ser salvas y de una vez el Espíritu Santo les ayuda a entender el Evangelio.

Judas Iscariote era un hombre natural. Él pensaba que era necedad que María vaciara todo ese costoso ungüento sobre el Señor, Juan 12.3 al 5.

2.15       Un hombre espiritual tiene al Espíritu de Dios para ayudar valorar una enseñanza, pero ninguna persona mundana puede comprender correctamente a una que es espiritual. El hombre natural no puede entender la sabiduría y poder de un creyente. Por ejemplo, los sacerdotes no comprendían a Pedro y Juan, Hechos 4.13, y la gente de Atenas sólo se reía de Pablo, Hechos 17.32.

A veces un creyente que no es espiritual puede caer en pecado y la iglesia debe juzgarle, como veremos en el capítulo 5.

2.16       Ningún hombre natural conoce los pensamientos de Dios, y ciertamente ninguno puede darle consejo a Dios. El Espíritu emplea aquí las palabras de Isaías 40.13, como hace también en Romanos 11.34. La mejor sabiduría de hombres es locura, o insensatez, para con Dios, 3.19.

Pero los que tienen el Espíritu pueden conocer la mente de Cristo. El Señor nos ha revelado sus pensamientos a los apóstoles, quienes nos dieron el Nuevo Testamento; y a los profetas, quienes nos dieron el Antiguo Testamento.

¡Cuán maravilloso es que nosotros podemos conocer a Dios!

 

 

 

 

 

                                   Los secretos de Dios, 1 Corintios 2:

Para creyentes maduros                                             2.6

Conocidos a Dios desde la eternidad pasada                         2.7

no conocidos a los líderes de este mundo                  2.8

ni a hombre alguno                                                    2.9

Revelados por el Espíritu Santo                                             2.10

quien sabe todas las cosas                                         2.11

y mora en nosotros                                                    2.12

Revelados por medio de los apóstoles de Cristo        2.13,16

pero sólo a verdaderos creyentes                                           2.14,15

 

Más acerca de divisiones

Pablo comienza en capítulo 1, versículo 10, con hablar acerca de las divisiones en Corinto. Los creyentes pensaban que era una evidencia de su sabiduría escoger líderes humanos y tomar el nombre de un apóstol como el nombre de una parte de la iglesia. Pablo ha explicado que la sabiduría humana no tiene ningún lugar en la iglesia. Ahora en el capítulo 3 él continuó con decir que los creyentes no eran maduros, que Pablo y Apolos eran simplemente siervos de Dios y su pueblo, que todos están construyendo sobre el mismo fundamento y cada uno es responsable al Señor por su conducta en la iglesia. En el último párrafo Pablo advierte de nuevo contra la sabiduría humana y los líderes humanos.

 

Niños en Cristo

3.1 El apóstol no podía darles las verdades más profundas del Espíritu porque ellos eran todavía como niños en Cristo. Eran hermanos de Pablo, habían nacido de nuevo, pero no habían crecido como cristianos, 1 Pedro 1.23, 2.2. No eran hombres naturales como en el 2.14; ellos han podido ser, y han debido ser, espirituales, pero andaban y se comportaban todavía según la carne, como hombres de este mundo.

3.2 Pablo tenía que alimentarles con leche, las verdades sencillas de las Escrituras, como niños pequeños. Ellos no podían usar la carne sólida, los misterios más profundos de Dios. La asamblea de Corinto tenía todos los dones del Espíritu, 1.7, y ellos pensaban que eran sabios, pero Pablo se había dado cuenta de que eran inmaduros en Cristo.

¿Cómo puedo yo crecer espiritualmente? Con aprender y llevar a cabo la Palabra de Dios. Toda Escritura es útil para que un varón de Dios sea preparado enteramente para toda buena obra, 2 Timoteo 3.16,17.

3.3 ¿Por qué dijo Pablo que los corintios eran niños en Cristo? Porque algunos de ellos eran celosos de otros y algunos disputaban con otros creyentes. Estas son dos obras de la carne, la naturaleza vieja, Gálatas 5.19 al 21. Ellas resultan en división en la asamblea, cosa que es a su vez obra de la carne, Gálatas 5.20. Debemos fijarnos en personas que causan divisiones en la asamblea y guardar nuestra distancia de ellos, Romanos 16.17.

3.4 Los corintios seguían líderes humanos y tomaban los nombres de hombres, 1.12. Esto mostraba que se comportaban como hombres mundanos y eran todavía niños en las cosas de Dios. Más adelante, los creyentes hebreos no entendían bien la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo dijo que ellos también eran como niños. Han debido enseñar a otros, pero necesitaban todavía aprender ellos mismos las primeras lecciones, Hebreos 5.11 al 14.

 

Siervos del Señor

3.5 Algunos en Corinto pensaban que Pablo era muy importante, y quizás a otros les gustaba la predicación de Apolos. Pero Pablo dijo que él y Apolos consideraban su servicio como un don recibido del Señor. Dios le da algún don a todo creyente por medio del Espíritu para el bien de toda la asamblea, 12.7, no para la gloria del creyente en particular. ¿Por qué, entonces, debe alguien gloriarse en su propio don o el de cualquier otro? 4.7.

3.6 Pablo pensaba de la iglesia como si fuera un jardín. Dios le dio a Pablo el privilegio de ser el primero en predicar el evangelio en Corinto. Esto era como sembrar la buena semilla, Lucas 8.11. Más tarde Apolos llegó a Acaya y ayudó grandemente a los que habían creído, Hechos 18.27, 19.1. Esto era como regar las matas tiernas con el agua de las Escrituras. Fue buen trabajo en equipo, pero sólo el poder de Dios puede hacer que las matas crezcan y produzcan fruto.

3.7 Pablo vio que su trabajo con Apolos sería inútil sin la ayuda de Dios. Como hombres Pablo y Apolos no eran nada, sólo Dios es importante. Sólo el Señor puede hacer crecer la mata, sólo Dios puede sacar fruto del Evangelio. Toda la sabiduría de hombres no es nada si Dios no está en el asunto. Leemos de Dios sembrando en Isaías 60.21, 61.3, Mateo 15.13, 21.33.

3.8 Pablo y Apolos eran uno solo y unidos en su deseo de servir al Señor y ayudar la asamblea. Esta fue otra razón por qué la asamblea no ha debido dividirse en grupos llamados el de Pablo, el de Apolos, y de otro nombre.

Pablo y Apolos eran siervos de Dios y cada uno recibiría un galardón de Dios según su servicio. Es así para nosotros también; el Señor premiará a los que le sirven fielmente, Mateo 25.21. Debemos servirle porque le amamos, 1 Tesalonicenses 1.3, Hebreos 6.10, y Él no se olvidará de cualquier cosa que hagamos por Él, 1 Corintios 15.58, Apocalipsis 2.2. Usted nunca debe temer hacer demasiado para el Señor.

3.9 Pablo y Apolos eran socios o consiervos que pertenecían a Dios. El Señor Jesús está sobre el trono de Dios y Él obra con nosotros, Marcos 6.19,20. Pablo estaba agradecido por las personas que trabajaban con él:

Pablo y Apolos servían a Dios por la bendición de la iglesia, y la iglesia también era de Dios. Pablo ha venido hablando de la iglesia como un jardín, y ahora él dice que también es como un edificio. Sea una u otra cosa, Dios es su dueño. Pablo habló doce veces de la iglesia de Dios o las iglesias de Dios: Gálatas 1.13, 1 Tesalonicenses 2.14, 2 Tesalonicenses 1.4, 1 Corintios 1.2, 10.32, 11.16,22, 15.9, 2 Corintios 1.1, Hechos 20.28, 1 Timoteo 3.5,15.

 

                                   Consiervos de Pablo:

Tito                                                        2 Corintios 8.23

Priscila y Aquila                                     Romanos 16.3

Timoteo                                                  Romanos 16.21, 1 Tesalonicenses 3.2

Epafrodito                                              Filipenses 2.25

Filemón                                                  Filemón 1

Marcos, Aristarco, Demas, Lucas           Filemón 24

 

Galardones

Pablo y Apolos tendrían su recompensa de Dios por su servicio fiel. Esta es una promesa para todo el pueblo de Dios. La iglesia es como un edificio y todos nosotros compartimos el trabajo.

3.10       Pablo sembró la semilla en el jardín de Corinto. Él puso también el fundamento del edificio, que es una ilustración de la iglesia. Dios le dio como un don la sabiduría que necesitaba para echar el fundamento. Apolos llegó más tarde y añadió al edificio. Era una gran responsabilidad y todos deben tener cuidado en construir conforme a la voluntad de Dios y la palabra de Dios.

3.11       Jesucristo es el fundamento de la Iglesia, y nadie puede poner otro. Más tarde Pablo escribió en Efesios 2, versículos 19 al 22, que el pueblo de Dios está siendo edificado como templo santo para el uso suyo. El fundamento fue echado por los apóstoles y profetas, quienes, como Pablo, predicaron a Cristo. En Efesios aprendemos que Cristo no es sólo el fundamento sino también la piedra principal del ángulo. El amarra todo el edificio en uno solo, en sí.

En Mateo 16, versículo 18, el Señor dijo que Él iba a edificar su Iglesia sobre el lecho de roca de su propia Deidad, la cual Pedro había confesado en esos momentos. El Hijo de Dios es el fundamento inmovible de la única verdadera Iglesia.

3.12       Todos los creyentes son miembros de la verdadera Iglesia de Dios, y estamos ayudando en su construcción. Cada uno tiene un efecto o influencia sobre todos los otros en la asamblea. Esta influencia puede ser buena o mala. Podemos ayudar a otros espiritualmente o a veces ser un estorbo para ellos.

En el versículo 12 hay seis materiales diferentes:

Oro, plata, piedras preciosas

Madera, heno, hojarasca

El oro, la plata y las piedras preciosas se usaron en el templo del Señor, 2 Crónicas 2.7, 3.6,7, Lucas 21.5. Se usó la madera también, 1 Reyes 6.15, y hoy día se hacen muchas casas de madera. Algunas personas usan la paja para el techo.

Aquí Pablo está enseñando acerca de la Iglesia, no un edificio que existía, y él está hablando de materiales que pueden ser quemados y otros que el fuego no puede dañar.

3.13       Un día el Señor vendrá y juzgará a su pueblo. El dará galardones a todos los que le han servido. Su venida será como fuego, Mateo 3.11,12. Se revelarán todas nuestras obras. El oro, la plata y las piedras preciosas no serán quemados por fuego, pero desaparecerán la madera, el heno y la hojarasca. El «fuego» mostrará de qué tipo ha sido la obra que hemos hecho por el Señor.

La palabra fuego se usa también para el juicio de los pecadores, 2 Tesalonicenses 1.8, Mateo 25.41, Apocalipsis 20.15. Los creyentes están en Cristo y el asunto de sus pecados se ha resuelto una vez para siempre. Cuando Cristo venga por nosotros se juzgarán nuestras obras y se darán los premios, o sea los galardones.

3.14       El «fuego» destruirá todo lo que yo he hecho por razones de satisfacción propia: cosas hechas para mi propia gloria; cosas hechas en mi propio poder y sabiduría. Aquí el apóstol está hablando especialmente de la Iglesia y lo que hacemos para construirla. La enseñanza de doctrina incorrecta no ayudará, sería como madera, heno y hojarasca. Vivir en pecado sería así también.

Pedro habló de los creyentes como piedras vivas en un edificio espiritual, y del Señor Jesucristo como la Principal Piedra del Angulo, la más importante Piedra viva, 1 Pedro 2.4 al 7. En Corintios el oro habla de la gloria de Dios, la plata de la redención. Las piedras preciosas nos hacen pensar en las piedras en la vestidura del sumo sacerdote, Éxodo 28.17 al 20, o el fundamento de la Nueva Jerusalén, Apocalipsis 21.19 al 21.

3.15       Cada creyente tiene algún don del Señor, y tiene la oportunidad de ganar una recompensa. Pero algunos malgastan su tiempo, hacen más daño que bien en la iglesia, o buscan gloria para sí mismos. Estos perderán su galardón que han podido recibir, ellos sufrirán pérdida, sus obras serán quemadas.

Ellos son gente salva porque confiaron en Cristo. Dios les ha dado la vida eterna como un regalo gratis, y Él nunca lo quitará. Es importante entender que los cristianos no pueden perder su salvación, pero sí pueden perder su galardón.

Nadie puede quitarle a usted de la mano de Cristo, pero la gente sí puede hacer que usted pierda su recompensa, Juan 10.28, Apocalipsis 3.11.

3.16       La Iglesia es el templo de Dios y Dios vive en la Iglesia por su Espíritu. El Espíritu vive también en todo creyente, y el cuerpo de cada creyente es un templo de Dios, 6.19. El Señor Jesús enseñó que el Espíritu Santo vendría a vivir en nosotros, y el Padre y el Hijo vivirían en los que le aman y guardan sus mandamientos, Juan 14.17,23.

3.17       Nadie puede destruir la Iglesia de Dios; Cristo la está edificando y aun el poder de la muerte no puede detenerle, Mateo 16.18. Pero hay enemigos que procuran corromper la Iglesia con introducir doctrina o prácticas malas. Dios va a destruir esas personas porque su templo, la Iglesia, debe ser santo. Este es un aviso solemne a los cristianos que permiten la falsa doctrina o introducen divisiones en la Iglesia.

 

 

Sabiduría humana y líderes humanos

En el capítulo 1 Pablo dijo que los corintios estaban dividiendo la iglesia al seguir líderes humanos y que esto se debía a la sabiduría humana. Al final del capítulo 3 les advirtió de nuevo acerca de estas cosas.

3.18       Es posible que una persona se engañe a sí misma, y esto es aun peor que mentir a otras personas. Un hombre sigue pensando en una cosa que no es verdad,  hasta que llega a pensar que sí lo es, Gálatas 6.3, Santiago 1.22,26, 1 Juan 1.8.

Algunos en Corinto pensaban que eran sabios en este mundo, así que pensaban que también eran sabios en las cosas del Señor. El Espíritu de Dios nos manda aquí a aprender que somos necios en la vista de Dios porque tan sólo así seremos realmente sabios.

3.19       La sabiduría del mundo es sólo insensatez para con Dios; Dios la hizo así, 1.20. Pablo probó esto con usar las palabras de Job 5.13. Los fariseos se pensaban suficientemente sabios como para poner trampa al Señor Jesús, pero Él volvió la trampa contra ellos, Mateo 22.15 al 22. La misma cosa sucedió a los saduceos, Mateo 22.23 al 33.

3.20       Otra vez el Espíritu Santo usó palabras del Antiguo Testamento, Salmo 94.11. El Señor sabe todas las cosas, aun los pensamientos íntimos. El Señor Jesús, el Hijo de Dios, puede saber lo que uno está pensando, Mateo 9.4, Juan 1.48, 16.30, 21.17. Dios conoce los pensamientos de los que se creen sabios; sus pensamientos son vacíos y no valen nada, Romanos 1.21.

3.21       Ningún cristiano debe gloriarse en hombres, ni en los hombres más sabios, ni aun en los apóstoles de Cristo. Ningún grupo de creyentes puede decir que Pablo es nuestro líder, o  Apolos el nuestro. Todos los cristianos son nuestros y todas las cosas les ayudan a bien, Romanos 8.28.

3.22       Los tres apóstoles eran de toda la Iglesia, Pablo, Apolos y Cefas o Pedro. Sus dones eran para el bien de todos los creyentes, ¿Por qué, entonces, reclamaba una parte de la iglesia a uno u otro de ellos para sí? 1.12.

El mundo y su sabiduría pertenecen a los creyentes. No debemos estar bajo su control, y  no somos del mundo, Juan 17.14,16; sin embargo, podemos aprovecharlo para la gloria del Señor, 1 Corintios 7.31.

La vida y la muerte son nuestras. Tenemos la vida en este mundo pero tenemos a la vez la vida eterna. Aun la muerte no es nuestro maestro ahora, porque Cristo ha vencido a Satanás quien tiene el poder de la muerte, Hebreos 2.14,15, 1 Corintios 15.54 al 56. La muerte es ahora nuestra manera de entrar en la presencia del Señor: partir es estar con Cristo, Filipenses 1.23.

El tiempo es nuestro, tanto el tiempo presente como todo el futuro. Dios nos da cada hora corta cada día, y debemos usar el tiempo para él. Todo el futuro es nuestro; estaremos con Cristo para siempre.

Y de nuevo el Espíritu dice que todo es nuestro.

3.23       No somos de Pablo, Apolos, Pedro ni el mundo. Todos ellos son nuestros. Nosotros somos de Cristo y somos suyos solamente. Hemos sido comprados por precio, 6.20, 7.23, Hechos 20.28. Somos llamados los suyos, Juan 13.1, porque el Padre nos dio a Él, Juan 17.2,6,7,9,11,12,24. Pertenecemos a Cristo.

Cristo es de Dios. El Hijo es del Padre, pero Él tomó forma de Siervo. Vino para hacer la voluntad del Padre y la hizo a perfección. La Cabeza de Cristo es Dios, 11.3, y al final Dios será todo en todos, 15.28.

Lea de nuevo los versículos 21 al 23 y glorifique a Dios por enseñarle estas cosas maravillosas.

 

¿Quiénes son los apóstoles?

Pablo ha mostrado que los apóstoles son de los creyentes y que nosotros debemos usar sus dones para la bendición de la Iglesia. En el capítulo 4 él dijo más a sus lectores acerca de la obra de los apóstoles y sus problemas, y prometió visitar a Corinto.

No juzguen a los siervos de Dios

Pablo ha declarado que los apóstoles pertenecen a los creyentes pero eran responsables a Cristo mismo.

4.1 Los corintios deben pensar de Pablo y Apolos y Pedro como siervos bajo Cristo. Pablo fue nombrado por Cristo para esta posición cuando fue salvo, Hechos 26.16. También siete veces él se llama a sí mismo por una palabra diferente que quiere decir servidor, y cinco veces tuvo a bien llamarse a sí un esclavo de Jesucristo. Así eran Pedro y Santiago. Véanse Romanos 1.1, Filipenses 1.1, Tito 1.1, Santiago 1.1, 2 Pedro 1.1.

A los apóstoles les fueron dadas revelaciones especiales de las verdades más profundas de Dios, algunas de las cuales nunca habían sido conocidas antes. Estas revelaciones no fueron tan sólo para el bien de los apóstoles mismos;  ellos fueron ordenados a decirlas a otros. Esto lo hicieron en sus cartas y al enseñar los creyentes en las asambleas.

4.2 El Señor requería que ellos fuesen fieles en pasar estas verdades profundas a otros. Nosotros debemos ser fieles siervos del Señor. Timoteo lo era, 4.17, y Pablo pensaba que podía decir que él lo era también, y el Señor le encontró fiel, 1 Corintios 7.25, 1 Timoteo 1.12. El Señor nos examinará a cada uno y dará recompensa a los que El encuentre fieles, 1 Corintios 3.14.

4.3 Pablo quería ser hallado fiel, pero no le preocupaba cómo los corintios le juzgaban, o cualquier otro. Por cierto él no se juzgaba a sí mismo. Si procuramos juzgarnos a nosotros mismos podemos estar demasiado contentos o demasiado tristes.

4.4 Pablo podía decir que él tenía buena conciencia y que no sabía de nada incorrecto en su vida, Hechos 23.1, 24.16, 2 Corintios 1.12, 2 Timoteo 1.3. Pero esto no era prueba de que él era sin falta en los ojos de Dios.

Sólo el Señor nos puede juzgar debidamente, y Dios le ha hecho Juez de todos los hombres, Juan 5.27. Él sabe todo en cuanto a nosotros, pero aun así nos da mayor gracia, 1 Corintios 1.3, 16.23.

4.5 Por estas razones no debemos procurar juzgar la obra de otro por el presente. No podemos saber los pensamientos íntimos de otros ni las cosas que hacen a solos. Estas cosas pueden ser mejores o peores de lo que nosotros sabemos.

En cualquier caso nadie sino el Señor puede saber todos los hechos y Él ha guardado para sí el derecho de juzgar a sus siervos. Lo hará cuando vuelva por nosotros, 1.7, 1 Pedro 1.7,13. Él nos mostrará a cada uno estas cosas secretas y nos recompensará por todo lo que es bueno. No debemos buscar la alabanza de los hombres, sino esperar aquel día en la esperanza de oir alabanza de Dios. El apóstol Pablo se preocupaba en gran manera porque algunos corintios le alababan a él al decir ‘Yo soy de Pablo’, 1.12; a la vez otros le juzgaban, diciendo que él no debería ser llamado un apóstol, 9.12.

No se jacten de los hombres

4.6 Pablo acaba de advertir a los lectores a no juzgar a nadie antes de tiempo. Él usó a sí mismo y a Apolos como ejemplos, 3.4 al 6,22. Pero también otros maestros habían estado en Corinto. Pablo no nombró estos hombres pero su enseñanza era aplicable a ellos también.

Pablo deseaba que los corintios no alabaran a ningún hombre ni se gloriasen acerca de uno más que otro, ni se hinchasen de orgullo. Las Escrituras enseñaban que un hombre vive por sólo poco tiempo y no debe confiar en otros hombres, Salmo 39.5, 146.3,4, Isaías 2.22. Los corintios no debían tener de los hombres un concepto más alto de lo escrito en el Antiguo Testamento.

4.7 Pero algunos hombres son mejores predicadores que otros. Es así, pero todo es cuestión del don recibido de Dios. Ninguno debe gloriarse en lo que puede hacer, porque todo procede de Dios. Nadie puede vivir un minuto una vez de que Dios le quite el aliento. Aun el poeta pagano sabía que vivimos y existimos sólo en Dios, y Pablo usó sus palabras al hablar en Atenas, Hechos 17.28. Vamos a leer en el capítulo 12 que los dones a la Iglesia vienen del Espíritu Santo.

No vivan como reyes

Los corintios pensaban que la sabiduría de este mundo era importante y ellos se gloriaban en sus líderes humanos. Ahora aprendemos que intentaban vivir como reyes en este mundo.

4.8 Los corintios tenían mucho que comer; ellos querían hacerse ricos y vivir como reyes. Dios quiere nuestra felicidad pero los hombres han rechazado a nuestro Señor y Rey y Él todavía no ha regresado a reinar. No debemos procurar evitar el sufrir con Cristo. Si sufrimos con Él, más adelante vamos a reinar con Él, 2 Timoteo 2.12. Así Pablo dijo que deseaba que el tiempo hubiese llegado cuando los corintios sí van a ser reyes, porque los apóstoles también van a reinar con ellos.

4.9 Los apóstoles estaban viviendo una vida muy diferente. Parecía que Dios había puesto a los apóstoles como los últimos entre la gente, como si fueran culpables de algún crimen y tenían que morir como ejemplos a los demás. Los apóstoles habían sido puestos como si fuera en exhibición pública, para ser insultados y objeto de risa de parte del mundo entero, tanto ángeles como hombres. Los creyentes hebreos sufrían de la misma manera, Hebreos 10.33.

4.10       La gente pensaba que los apóstoles eran tontos, pero eran así por Cristo. El Señor advirtió a sus discípulos que ellos serían aborrecidos de todos por causa de él, Mateo 10.22, y le dijo a Pablo al principio que él tendría que sufrir por su Señor, Hechos 9.16. Pablo estaba dispuesto a hacer mucho por causa del evangelio, 1 Corintios 9.23, y morir por causa de Jesús si fuera necesario, 2 Corintios 4.11.

También la gente consideraba que los apóstoles eran débiles y despreciados, pero los corintios se consideraban sabios y fuertes, y querían la honra del pueblo. Los corintios no estaban dispuestos a sufrir por causa de Cristo.

4.11       Los apóstoles sufrían mucho. A menudo no tenían suficiente alimento o ropa. La gente les maltrataba, aun dándoles golpes con el puño, como habían hecho al Señor Jesús, Mateo 26.67, Marcos 14.65. Los apóstoles no tenían un lugar que podían considerar su propio hogar. Pablo sufrió el azote y látigo, como su Maestro también, Marcos 10.34. Lucas 22.63.

4.12       Cuando estaba en Corinto, Pablo trabajó para ganar la vida porque no quiso aceptar regalos de los creyentes allí, Hechos 18.3, 1 Corintios 9.6,18.

La gente decía cosas muy duras acerca de Pablo, Hechos 19.26, 21.28; ellos hacían lo mismo en cuanto al Señor Jesús, Juan 9.28, 1 Pedro 2.23. Como su Señor, Pablo no respondía hablando mal de ellos; él bendecía a los que le atacaban. Esteban y su Señor pidieron a Dios perdonar a los que les estaban matando, Lucas 23.34, Hechos 7.60. Los apóstoles eran perseguidos pero lo aguantaban y no sentían que el Señor les había abandonado, 2 Corintios 4.9. Pablo había perseguido a la Iglesia de Dios, 15.9, Gálatas 1.13. Filipenses 3.6, y él aprendió que todos los creyentes pueden ser perseguidos, 2 Timoteo 3.12.

4.13       Otros insultaban a los apóstoles pero los siervos de Dios procuraban hablar con consideración y ayudar la gente. Algunas personas ponían a los apóstoles al nivel más bajo de los hombres, como criminales en espera de muerte, o como agua sucia a ser botada como inútil y hasta peor.

En estos versículos Pablo no estaba hablando de problemas que había experimentado años antes cuando recién salvo. Todavía sufría estas cosas en Éfeso al escribir la carta, Hechos 19.29 al 31.

Síganme a mí

Pablo había sido el primero en predicar el Evangelio en Corinto, y esperaba que los creyentes le seguirían. Él envió a Timoteo a enseñarles de nuevo las mismas cosas.

4.14       Pablo dijo que los corintios estaban viviendo como reyes pero los apóstoles eran rechazados por el mundo. Él escribió estas cosas para hacerles reflexionar, no para avergonzarles. Ellos han debido sentirse avergonzados, pero el verdadero propósito de Pablo fue mostrar que los amaba. Ellos habían recibido vida eterna por medio de su mensaje acerca de Cristo, así que él podía llamarles sus hijos, 2 Corintios 6.13. Nosotros también recibimos la vida eterna por el mensaje del Evangelio; hemos renacido por la Palabra de Dios, 1 Pedro 1.23.

4.15       Los corintios podían contar con muchos maestros pero tener un solo padre espiritual. Dios le había dado a Pablo el privilegio de conducirles al Señor. Otros maestros tal vez estaban procurando hacer ver su sabiduría propia, o ponerles en contra de Pablo.

4.16       Pablo como su «padre» podía pedirles seguirle a él y no a estos otros. Sin embargo él no les pidió seguirle como hombre, sino sólo como un apóstol inspirado. Pablo seguía a Cristo, así que ellos deberían imitar su ejemplo, 11.1. Los tesalonicenses eran seguidores del apóstol y del Señor, 1 Tesalonicenses 1.6, 2 Tesalonicenses 3.7,9.

4.17       Timoteo también era hijo espiritual de Pablo, así como Tito y Onésimo, 1 Timoteo 1.2,18, 2 Timoteo 1.2, 2.1, Tito 1.4, Filemón 10. Timoteo era a la vez fiel en el Señor; también lo eran Tíquico y Epafras, Efesios 6.21, Colosenses 1.7. Timoteo era un hijo amado y los corintios eran hijos amados, 4.14.

¿Por qué Pablo le pidió a Timoteo que fuera a Corinto? Él amaba a sus hermanos allí y quería que le siguieran como su padre espiritual. Desde Éfeso Timoteo fue a Macedonia, Hechos 19.22, y después a Corinto. En Corinto les haría recordar a los creyentes de los consejos y modo de ser de Pablo, y su enseñanza y práctica. Pablo enseñaba los mismos principios en todas las iglesias, pero escribió cartas para atender a las necesidades particulares de cada una.

Yo vengo

Los creyentes orgullosos esperaban que Pablo no viniera a visitarles, pero él estaba seguro de hacerlo. Posiblemente tendría que reprenderles por su mala conducta.

4.18       Pablo escribió a los corintios para que no se pusieran orgullosos, 4.6. Timoteo vino a enseñarles las mismas cosas, pero algunos pensaban que Pablo mismo temía venir.

4.19       El proponía visitarles muy pronto, pero dijo también, ‘si el Señor quiere’. Pablo era apóstol por la voluntad de Dios, 1.1, y quería que toda su obra fuera según la voluntad de Dios, Hechos 16.7, 1 Tesalonicenses 3.11.

Algunos en Corinto se oponían a Pablo y su enseñanza, y hablaban grandes palabras en contra de él. Tal vez ellos temían decir estas cosas con Pablo allí presente. Él sabría si ellos realmente tenían el poder del Espíritu Santo, o si simplemente estaban hablando grandes palabras.

4.20       El Señor Jesucristo reinará como Rey sobre el mundo entero y establecerá el Reino de Dios por mil años, Lucas 21.31. El Reino de Dios no es un país o estado; hoy día el reino incluye a todos los que aceptan a Dios como Rey. Vamos a aprender más acerca del reino de Dios en 6.9,10, 15.24,50.

Aquí en el 4.20 el Espíritu Santo enseña que, en los asuntos de Dios, las palabras sin poder no valen mucho. Vimos que a Dios le complace salvar la gente por la predicación, 1.21, pero las palabras del predicador deben ser con poder, el poder del Espíritu Santo. Debemos predicar a Cristo quien es el poder de Dios, 1.24.

4.21       Algunos entre los corintios procuraban rechazar a Pablo y él sabía que tendría que hablar muy fuertemente a ellos. Posiblemente él tendría que usar la vara en lo que diría, pero él les amaba, 4.14, y su deseo era ir a ellos con ternura y amor, no para hacerles tristes, 2 Corintios 2.1.

 

3 – Pecado en la iglesia

Pablo pensaba que tal vez él tendría que venir a Corinto y tratar con los orgullosos, pero de una vez él tenía que decirles del pecado en la iglesia y qué deberían hacer ellos al respecto, 16.1 al 5. El pecado se extenderá en la asamblea, 16.6 al 8, de manera que es necesario poner fuera de la comunión a una persona pecaminosa, 16.9 al 13.

 

La condición en Corinto

Un hermano estaba viviendo en pecado y la iglesia no le juzgaba. Pablo mandó a los creyentes a entregar esa persona a Satanás.

5.1 El mundo en Corinto era muy inmoral, pero aun las personas mundanas no practicaban lo que estaba haciendo un cristiano en la iglesia. El hombre estaba viviendo una vida inmoral con la esposa de su padre, y esto era bien sabido en la ciudad.

Hoy día la gente del mundo conoce y practica toda forma de inmoralidad. El cristiano debe guardarse enteramente separado de esas costumbres impías, 6.18.

5.2 Este pecado era muy malo, pero la iglesia no tomaba ninguna acción y este hecho era todavía peor. La ley de Dios les decía que era incorrecto, Éxodo 20.14, Levítico 18.8. Ellos sabían que no estaban bajo la ley, Gálatas 5.18, y parece que pensaban que la gracia de Dios perdonaría los pecados de un creyente. Dios como Juez sí ha perdonado nuestros pecados, pero como Padre aseguradamente El castigará a sus hijos que persisten en pecar. Aprenderemos más acerca de esto en el capítulo 11, versículos 30 al 32.

En el cuerpo de Cristo si un miembro sufre todos sufren con él, 12.26. Un hombre en la iglesia en Corinto estaba viviendo en pecado y todos los demás han debido sentirse tristes. Los creyentes todavía eran orgullosos de su conocimiento en vez de confesar el pecado a Dios y pedir que El lo quitara. El hombre no quería arrepentirse de su pecado y por esto fue necesario excluirle de la asamblea. La mujer era culpable también pero nada se dice de ella, así que creemos que ella no estaba en la iglesia.

5.3 Pablo estaba lejos de Corinto, en Éfeso, pero él estaba con ellos en espíritu. Pablo amaba a los creyentes allí y sabía en su corazón que les era difícil poner a este hermano fuera de la iglesia. Pero Pablo había juzgado al hombre que había hecho esto, y el juicio de Pablo sería el mismo estando él con ellos en Corinto.

5.4 Ellos deberían reunirse en el nombre del Señor Jesús y tener presente que El había prometido estar con ellos, Mateo 18.20. Ellos podrían actuar con la autoridad del apóstol Pablo y el poder del Señor Jesús. En aquel entonces la iglesia se reunía para la oración, Hechos 4.31; enseñanza, 11.26; oir informes misioneros, 14.27; conversar sobre un problema de doctrina, 15.6,30; partir el pan, 20.7,8; y, como aquí, para juzgar a un pecaminoso.

5.5 Los creyentes tenían que poner fuera de la asamblea a esta persona pecaminosa. Hay una protección especial en la asamblea, y Satanás puede atacar más fácilmente si un cristiano está sin esa protección. Ellos tenían que entregar ese hombre a Satanás aun si esto quería decir que él moriría. Su espíritu sería salvo en el Día cuando el Señor vendrá a juzgar su pueblo, 3.13. Sería mejor para él morir que seguir en el pecado. Sus obras serían quemadas pero él sería salvo, 3.15.

Este hombre fue puesto fuera por lo que él hizo. Más adelante, Pablo entregó a dos hombres a Satanás por lo que ellos dijeron, 1 Timoteo 1.20.

 

                                                   Obra de Satanás:

Satanás puede tentarnos a pecar                    1 Corintios 7.5

procurar dividir la asamblea                          2 Corintios 2.11

engañar al pueblo,

haciéndose pasar por un ángel                2 Corintios 11.14

causar enfermedades                                    2 Corintios 12.7

 

El pecado se extenderá

¿Por qué era tan importante para la asamblea excluir a este hombre? Porque probablemente el pecado se extendería a toda la asamblea. Un cristiano joven ve que no se castiga a otro por su pecado, y él o ella llega a pensar que puede hacer lo mismo. De esta manera las costumbres pecaminosas alcanzan también a los demás.

5.6 Parece que los corintios se sentían orgullosos porque podían permitir al hombre continuar en la asamblea, pero esto no era bueno. Pablo dijo que la levadura es una ilustración del mal. Para hacer pan, usted pone un poco de levadura en la masa y la levadura se extiende a toda la masa. El pueblo de Israel hacía su pan sin levadura cuando ellos guardaban la Fiesta de la Pascua, Levítico 23.5,6, Deuteronomio 16.4.

5.7 Sin duda el mal en la iglesia iba a llegar a otros, así que era necesario quitarlo. Es el Espíritu Santo quien hace santa la iglesia; ella debe quedarse así, quitando toda cosa inmunda. Esto haría la iglesia como una nueva masa para el pan sin levadura. El Señor Jesús es el Cordero de Dios, y El dio su vida por nosotros. En la Pascua el pueblo de Israel ofrecía un cordero, que era una ilustración de nuestro Señor.

5.8 No debemos guardar ciertos días como si fueran más santos que otros, Gálatas 4.10,11, pero debemos adorar al Señor todos los días y darle las gracias por nuestra salvación. Debemos vivir una vida santa y adorarle y servirle. La asamblea también debe ser santa, y, al ser necesario, hay que quitar todo lo malo. Esto es como guardar la levadura en Israel para celebrar ellos la Pascua, Éxodo 12.15.

La malicia y la maldad son como la levadura vieja. Debemos tener sinceridad y verdad en la asamblea. La sinceridad quiere decir que el pecado ha sido quitado y la verdad quiere decir que servimos según la Palabra de Dios, Juan 4.24, 17.17. Celebrar la fiesta es una ilustración de la adoración a Dios.

 

El pecado debe ser juzgado

Pablo les había dicho a los creyentes en Corinto que ellos no debían tener nada que ver con personas inmorales. Ahora él les manda a no tener trato con personas culpables de seis pecados comunes. La responsabilidad de los creyentes es de poner fuera de la asamblea a las tales personas.

5.9 Posiblemente Pablo escribió muchas cartas a creyentes y asambleas, pero el Espíritu Santo le guió de una manera especial cuando él escribió las trece cartas del Nuevo Testamento; posiblemente él escribió también la carta a los Hebreos. A lo largo de todos estos años Dios ha guardado seguras estas cartas para nosotros. El versículo 9 da a entender que Pablo había escrito otra carta anterior a los corintios, la cual no ha sido guardada para nosotros. En aquella carta él les mandó a no tener trato con la gente inmoral.

5.10       Algunos corintios pensaban que esto quería decir que ellos no debían tener nada que ver con la gente de este mundo porque muchas personas en la ciudad de Corinto eran muy inmorales. Para evitar a toda esa gente, sería necesario salir de un todo de la ciudad o del mundo entero.

La Biblia dice que debemos ir y decirle a la gente el amor de Dios, pero no podemos tomar parte en sus actividades pecaminosas.

5.11       Ahora el apóstol explicó que los creyentes no deben tener trato con cualquier persona que dice ser cristiano pero está continuando en cualquiera de estos seis pecados. No podemos estar seguros que una persona sea creyente cuando está pecando así. Solamente Dios sabe eso, pero si la persona se llama a sí misma un cristiano, no debemos tener comunión con esa persona.

Pablo habló en una carta anterior de la inmoralidad, el amor al dinero, el hurto y la idolatría, y ahora el Espíritu Santo agrega dos pecados más, que son el decir cosas severas en contra de otro y la borrachera. La gente decía muchas cosas malas en contra del Señor Jesús, 1 Pedro 2.23, y los creyentes no deben usar ese lenguaje en contra de nadie. Las personas que persisten en hacer esto deben ser puestas fuera de la comunión de la asamblea.

La Biblia dice que la borrachera es un pecado, Génesis 9.21, 1 Samuel 25.36, Proverbios 23.20,21, Mateo 24.49, Romanos 13.13, Gálatas 5.21, Efesios 5.18, 1 Tesalonicenses 5.7, Tito 2.3, Apocalipsis 17.2. No podemos tener ninguna comunión con los borrachos.

No debemos permitir que las personas pecaminosas hagan memoria del Señor participando en el partimiento del pan en la asamblea. Comer una comida ordinaria es una señal de comunión y es importante mostrar a las personas llamadas cristianas que no podemos tener ninguna comunión con ellos mientras vivan en pecado.

5.12,13 El apóstol Pablo no era responsable ante las personas inconversas fuera de la asamblea, pero la iglesia tenía autoridad para juzgar a todas las personas en la asamblea, o sea, entre ellos. Dios es el Juez de todos los hombres, pero la iglesia debe poner fuera a cualquier persona mala que está viviendo una vida inmoral. Satanás se llama el maligno, Efesios 6.16, 1 Juan 2.13, 3.12, 5.18, y a veces él puede tentar a los cristianos a comportarse de una manera mala.

Dios castiga sus hijos para que ellos no sigan en el pecado. Él quiere que volvamos a él. Este hombre fue puesto fuera de la iglesia en Corinto, pero él se arrepintió y más adelante Pablo dijo a los creyentes que le recibieran de nuevo, 2 Corintios 2.5 al 11.

 

4 – Demanda judicial contra otro

Los corintios no eran espirituales; ellos eran como niños en Cristo. Una señal de esto era las divisiones entre ellos, y Pablo ha venido dando enseñanza sobre este pecado. Otra señal era el hecho de ir a los tribunales de la ciudad para que un juez pagano arreglara los pleitos entre ellos. Los creyentes en la asamblea pueden juzgar debidamente, 6.1 al 6, y sería mejor aceptar una pérdida que apelar a hombres pecaminosos y fuera del reino de Dios, 6.7 al 11.

 

Mejor pedir que creyentes juzguen

Nueve veces Pablo preguntó a los corintios si ellos no sabían algo que han debido saber: 3.16, 5.6, 9.13, y en el capítulo 6, versículos 2,3,9,15,16,19. Esta es otra evidencia de que ellos realmente no eran sabios en las cosas de Dios y no podían valerse de la vianda de las verdades más profundas, 3.2.

6.1 Todos nosotros tenemos que vivir con otras personas y es de esperar que habrá querellas. En la asamblea debe existir el amor hermanable, pero pueden presentarse querellas entre dos creyentes. Si esto sucede debemos pedir que otros cristianos arreglen el asunto. Había querellas entre creyentes en la asamblea en Corinto pero algunos demandaban a sus hermanos en los tribunales en vez de pedir a otros creyentes enterarse de sus diferencias.

6.2 Los creyentes van a juzgar el mundo cuando Cristo venga a reinar sobre todos los hombres, Mateo 19.28, Apocalipsis 2.26. En ese entonces nosotros tendremos cuerpos nuevos y la vieja naturaleza pecaminosa se habrá ido para siempre. Aun ahora nosotros contamos con las Escrituras y el Espíritu Santo, y debemos ser capaces de arreglar las querellas entre creyentes. Pablo las llama cosas muy pequeñas.

6.3 Algunos de los ángeles decidieron seguir a Satanás y cayeron en pecado. Los ángeles serán juzgados por el Señor Jesucristo, 2 Pedro 2.4, Judas 6, y nosotros vamos a estar con él. La palabra mundo en el versículo 2 quiere decir todos los seres, tanto hombres como ángeles. Pablo ya había pronunciado juicio sobre hombres y ángeles que introdujeran enseñanza falsa en las iglesias, Gálatas 1.8. En la Biblia los ángeles son vistos como poderes espirituales que tienen control sobre líderes humanos o naciones, Daniel 10.13, Efesios 6.12. Los creyentes van a juzgar a estos ángeles, ¡pero ahora algunos creyentes estaban pidiendo a los líderes humanos que les juzgaran!

6.4 Aun personas sin mucha importancia en la iglesia serían mejores que personas del mundo afuera. Los cristianos habían ido a los jueces de la ciudad en Corinto, pero ellos han debido ir a la asamblea. Los creyentes nuevos contaban con el Espíritu Santo y sabían algo acerca de la Palabra de Dios.

6.5 Los corintios han debido sentir vergüenza por lo que habían hecho. Sin duda había por lo menos un hombre verdaderamente sabio en la asamblea quien podía atender a sus querellas de una manera justa. Pablo no quería decir en verdad que ellos deben pedir esto a los creyentes nuevos o los que no tenían instrucción espiritual, pero aun ellos serían preferibles a personas del mundo.

6.6 En vez de esto, un hermano acusaba a otro ante el tribunal y pedía a las personas no salvas atender al problema. En la familia de Dios debemos hacer todo lo posible para vivir en paz con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Si esto es imposible, podemos pedir a un hermano sabio en la asamblea que resuelva nuestras diferencias, pero nunca llevar otro al tribunal.

 

Mejor aceptar pérdida

Algunos de los creyentes en Corinto pensaban que podían reinar como reyes y en verdad ellos querían todo el dinero posible. Estos jueces en Corinto eran hombres pecaminosos, y los creyentes habían sido limpiados de los mismos pecados.

6.7 Es verdad que la iglesia en Corinto tenía todos los dones espirituales, 1.5, pero ellos eran todavía niños en Cristo. Esto se veía en que ellos se sentían libres a demandar el uno al otro en los tribunales, y en su codicia por todo lo que podían obtener. En vez de ir a los tribunales, mejor sería sufrir una pérdida. Dios puede proveer para todas nuestras necesidades y reponer lo que perdemos por el bien de Cristo.

6.8 Los corintios no pensaban así de ninguna manera. Por cierto algunos de ellos estaban defraudando a sus propios hermanos en Cristo para obtener más para sí mismos. Esto es exactamente lo contrario a lo que el Señor quiere. Los primeros cristianos tenían todo en común con otros creyentes, Hechos 2.45, 4.34,35, y se nos manda a hacer bien, especialmente a los de la familia de Dios, Gálatas 6.10.

6.9,10 Los cristianos de Corinto pedían a personas pecaminosas a ayudarles en los tribunales a sacar dinero de otros cristianos. Estas personas pecaminosas no eran del reino de Dios ni iban a entrar en él. El Espíritu Santo nombró diez pecados e hizo saber a los cristianos que ellos no deben engañarse a sí mismos, o dejar que otro les diga que estas cosas no eran muy malas.

En una carta anterior Pablo les advirtió acerca de cuatro de estos pecados, y en esta carta él incluye dos más, 5.9 al 11. Y ahora pone otros cuatro en la lista: el adulterio, la homosexualidad (ambas personas) y la estafa.

Satanás siempre procura que el pecado se vea como algo bonito. Le dijo a Eva las ventajas de desobedecer la ley de Dios. Les dijo a Judas y Ananías que ellos tendrían dinero para sí mismos, Juan 13.27, Hechos 5.3. Hoy día algunas iglesias reciben a los homosexuales como si fueran cristianos normales.

No se engañen, Gálatas 6.7.

6.11       Algunos de los corintios no eran mejores; ellos habían sido culpables de algunos de estos pecados. ¿Cómo, entonces, podrían esperar estar en el reino de Dios?

 

                                   Lo que éramos y lo que el Espíritu Santo ha hecho:

Éramos sucios, corrompidos por pecado, pecaminosos y culpables

Nos ha lavado, santificado, puesto aparte para Dios y justificado

Esta obra del Espíritu Santo es todo en el nombre del Señor Jesús. Por cierto, leemos que somos lavados, hechos limpios, por Cristo, por su Palabra, Hebreos 13.1; 1 Corintios 1.30, Juan 15.3, y la Iglesia está siendo lavada y santificada por la Palabra, Efesios 5.26, Juan 17.17.

Somos justificados por Cristo, Gálatas 2.17; por su sangre, Romanos 5.9;
léase también Juan 1.7.

 

Deténgase aquí mismo para dar gracias al Señor Dios por estas tres maravillosas bendiciones.

 

5 – Fornicación y vida matrimonial

El Espíritu Santo había hecho lo mismo a todos los corintios y todos ellos contaban con estas tres grandes bendiciones. Ellos han debido tener más amor y respeto para cada uno sin procurar estafar el uno al otro y demandar a sus hermanos ante los jueces mundanos. Ahora el Espíritu va a decir más acerca del pecado de la fornicación en el resto del capítulo 6, y no poco acerca de personas casadas en el capítulo 7.

 

Fornicación

Los pecados sexuales eran muy comunes entre la gente mundana en Corinto, y los creyentes se sentían tentados a volver a sus viejas costumbres. Nosotros somos libres pero nuestros cuerpos pertenecen al Señor, 6.12 al 14. La fornicación une el cuerpo con una persona pecaminosa, 6.15 al 17; y debemos tener presente que el Espíritu Santo vive en nuestros cuerpos, 6.18 al 20.

Nuestros cuerpos pertenecen al Señor

6.12       Pablo, por el Espíritu Santo, había enseñado que los creyentes no están bajo la ley, Gálatas 3.18, y algunas personas decían que por esto podían continuar en el pecado. La ley de Dios decía que los israelitas no debían cometer el adulterio, y sin duda los cristianos no tenían libertad para hacerlo.

Pablo no niega aquí que tenemos libertad en Cristo, pero esto no quiere decir que podemos cometer pecado. Muchas cosas no son buenas o provechosas para nosotros. Ciertamente no debo permitir que se vuelva hábito algo que tiene control sobre mi vida.

6.13       El cuerpo tiene sus usos correctos y naturales. Dios provee viandas para nuestros cuerpos y Él ha diseñado el cuerpo para que pueda aceptar el alimento que necesita. Aun así el cuerpo natural no va a vivir para siempre. Dios también ha planificado el cuerpo para que nazcan niños y la raza humana continúe aun cuando otras personas mueran. Esto es natural pero no quiere decir que la actividad sexual sea tan necesaria como lo es nuestro alimento.

El cuerpo no está hecho para la inmoralidad sexual, la fornicación o el adulterio. Dios hizo el cuerpo humano para su propia gloria, y Él provee todo lo que necesitamos. Nosotros vivimos en Cristo y Él vive en nosotros, en nuestros cuerpos. El cuerpo es para el Señor y el Señor para el cuerpo.

6.14       El cuerpo tendrá que morir, pero Dios lo resucitará a vida de nuevo, tal como Él resucitó a Cristo a vivir después de haber muerto. Vamos a leer mucho más sobre esto en el capítulo 15, pero observemos aquí que se trata del poder de Dios.

Juntarse cuerpos

6.15       Pablo había enseñado anteriormente a los corintios que sus cuerpos eran partes del cuerpo de Cristo, y añadió mucho más acerca del cuerpo de Cristo en el capítulo 12. Aquí les muestra cuán malo es que un creyente use su cuerpo en el pecado de la fornicación. El cuerpo de un creyente es parte del cuerpo santo de Cristo. ¿Él o ella, entonces, debe hacer de su cuerpo parte del cuerpo de un pecador inmundo? ¡Nunca!

6.16       Dios dijo en el principio que un hombre y su esposa eran como un cuerpo, Génesis 2.24. Lo mismo es cierto en cuanto a cualquier hombre y mujer en la unión sexual. Así dos personas se hacen como un solo cuerpo cuando se juntan en la inmoralidad sexual.

6.17       Nosotros los creyentes nos hemos juntado al Señor, así que somos uno en espíritu con Él. Esto es muy superior a la unión natural del hombre y su esposa porque el espíritu es mayor que el cuerpo. Le aceptamos a Él como Señor y vivimos en Él.

El cuerpo es templo del Espíritu Santo

6.18       Pablo ha explicado lo pecaminoso de un acto inmoral, y ahora manda a los corintios a huir de los pecados sexuales.  José hizo exactamente eso cuando una mujer procuró obligarle a pecar con ella, Génesis 39.12. Pablo mandó a los corintios a huir de la adoración de ídolos, 10.14, y mandó a Timoteo a huir del amor al dinero como también de los deseos de los hombres jóvenes, 1 Timoteo 6.10,11, 2 Timoteo 2.22.

Otros pecados no rompen la unión entre nuestros cuerpos y Cristo de la misma manera que hace la inmoralidad sexual. Otros pecados pueden perjudicar el cuerpo; por ejemplo, el comer demasiado, la borrachera, o el uso de drogas. Y, cualquier pecado rompe nuestra comunión con el Señor y destruye nuestro gozo en Él. Pero la fornicación significa unir el cuerpo con el cuerpo de una persona impía en vez de usarlo para el Señor.

6.19       Los corintios sabían que la iglesia es un templo de Dios y es santa, 3.16,17. Ellos sabían que el Espíritu es dado a todo verdadero creyente, Hechos 2.38, 1 Tesalonicenses 4.8. Aquí el apóstol agregó que el cuerpo de cada creyente es el templo del Espíritu Santo quien vive en él o ella. El pecador debe morir y todos somos pecadores. Cristo pagó la pena de nuestros pecados y ahora somos de él. Nuestros cuerpos realmente no son nuestros; son suyos.

6.20       El Señor nos ha comprado y no tenemos que morir por nuestros pecados, Gálatas 3.13. El precio es la sangre preciosa de Cristo, 1 Pedro 3.18,19. Nuestros cuerpos pertenecen a Dios, no a Satanás ni al mundo ni a nosotros. Así el Espíritu nos manda a glorificar a Dios en nuestros cuerpos como también en nuestros espíritus. Hagamos todo para la gloria de Dios, 10.31.

Veamos:

 

                                   El cuerpo:

es para el Señor, no para la fornicación                                 6.13

es para ser destruido y resucitado de nuevo                                      6.13,14

es un miembro de Cristo, no de una prostituta                       6.15

es víctima del pecado cuando uno comete fornicación                     6.18

es templo del Espíritu Santo                                                  6.19

es comprado a gran precio                                                     6.20

es para la gloria de Dios                                                        6.20

 

Personas casadas

Todas las cosas son lícitas pera no todas las cosas son buenas para nosotros, y pueden llegar a ser malas costumbres, 6.12. La fornicación es un pecado contra el Señor y contra nuestros propios cuerpos. En el capítulo 7 el Espíritu Santo nos enseña acerca del casamiento. El matrimonio debe tenerse en estima, pero Dios va a juzgar a todos los que son culpables de la inmoralidad sexual, Hebreos 13.4.

Podemos dividir el capítulo 7 en cuatro partes —

Instrucciones sobre la vida matrimonial

Quédense como están

Razones por este mandamiento

Resumen

Los corintios habían escrito a Pablo con preguntas acerca de cómo vivir como cristianos. En el capítulo 7 Pablo contestó seis preguntas acerca de la vida matrimonial. Para algunas personas es bueno casarse; para otras personas es bueno quedarse soltero. Debemos procurar no cambiar nuestra posición sino quedarnos como somos cuando Dios nos llama a Cristo. Un cristiano no debe casarse con una persona que no es salva y no debe divorciarse.

Instrucciones sobre la vida matrimonial

Aquí Pablo contesta preguntas acerca de la manera en que personas deben conducirse, 7.1 al 5; si un cristiano debe casarse, 7.6 al 9; acerca del divorcio, 7.10,11; acerca de la separación si uno de los cónyuges es salvo, 7.12 al 16.

Cómo personas casadas deben comportarse —

7.1 No tenemos una copia de la carta que los creyentes en Corinto le escribieron a Pablo, pero él contestó sus preguntas acerca de los alimentos que habían sido ofrecidos a los ídolos, 8.1,4; acerca de los dones espirituales, 12.1; acerca de la colecta de dinero, 16.1. Aparentemente aquí ellos le preguntaron si un cristiano puede casarse.

Tocar mujer es otra manera de decir tomar una esposa, Génesis 20.6, Proverbios 6.29. La regla general es que es mejor no casarse.

7.2 Sin embargo, vivimos en un mundo de gran tentación y maldad, de manera que es mejor casarse que caer en el pecado de la fornicación. La Biblia enseña que un hombre debe tener una sola esposa y una mujer debe tener un solo marido.

7.3,4      Tanto el esposo como la esposa debe dar al otro lo que es suyo por derecho. La esposa no debe decir que tiene autoridad sobre su propio cuerpo, y el marido tampoco debe decirlo. Sus cuerpos son el uno del otro. Esto quiere decir que un hombre no puede insistir en su propio placer en cualquier momento, ni la esposa tampoco puede hablar así.

7.5 Quiere decir también que ni el esposo ni la esposa puede negarse el uno al otro por razones enteramente de su propia conveniencia. Ellos no deben rechazar el uno al otro, pero pueden estar de acuerdo (de mutuo consentimiento) a quedarse separados por un tiempo corto para entregarse a la oración por algún problema específico. Ellos deben volver a tener relaciones para no quedarse expuestos a tentación. De este versículo aprendemos que la verdadera oración requiere la negación propia, y que Satanás puede tentarnos por medio del uso natural del cuerpo.

¿Debe casarse un cristiano? —

De muchas maneras es mejor no casarse pero no hay mandamiento a no hacerlo.

7.6 Pablo era un apóstol de Jesucristo y los apóstoles podían hablar con autoridad hasta que el Nuevo Testamento fuese escrito. Aquí él no manda a los creyentes casarse, pero les da permiso para hacerlo.

7.7 Posiblemente Pablo haya sido casado en una época, pero habla aquí de sí mismo como no casado. Creemos que él había sido miembro del concilio judío en Jerusalén, porque podía votar, Hechos 26.10. Al ser así, él ha debido ser un hombre casado, y posiblemente su esposa había muerto. Pablo nunca se casó de nuevo y pensaba que mejor podía servir al Señor sin esposa. Otros podían hacer lo mismo y algunos tienen de Dios un don especial para hacerlo.

7.8,9      Pablo podía decir a las personas no casadas a quedarse solteros como él; y dijo lo mismo a las mujeres cuyos esposos habían muerto. Pero ellas deberían casarse en vez de quemarse a causa de sus deseos.

¿Puede divorciarse un cristiano? —

Muchos de los que se casan no son felices. ¿Pueden deshacer lo que han hecho?

7.10       Ahora el apóstol sí da un mandamiento definitivo, y por cierto el Señor Jesucristo ya había dicho lo mismo, Marcos 10.11,12. Una esposa no debe dejar a su marido.

7.11       Si se separa, ella no debe casarse de nuevo, pero ella puede regresar a su marido si él acepta esto. Un hombre tampoco debe dejar a su esposa. Hoy día la separación es el primer paso hacia el divorcio.

La separación si uno de los cónyuges es creyente —

La Biblia enseña que un cristiano no debe casarse con una persona que no es salva, 7.39, 2 Corintios 6.14. Pero ocurre muchas veces que un hombre o una mujer acepta a Cristo y su pareja se niega hacerlo. ¿Qué debe hacer el cristiano?

7.12,13 El Señor Jesús no había hablado de este asunto, pero ahora el Espíritu Santo da la respuesta por medio de Pablo. El cristiano no debe dejar a su esposo o esposa si esa otra parte está dispuesta a vivir con el creyente.

7.14       El cristiano tiene una influencia sana sobre el esposo o la esposa que no cree, y Dios ve a los dos como uno solo. Él bendice en parte al que no es creyente porque su pareja lo es. Sus hijos también están protegidos bajo la bendición de Dios.

El Señor mandó a Israel a no casarse con esposas de otras naciones, Éxodo 34.16, y no les era permitido recibir en la congregación de Israel a los hijos de extranjeros, Deuteronomio 23.3. No debemos casarnos con una persona que no es salva, pero tampoco debemos abandonar a un cónyuge que todavía no ha creído, o temer que nuestros hijos van a estar bajo una maldición. Dios quería que Israel fuese una nación santa, pero quiere que nosotros seamos santos como individuos como también en la iglesia. Un cristiano no podría incorporar a un esposo, esposa o hijo inconverso en la iglesia, pero debemos vivir con ellos y ayudarles a creer.

7.15       A veces una persona tiene tanto odio a Cristo que él o ella rechaza vivir con una pareja que ha aceptado al Señor. En este caso el cristiano debe procurar que no se vaya la persona inconversa, pero él o ella está libre si esa otra persona se va. El marido no tiene que dar sostén a la esposa que se ha ido por esta razón, y él está en mejores condiciones para servir al Señor. Pero Dios nos ha llamado a estar en paz, y la mayoría de las parejas casadas deben saber vivir juntos sin pelear.

7.16       Los cristianos realmente deben procurar seguir viviendo con el esposo o esposa que no es creyente. Ellos deben vivir una buena vida cristiana y mostrar quietamente a su pareja que ha habido un gran cambio. Podemos mostrar verdadero amor a nuestras familias, y de esta manera probar que Dios ama a cada uno en el hogar. Muchos esposos y esposas han orado por su pareja inconversa y han tenido gran gozo cuando esa persona también aceptó al Señor como su Salvador. Toda la familia puede ser unida en Cristo, y de esta manera ser una gran ayuda el uno al otro.

 

Es muy importante que procuremos ganar a otros para Cristo y entonces procurar ganar también a sus familias.

Debemos seguir como estamos

Como regla general un cristiano debe quedarse como era él o ella cuando llamado por Dios. No intente cambiar su condición por el solo hecho de ser cristiano ahora. Por supuesto usted debe cambiar de una vez sus hábitos pecaminosos, y Dios le ayudará y le dará poder para esto. Aquí el apóstol Pablo dice que no debemos hacernos como judío o gentil, 7.17 al 20; debemos seguir siendo esclavos o libres, 7.21 al 24; casados o solteros, 7.25 al 28.

Judío o gentil —

7.17       El Señor llamó a gente en diferentes condiciones de vida, y nosotros debemos entender que nuestra condición es planificada por Dios. Una iglesia necesita diferentes tipos de personas, y no debemos intentar grandemente cambiar cuando llegamos a ser cristianos. Pablo enseñaba la misma cosa en todas las iglesias; él no estaba tratando a los cristianos de una manera diferente, 4.17, 11.16, 14.33.

7.18       Había tanto judíos como gentiles en la asamblea en Corinto, Hechos 18.4,6. Ahora eran creyentes y no tenían por qué sentir vergüenza por su raza. La circuncisión era una señal del pacto de Dios con Abraham, Génesis 17.10,11, y algunos judíos de Jerusalén intentaban obligar a los nuevos cristianos gentiles que aceptaran la circuncisión, Hechos 15.5. Los cristianos gentiles no deben aceptar ser circuncidados, y los cristianos judíos no deben intentar quitar esta marca de sus cuerpos.

7.19       La circuncisión era muy necesaria en el Antiguo Testamento, pero ahora no. No es importante que uno haya sido circuncidado o no. Sí es muy importante obedecer las leyes de Dios. En el Antiguo Testamento hay muchas leyes acerca del servicio y los sacrificios en el tabernáculo que nosotros no tenemos que guardar hoy día, pero el Nuevo Testamento enseña la voluntad de Dios para nosotros.

7.20       La regla general es quedarse como era cuando Dios le salvó. En este capítulo Dios da, 7.7; llama, 7.15,24; y arregla diferentes condiciones para diferentes personas, 7.17.

Esclavo o libre —

7.21       Algunos fueron llamados cuando esclavos. Ellos no deben preocuparse por esto porque un esclavo cristiano puede servir al Señor con servir bien a su maestro terrenal, Efesios 5.6,7. A veces un esclavo podía comprar su libertad al pagar una gran suma de dinero. Un cristiano podría usar su libertad para servir mejor al Señor.

7.22       Un esclavo cristiano debe estar dispuesto a quedarse como esclavo porque en realidad él, siendo del Señor, es un hombre libre. Y un hombre libre es también un esclavo de Jesucristo.

 

                                                   Esclavos de Jesucristo:

Pablo                         Romanos 1.1, 2 Corintios 4.5, Filipenses 1.1, Tito 1.1

Santiago                     Santiago 1.1

Pedro                         2 Pedro 1.1

Juan                                       Apocalipsis 1.1

 

7.23       Cristo nos ha comprado con su propia sangre, 6.20, Apocalipsis 5.9. A veces los hombres se vendían a sí mismos como esclavos para cancelar sus deudas, Mateo 18.25. Para servirle perfectamente al Señor debemos mantenernos sin deuda, y así no ser esclavos de hombres, Romanos 13.8.

7.24       De nuevo Pablo les dijo a sus hermanos en Cristo que se queden como eran cuando Dios les llamó. Les llamó ‘hermanos’ a los creyentes en Corinto en 1.10,11,26, 2.1, 3.1, 4.6, 7.29, 10.1, 11.2,33, 12.1, 14.6,20,39, 15.1,50,58, 16.15. El dio el mismo mandamiento en el versículo 20 y también en los versículos 8 y 40, pero aquí Pablo agregó que Dios está con nosotros y podemos permanecer con él sin temor y sin buscar un cambio.

Casado o soltero —

La misma regla aplica al matrimonio: quédese como está, y no intente cambiar las cosas. Los corintios habían escrito a Pablo acerca de personas que no eran casadas, y aquí él continúa sus respuestas a las preguntas, como había hecho parcialmente en los versículos 8 y 9.

7.25       En el versículo 10 Pablo mandó la misma cosa que el Señor había hecho. En el versículo 6 dio permiso, y en el versículo 25 dio su propio consejo. Pablo fue guiado por el Espíritu Santo en todo lo que él escribió en el Nuevo Testamento, y quería ser fiel. Dios es fiel y Él requiere que sus siervos lo sean, 1.9, 4.2, 10.13. Pablo dijo que Timoteo era fiel, 4.17, y aquí dijo que Dios le había dado a él misericordia para ser fiel. Con los otros apóstoles, él recibió misericordia del Padre de misericordias, 2 Corintios 1.3, 4.1.

7.26,27 La iglesia en Corinto estaba pasando por días difíciles y por eso era mejor que uno no cambiara de condición, sino se quedara tal como se encontraba. Muchas veces los apóstoles tenían grandes dificultades, y Pablo mismo había aprendido a enfrentar las dificultades con gozo, 2 Corintios 6.4,10, 12.10. Así él aconseja de nuevo: quédese como está, sea casado o soltero.

7.28       Casarse no es pecado, pero puede traer problemas tales como tienen a veces la mayoría de las personas casadas. El apóstol no explicó esto y su consejo fue con el fin de guardar a los creyentes de dificultades innecesarias.

Razones por este mandamiento

¿Por qué dio Pablo su consejo a los corintios de esta manera? Porque era corto el tiempo para servir al Señor, 7.29 al 31, y los creyentes deben ocuparse en el Señor más que en otras personas, 7.32 al 35.

Dios no siempre nos explica sus razones, y debemos estar dispuestos a obedecer aun sin entender por qué. Más adelante vamos a saber las buenas razones que tiene Dios.

El tiempo es corto —

7.29       En el mejor de los casos, la vida es muy corta. Nadie puede hacer todo lo que él o ella desearía hacer antes de morir. No podemos saber cuán cerca está el regreso del Señor. Esta es nuestra última gran oportunidad para servirle. Desde ahora en adelante los hombres casados deben procurar servir al Señor tanto como los que no son casados. Pablo ya ha dicho que los casados deben mantener relaciones normales, 7.3,5, y más adelante él enseñó que un hombre debe amar y cuidar a su esposa como haría con su propio cuerpo, y quedarse con ella, Efesios 5.25,28,29,31. Estos versículos no enseñan algo diferente de 1 Corintios 7.29; debemos guardar un sano equilibrio.

7.30       El tiempo es corto y los que lloran no deben ser vencidos de tristeza. La gente feliz también debe guardar en mente lo que es más importante. Los que compran bienes deben saber que las cosas realmente no son tan importantes, Mateo 16.26.

Debemos hacer tesoros en el cielo, ya que allí duran para siempre, Mateo 6.19,20.

7.31       Vivimos en el mundo y debemos usar las cosas de este mundo, alimento, ropa y muchas otras cosas. El Señor nos dice aquí que no gastemos todo nuestro tiempo en busca de estas cosas. ¿Por qué? Porque este mundo no puede continuar en la misma forma como ahora, 1 Juan 2.17. El Señor viene de nuevo y Él va a cambiar todo.

Debemos ocuparnos en las cosas del Señor —

Esta es la segunda gran razón por qué no debemos hacer grandes intentos por cambiar nuestra condición.

7.32       Dios quiere que vivamos sin preocupaciones, Mateo 6.25,28,31, Filipenses 4.6. Esto no quiere decir que debemos ser descuidados pero debemos confiar plenamente en nuestro Padre. Un soltero puede darse completamente a la obra del Señor y agradarle a Él solamente.

7.33       Una persona casada es responsable por el cuidado de su pareja. Un hombre debe proveer para su propia familia, 1 Timoteo 5.8. Hay el peligro de que un hombre intente agradar a la esposa y no tenga tiempo para la obra del Señor.

 

7.34       Lo mismo da con algunas mujeres casadas. Las esposas deben cuidar a sus esposos y atender al hogar, 7.3 al 5, 1 Timoteo 5.14. Pero una soltera no tiene estas responsabilidades, y debe ocuparse sólo en agradar al Señor. Una mujer casada también debe procurar agradar al Señor y ella puede ayudar en la obra, especialmente en la oración, pero de otras maneras también.

7.35       Ser casado no es pecado, ni para el hombre ni para la mujer. Pedro y los otros apóstoles eran hombres casados, 9.5. Solamente unas pocas personas tienen un don especial de Dios que les hace posible servirle a Él solos, o sea sin esposo o esposa, 7.7. Pablo no quería hacer reglas, o hacerles sentirse culpables al casarse. Él estaba intentando ayudarles a hacer lo correcto, y servir al Señor plenamente sin ser distraídos por otros intereses y responsabilidades. Sin duda el servicio al Señor traerá a cada uno un gran galardón, tanto ahora como más adelante también, 3.14.

Resumen

Los últimos versículos repiten de una manera breve la enseñanza principal del capítulo 7.

7.36,37 Un hombre cristiano puede pensar que debe casarse, y un padre cristiano puede querer que su hija no se case, así que Pablo dice de nuevo que no es incorrecto casarse ni tampoco dar la hija en casamiento, 7. 2,9,28. Pero es bueno si un cristiano puede quedarse firme y no ceder a demandas de casarse o dar su hija en casamiento, 7.1,8,20,26,27,32,34.

7.38,39 Pablo repitió que es bueno casarse, pero todavía mejor quedarse soltero. Hemos visto las ventajas de quedarse soltero: nuestro tiempo es corto, y debemos entregarnos al servicio del Señor, 7.29 al 35. Lo mismo aplica a las viudas, 7.8,9, Romanos 7.1 al 3. Una viuda puede casarse de nuevo si ella desea hacerlo, pero sólo con un hombre cristiano. Un creyente debe casarse sólo con otro creyente, y debe primeramente pedir dirección al Señor antes de tomar este paso importante. Todo lo que hacemos debe ser para agradar al Señor.

7.40       Pablo dice a las viudas que ellas serán más felices si no se casan de nuevo. Una viuda puede dedicarse a la oración y confiar en el Señor que suplirá sus necesidades por medio de su pueblo, 1 Timoteo 5.3,5.

Esto fue un consejo de Pablo y no un mandamiento del Señor, 7.12,25. Con todo, Pablo contaba con el Espíritu Santo quien le guió a escribir estas cosas, como también en todas sus trece epístolas. Pablo sabía que tenía el Espíritu de Dios porque él pertenecía a Cristo, Hechos 9.17, 13.9, Romanos 8.9.

En el capítulo 6, versículos 12 al 20, leemos acerca del terrible pecado de la fornicación. En el capítulo 7 el Espíritu Santo nos instruye acerca del matrimonio. Debemos glorificar a Dios en nuestros cuerpos, 6.20, y hacer todo para agradar al Señor, 7.10,32,34,35,39.

 

6 – Libertad cristiana

En la Corinto antigua la gente adoraba a los ídolos en sus templos. Prostitutas religiosas vivían también en estos templos y la inmoralidad sexual formaba una parte de la religión. Pablo ha venido advirtiendo a los creyentes de la fornicación, y ahora aborda el tema del pecado de la idolatría.

Los cristianos entendían correctamente que ellos no estaban bajo la antigua ley de Moisés, Gálatas 5.18, pero algunos pensaban que este hecho les daba libertad a comer alimentos que habían sido ofrecidos a los ídolos. Los corintios le preguntaron a Pablo sobre esto y él dijo que no debemos hacer nada que perjudica a otro cristiano, capítulo 8. El mismo no insistía en sus propios derechos como apóstol, capítulo 9. En el capítulo 10 advierte contra la comunión con ídolos, 8.1 al 14. Debemos tener comunión con Cristo, 8.15 al 22, y el uno con el otro, 10.22 al 11.1.

 

Alimentos ofrecidos a los ídolos

En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel traía sus animales a Jehová. Algunos de éstos se usaban como comida una vez quemada sobre el altar una pequeña parte para el Señor, Levítico 3.5, 7.15. Los paganos mataban animales para comida y ofrecían una parte de cada animal a sus ídolos; el resto lo vendían en el mercado. Esto quería decir que por lo regular un cristiano podía comprar sólo la carne que había sido una ofrenda a los dioses paganos. Algunos creyentes opinaban que no había nada de malo en esto, pero unos pocos se preocupaban por el asunto. Pablo les dijo que el conocimiento es bueno, 8.1 al 6, pero que ellos deben tener consideración de los creyentes que no sabían tanto como ellos, 8.7 al 13.

Mejor el amor que el conocimiento

Primeramente Pablo expresó su acuerdo con los corintios que todos tenemos conocimiento, pero éste puede ser malo.

8.1 Muchas veces el conocimiento hace a uno sentirse orgulloso, en particular a aquellos que han aprendido en una escuela. Algunos de los corintios eran orgullosos de sus propios líderes, 4.6,18,19; otros eran orgullosos aun cuando uno de los creyentes estaba viviendo en un terrible pecado, 5.2. El amor es superior al conocimiento porque puede edificar a la iglesia y no hace orgulloso al que ama, 13.4. Es más importante edificar a la iglesia que ser orgulloso del mayor conocimiento que tiene uno, 1 Tesalonicenses 5.11, Romanos 14.19.

8.2 Además de eso, nadie sabe todavía lo que debe saber. La gente con poco conocimiento supone muchas veces que hay poco más por saber. Contamos con la Biblia entera pero nadie la conoce a perfección, y en el cielo siempre vamos a aprender más acerca de Dios.

8.3 Es importante amar a los otros cristianos, y todavía más importante amar a Dios. Dios conoce a los que realmente le aman, y cuánto le aman, Salmo 1.6, Jeremías 1.5, Juan 10.14,27, 2 Timoteo 2.19.

Hay un Dios y los ídolos no son nada

8.4 Los corintios adoraban ídolos en el pasado, pero habían aprendido que hay un solo Dios y que los ídolos no son nada. La Biblia enseña que hay un solo Dios verdadero, Deuteronomio 6.4, Marcos 12.29, 1 Timoteo 2.5; Santiago 2.19. Los ídolos son de oro o plata o piedra o madera, pero no tienen ninguna importancia en el mundo que pertenece a Dios, Salmo 115.4 al 8. Por esta razón algunos de los corintios pensaban que no importaría que ellos comiesen alimentos que habían sido sacrificados a los ídolos. Otros estaban preocupados y pensaban que sí sería incorrecto hacerlo, Éxodo 34.15.

8.5 Los paganos adoran a los espíritus inmundos que ellos llaman sus dioses. Estos espíritus le roban a Dios la adoración de los hombres. La gente los adora y les llama dioses. Hay millones de estos espíritus, algunos en los cielos, algunos en la tierra. Leemos de espíritus de maldad en lugares celestiales, Efesios 6.12, y los espíritus o demonios muchas veces intentan vivir en los cuerpos de la gente y controlarles.

8.6 Los cristianos no adoran a ningún ídolo o dios falso, sino sólo al solo Dios verdadero. Dios se ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todas las cosas proceden del Padre, por el Señor Jesucristo. Dios nos creó por el Hijo, y nos ha redimido por el Hijo. Vivimos para el Padre por el poder del Hijo.

¿Los cristianos deben comer alimentos ofrecidos a un ídolo?

Muchos de los corintios sabían que estos ídolos no son nada, pero ellos deberían mostrar amor a otros cristianos que no sabían tanto como ellos.

8.7 Algunos de los corintios no estaban seguros que el ídolo no era nada, y pensaban que ellos serían contaminados al comer sus alimentos. Ellos habían estado bajo el poder de espíritus de maldad por tanto tiempo, que pensaban todavía en el ídolo al comer esos alimentos. Su conocimiento era incompleto y sus conciencias débiles.

¿Qué es la conciencia? Nuestra conciencia nos ayuda a saber en nuestro propio corazón o mente qué es correcto y qué no es correcto. Debemos comprender lo que la Biblia enseña y hacer lo que es correcto. Así tendremos una buena conciencia. El Espíritu habla de:

 

 

una buena conciencia                   1 Timoteo 1.5,19, Hebreos 13.18, 1 Pedro 3.16,21

una conciencia limpia                   1 Timoteo 3.9, 2 Timoteo 1.3, Hebreos 9.14

una conciencia débil                     1 Corintios 8.10

una mala conciencia                     Hebreos 10.22

una conciencia corrompida                       Tito 1.15

… cauterizada y muerta                 1 Timoteo 4.2

8.8 En el Antiguo Testamento Dios mandó a su pueblo a no comer ciertos tipos de carne, Levítico 11.4,10,13,23,42. Al hacerlo, uno no podía adorar a Dios ese día. Estas reglas no aplican a nosotros hoy día. Los alimentos no nos dan más favor con Dios. No somos mejores en los ojos de Dios si comemos lo que ha sido sacrificado a los ídolos, como suponían algunos corintios, ni somos peores si negamos comerlos.

8.9 El conocimiento es bueno pero puede hacer a uno orgulloso. El amor es más importante y debemos mostrar amor a aquellos que todavía no conocen muy bien la Palabra de Dios. Posiblemente nosotros sepamos que tenemos el derecho de hacer ciertas cosas, pero debemos tener cuidado a no hacer nada que resulte en que otros pequen. Pensamos que somos fuertes y podemos hacer algo sin cometer pecado, pero debemos mostrar amor hacia otros que consideramos débiles.

Hoy día muchos cristianos se consideran libres para ir a diversos lugares y hacer muchas cosas. Ellos deben tener presente que Cristo nunca les va a meter en un lugar de tentación, porque nos mandó a orar acerca de esto, Mateo 6.13. Los creyentes jóvenes van a saber del asunto y posiblemente ellos, haciendo lo mismo, caerán en pecado.

8.10       Usted es fuerte y sabe mucho. Usted está libre a ir al templo y comer alimentos ofrecidos a los ídolos. Pero alguien tiene una conciencia débil y le ve haciendo eso. Así él o ella se siente animado a hacer lo mismo aun cuando ello perturbe su conciencia, Romanos 14.23.

8.11       También es pecado hacer algo que haga que otros caigan. Cristo murió por ese hermano o hermana quien ha nacido de nuevo. Un creyente no puede perder su vida eterna que Dios le ha dado, pero puede malgastar su vida en este mundo si continúa en pecado, Juan 12.25. Posiblemente yo piense que tengo gran conocimiento, más que otros, pero yo no debo ser la causa de que otro caiga en pecado.

8.12       Un hermano tiene la conciencia débil porque no sabe tanto como usted sabe. Usted hiere su conciencia al hacer algo que él considera malo. Esto le anima a él hacer lo mismo, pero le es pecado, porque va en contra de su conciencia. Usted está pecando contra aquel hermano, quien es miembro del cuerpo del Cristo, y por esto está pecando contra la Cabeza del Cuerpo, el Señor Jesucristo. Debemos tener gran cuidado de no hacerle triste a nuestro Salvador a causa de nuestros pecados.

8.13       El versículo 13 ofrece en una forma breve la enseñanza principal del capítulo 8. Pablo habló por sí mismo cuando dijo que estaría dispuesto a no comer alimentos si fuera asunto de herir a un hermano. (La palabra ‘hermano’ se encuentra cuatro veces en los versículos 11 al 13). Nosotros debemos decir lo mismo; no debemos comer aquellos alimentos, ni beber vino, si esto va a causar que un  hermano o una hermana caiga en pecado, Romanos 14.21.

 

Pablo no insistía en sus derechos

El apóstol ha venido diciendo que un creyente tiene el derecho de comer los alimentos ofrecidos a ídolos, pero él no siempre debe exigir sus derechos. Pablo tenía ciertos derechos como apóstol, 9.1 al 14, pero no insistía en ellos, 9.15 al 27. Él era buen ejemplo para todos nosotros.

Los derechos de un apóstol

Algunos en Corinto estaban diciendo que Pablo no era un apóstol en verdad porque trabajaba con sus manos para ganar dinero, de manera que él muestra primeramente que sí era apóstol, 9.1,2  Él ha podido hacer lo mismo que otros apóstoles, 9.3 al 7, y empleó versículos del Antiguo Testamento para enseñar la voluntad de Dios, 9. 8 al 14.

Pablo un verdadero apóstol

9.1 Pablo estaba libre de la ley de Moisés así como lo eran los corintios, pero dijo que no comería ciertos alimentos si eso fuera causa de que otro pecara, 8.13.

Pablo era un apóstol, 1.1. Una señal de un verdadero apóstol era que había visto al Señor. Los once apóstoles habían estado con el Señor por años, y también Matías, quien tomó el lugar de Judas, Hechos 1.21 al 26. Pablo vio a Cristo en la gloria, Hechos 9.17, 26.16. El Señor bendijo la obra de Pablo y gente fue salva por intermedio de su mensaje.

9.2 Los corintios han debido aceptar a Pablo como un apóstol porque él fue el primero en predicarles el Evangelio. Ellos llegaron a ser cristianos y esto fue prueba de que Pablo era apóstol de Jesucristo. Pero su labor se hacía en el poder del Señor, y él no ha podido hacer nada en su propia fuerza.

Los demás apóstoles

9.3 Algunos en Corinto decían que ellos eran de Pedro o de Apolos. Posiblemente rechazaban a Pablo y decían que él no era realmente un apóstol. Ellos no han debido intentar juzgar al apóstol, 4.3,5, pero él les contestó en amor.

9.4 Él y Bernabé tenían el derecho de vivir, así como tenía cualquier otro. Es necesario comer y beber para mantener la vida, y la iglesia ha debido proveer lo que los apóstoles necesitaban.

9.5 Pablo y Bernabé gozaban de los mismos derechos que los demás apóstoles, incluyendo a Pedro y los hermanos del Señor, tales como Santiago y Judas. Pablo ha podido casarse de nuevo y llevar una esposa consigo en sus viajes misioneros. Él pensaba que al no casarse él podría servir al Señor mejor, 7.7.

Este versículo muestra que Pedro tenía una esposa y que María había tenido otros hijos aparte del Señor Jesús. La iglesia católicorromana enseña que Pedro fue el primer Papa, pero hoy día no permite que sus sacerdotes se casen. Esta iglesia enseña también que María es «la madre de Dios», el Señor Jesús, y por esto ella no tuvo otros hijos. Léanse Marcos 1.30, 3.32, Juan 7.3, Gálatas 1.19, Judas 1.

9.6 Bernabé había sido una gran ayuda a Pablo en ocasiones anteriores, Hechos 4.36, 9.27, 13.2, Gálatas 2.1, pero ellos tuvieron una diferencia de criterio sobre una cuestión y se separaron, Hechos 15.37 al 40. Pablo enseñó más adelante que nosotros los creyentes debemos perdonar el uno al otro, Efesios 4.32, y en el versículo 6 él habló de una manera muy positiva acerca de Bernabé. Sabemos que Pablo trabajó haciendo tiendas en Corinto para costear sus gastos y los que estaban con él, 1 Corintios 4.12, Hechos 20.34, 1 Tesalonicenses 2.9, 2 Tesalonicenses 3.8. Bernabé también trabajaba con sus manos para sufragar sus gastos en el servicio del Señor.

9.7 En realidad esto no era necesario. En la vida ordinaria la gente puede servir sólo si sus necesidades son satisfechas. El rey o el gobierno costea todos los gastos de los soldados en el ejército. Un agricultor planta una viña y los frutos son suyos. Un pastor alimenta su rebaño y él mismo toma su alimento de entre su rebaño.

Las enseñanzas del Antiguo Testamento

9.8 Pablo ha venido mostrando de la vida cotidiana que la gente que sirve al Señor deben recibir soporte. La Biblia dice la misma cosa. La ley también decía que los levitas deben aceptar la décima parte de los demás israelitas para estar en condiciones de servir al Señor, Hebreos 7.5.

9.9 Aquí Pablo emplea un versículo de Deuteronomio 25.4 acerca de alimentar un buey que está trabajando para su amo. Se conducía el buey en torno de una pila de granos para que sus patas separasen la paja del grano. El dueño no debía fijar un mecate en la boca del buey para impedir que comiese algo mientras trillaba de esta manera. Dios sí cuida a sus criaturas, Génesis 1.30, Job 38.41, y su Palabra nos instruye a ser benévolos con los animales pero a no adorarles.

9.10       Dios se ocupa mucho más por los seres humanos, Mateo 6.26, y El provee por sus siervos. La obra del Señor es como la agricultura; el agricultor trabaja arduamente en arar su campo porque él espera conseguir una buena cosecha. Se madura el grano y de nuevo el agricultor tiene que trabajar arduamente para cosecharlo. Así se realiza su expectativa.

9.11       De manera que, Pablo plantea esta pregunta. Los apóstoles habían sembrado la buena semilla al llevar el Evangelio a Corinto. ¿Por qué pensaban los creyentes que era difícil suplirles con las cosas que ellos necesitaban para el cuerpo? Las bendiciones espirituales son más importantes que el dinero.

9.12       Otros apóstoles, evangelistas y maestros tenían el derecho de aceptar donativos de la asamblea en Corinto. Pablo había iniciado la asamblea en Corinto, 9.1,2, y él ha debido gozar del derecho aun más que otros.

Pero Pablo no había insistido en sus derechos. Más bien estaba dispuesto a proveer para sí con el trabajo de sus propias manos. Él no quería impedir de ninguna manera la proclamación del Evangelio.

Hoy día mucha gente solicita dinero, diciendo que será de ayuda en la obra del Señor, pero es posible que esto impida la divulgación del Evangelio.

9.13       Aquí hay algo más que aparentemente los corintios no sabían (véase el capítulo 6). Pablo les preguntó acerca de algo en el Antiguo Testamento. Los sacerdotes servían a Dios con ofrecer sacrificios santos sobre el altar, y tenían permiso para comer ciertas partes de algunos sacrificios. Ellos no poseían fincas ni huertos, y dedicaban todo su tiempo a las cosas del Señor. Véanse Levítico 6.16,18,26,29, 7.6,7,31,32, Números 18.8 al 19, Deuteronomio 18.1 al 4.

9.14       Moisés escribió los mandamientos del Señor, y ahora Pablo expresa por el Espíritu Santo la voluntad de Dios para la Iglesia. El Señor les había dicho a sus discípulos que salieran y predicaran sin recargo, ya que Dios atendería a sus necesidades, Marcos 6.8 al 10. Dios ha formado la luna y las estrellas, Salmo 8.3; Él puede proveer alimento para sus siervos fieles. Sin embargo, el mensaje aquí es para las iglesias; los creyentes deberían apoyar a los que sirven al Señor de veras.

Pablo no insistía sobre todo

Los apóstoles tenían el derecho de esperar que el pueblo del Señor les diera soporte, y ciertamente Pablo era un apóstol. Ahora les dijo a los corintios por qué él dedicaba una parte de su tiempo a trabajar por su propio sustento. Pablo les había enseñado que no debemos insistir en nuestros derechos, 6.12, 8.9,13, y añadió más en 10.23,33. Por su propia vida él daba un buen ejemplo de su enseñanza.

Las razones de Pablo —

Pablo no había aceptado donativos de la iglesia en Corinto, pero con todo él continuaba en la predicación del Evangelio. ¿Por qué hacía estas cosas?

9.15       Pablo no se había valido de sus derechos como apóstol, 9.12, y él no escribía esta carta para obtener dinero. Pablo estaba muy contento con poder decir que el Evangelio es gratuito, y podía predicar a Cristo sin ganancia para sí. Para él este privilegio era más precioso que la vida, y él preferiría morir antes que cobrar dinero por su ministerio. Nadie podría quitarle esta satisfacción.

9.16       Con todo, él no podía gloriarse en esto. El Señor Jesús le había ordenado a predicar el Evangelio, y él estaría muy triste al no hacerlo. Nosotros también. Tenemos órdenes de predicar el Evangelio, y si no lo hacemos, tendremos tristeza en vez de gozo ante el Tribunal de Cristo.

9.17       Como Pablo, tendremos gran galardón si predicamos el Evangelio gratuitamente y de buen ánimo, pero se nos manda hacerlo queriendo o no. Quizás Pablo también quería decir que ganaría salario si predicara sólo porque él quería hacerlo. En realidad él predicaba el Evangelio porque el Señor le había mandado hacerlo. Pablo era un administrador, un mayordomo, y quería ser fiel, 4.2. Pedro les dijo a los ancianos de las iglesias que dieran de comer a las ovejas de Dios de buena voluntad y no por ambición al dinero, 1 Pedro 5.2.

9.18       Pablo podía anticipar el galardón que él va a recibir en la venida de Cristo, pero aun en ese tiempo su satisfacción era la predicación de las buenas noticias sin recargo alguno. Esto es importante. La gente oye decir que la salvación es gratuita, pero el predicador exige pago por su labor. Esto podría hacer a la gente pensar que ellos tienen que dar dinero para ser cristianos.

Pablo tenía el derecho de recibir soporte, pero no quería valerse de ese derecho. El amor de Cristo le impulsaba, 2 Corintios 5.14, y no el amor al dinero, 1 Timoteo 6.10.

 

El deseo de Pablo de ganar algunos para Cristo —

El amor que Pablo tenía para Cristo le hacía esforzarse más de lo que él hubiera hecho por cualquier cantidad de dinero. Él hacía todo para salvar el mayor número posible de personas.

9.19       Pablo no aceptaba dinero de los corintios, así que estaba libre del control suyo. Con todo, se hacía siervo de todos para ganarles para Cristo.

9.20       Pablo era un cristiano pero era benigno con los judíos y no les causaba vergüenza por las creencias que ellos tenían. Por ejemplo, él quería que Timoteo fuese circuncidado para que los judíos no tomaran ofensa, Hechos 16.3. Estos judíos estaban bajo la ley, y Pablo y Timoteo obedecieron la ley aun cuando pensaban que no estaban en el deber de hacerlo.

Debemos intentar comprender las creencias de otros, pero no podemos cambiar el Evangelio para acomodarlo a las ideas erradas que ellos tienen. Pablo nunca hacía esto, por ejemplo, Gálatas 2.14.

9.21       Pablo se sentía responsable de predicar el Evangelio a todos, judíos y gentiles, Hechos 9.15,20,21, Romanos 1.16. Siendo cristiano, no estaba bajo la ley de Moisés y podía decir a los gentiles que ellos debían acudir a Cristo sin guardar las leyes del Antiguo Testamento. Algunos creyentes judíos procuraban obligar a los gentiles a circuncidarse para estar en condiciones de creer en el Señor, pero Pablo luchaba contra esto. Pablo sabía dentro de sí que él estaba bajo la ley de Cristo, pero no bajo las antiguas leyes del templo en el Antiguo Testamento.

9.22       Algunas personas tenían una conciencia débil y Pablo procuraba no ofenderles, 8.12,13. Él renunciaba sus propios derechos para vivir como los demás y así ganarlos.

Esto no quiere decir que Pablo pecaría porque todos son pecadores y él quería ser como ellos. Nunca podemos ofrecer excusa por pecar.

Pablo renunciaba todo para servir mejor al Señor —

El deseo de Pablo era predicar el Evangelio, y él anticipaba el galardón que el Señor va a dar.

9.23       Pablo se hacía de todo a todos, y hacía todas estas cosas por el bien de la predicación del Evangelio y para ganar almas para Cristo. La gente se salvaba y esto en sí le contentaba al apóstol, 9.18. Él participaba en el gozo que el Evangelio trae a los que lo aceptan.

9.24       En las ciudades griegas los jóvenes participaban en carreras y otros juegos deportivos, todo en la esperanza de ganar un premio. Los corintios sabían que muchos corrían en una misma carrera pero uno solo llegaba de primero y recibía la corona. Un hombre tiene que correr con gran esfuerzo para llegar de primero en una carrera, y nosotros debemos estar dispuestos a trabajar duro y renunciar nuestros propios placeres con el fin de recibir un premio del Señor.

9.25       Los jóvenes se preparaban para los juegos con vivir muy cuidadosamente, sin comer o beber demasiado y guardando sus cuerpos bajo control. Nosotros debemos hacer lo mismo. Pablo le mandó a Timoteo a pelear la buena batalla de la fe, y Pablo le dio buen ejemplo en sí mismo, 1 Timoteo 6.12, 2 Timoteo 4.7.

Los atletas griegos procuraban ganar una corona que representaba un gran honor. Pero la corona era de hojas de un árbol, y por supuesto se secaban rápidamente. Nosotros podemos aspirar a una corona que el Señor Jesús dará y que dura para siempre. El Espíritu Santo nos cuenta más acerca de coronas. Estas son muy superiores que cualquier premio por ganar en atletismo o exámenes escolares.

Corona de justicia             2 Timoteo 4.8

Corona de vida                 Santiago 1.12, Apocalipsis 2.10

Corona de gloria               1 Pedro 5.4

9.26       Para ganar una carrera es necesario saber adónde ir y correr directamente hacia la meta. Pablo habló de la carrera cristiana como una meta, y él estaba esforzándose grandemente para ganar el premio, Filipenses 3.14.

Los griegos realizaban también torneos de boxeo en sus juegos atléticos. A veces los boxeadores lanzan sus brazos sólo al aire, sin darse contra el opositor. Ellos golpean el aire porque el opositor se ha alejado. Pablo estaba luchando contra poderes espirituales, Efesios 6.12, y no quería perder tiempo.

9.27       El anhelo de Pablo era correr bien y luchar bien. Para hacer esto él guardaba bajo control tanto su cuerpo como sus sentimientos humanos. El Señor nos ayudará a hacer lo mismo, pero tenemos que pedirle fuerza todos los días. En una carrera una persona puede ganar al vencer a los demás. En la esfera espiritual podemos ganar el galardón con ayudar a los demás a correr mejor.

Pablo había predicado el Evangelio a muchos, 1 Corintios 1.23. Él indicó a los corintios cómo ganar un galardón, 3.14,15. Pablo sabía que no podía perder su vida eterna pero sí podía perder su galardón. Él podía ser como un atleta que no respeta las reglas y por esto no gana el premio, 2 Timoteo 2.5. Aseguradamente el pecado no nos dejará ganar un galardón.

 

La comunión

En el capítulo 9 el apóstol ilustró de su propia vida que un cristiano no debe insistir en sus derechos. Ahora en el capítulo 10 él advirtió a los corintios a no tener comunión con ídolos, 10.1 al 14. Nuestra comunión debe ser con Cristo, 10.15 al 22, y con su pueblo, 10.23, 11.1.

Comunión con ídolos

Pablo empleó el Antiguo Testamento como una lección para nosotros a guardarnos de ídolos de cualquier tipo. Todo el pueblo de Israel recibió las bendiciones divinas, 10.1 al 5, pero algunos de ellos cayeron en pecado grave, 10.6 al 10. Dios les castigó y esto debe ser una gran advertencia para nosotros, 10.11 al 14.

La bendición de Dios sobre Israel —

10.1       Israel sabía que Dios estaba presente con ellos mientras viajaban de Egipto a Canaán, ya que una gran nube les protegía del calor del sol en el desierto. El Señor les abrió un camino a través del Mar Rojo cuando los egipcios les perseguían, y todo el pueblo pasó en medio de las aguas.

10.2       Este era un cuadro, una figura, del bautismo. El bautismo es un cuadro de nuestra muerte a la vida antigua y nuestra resurrección para vivir la vida nueva en Cristo. Así el pueblo estuvo en el mar, un cuadro de la muerte, pero la nube era un cuadro de la presencia de Dios con ellos. Ellos obedecieron a Moisés al cruzar a través del mar, de manera que Pablo podía decir que fueron bautizados en Moisés. Nosotros obedecemos a Cristo y nuestro bautismo muestra que le seguimos a él.

10.3       Dios le dio a Israel pan del cielo, llamado maná, cada día por cuarenta años, Éxodo 16.4,15. Se llamaba pan de nobles, Salmo 78.25, y aquí alimento espiritual. El maná es un cuadro de Cristo, el Pan vivo, Juan 6.31 al 35, 48 al 51.

10.4       El pueblo necesitaba también agua para beber. Dos veces leemos que Moisés golpeó una roca con su vara y salió agua, Éxodo 17.6, Números 20.11. La roca era un cuadro de nuestro Señor Jesucristo. En el Antiguo Testamento, Roca es varias veces un nombre para Dios, Salmo 18.2, 31.3, 42.9, 71.3, y Cristo es Dios el Hijo. Como hombre Él fue herido y muerto por nuestros pecados, Isaías 53.4,5. Dio de beber a Israel dondequiera que fuesen, y ahora Él da el agua de la vida eterna a todos los que vienen a Él, Juan 4.14, 7.37.

10.5       Todos los israelitas contaban con estas bendiciones, pero la mayoría de ellos cayeron en pecado y de ellos no se agradó Dios. No alcanzaron la tierra de Canaán sino murieron en el desierto, excepto Josué y Caleb y los niños, Números 14.29 al 32.

El pecado de Israel —

El gran pecado de Israel fue el de rehusar entrar en la tierra de Canaán, pero ellos provocaron a Dios con sus pecados en otras ocasiones también. El Espíritu Santo nos relata algunos casos como advertencia para nosotros.

10.6       El pueblo de Israel era ejemplo para el pueblo de Dios después de ellos. Ellos pecaron, y podemos aprender que Dios odia el pecado por la manera en que El les castigó. Ellos deseaban cosas malas, por ejemplo, en Números 11.4 donde leemos acerca de algunos extranjeros que fueron permitidos viajar con ellos. Esta gente no estaba satisfecha con la comida que Dios les proveyó, y el pueblo de Israel fue castigado por caer bajo su influencia, 10.10,33,34.

No debemos dejar que los deseos malos nos controlen, Mateo 5.28, Hechos 20.33, Romanos 1.24, 13.14, Gálatas 5.17, Efesios 2.3, Colosenses 3.5, 1 Tesalonicenses 4.5, 1 Timoteo 6.9, 2  Timoteo 3.6, Tito 3.3, Santiago 1.14, 1 Pedro 4.3, 2 Pedro 3.3, 1 Juan 2.17 y Judas 16.

10.7       El pueblo de Israel cayó muchas veces en la tentación de adorar a los ídolos. Aarón hizo una imagen de oro en la forma de un becerro, y el pueblo llevó sacrificios a este ídolo, Éxodo 32.1 al 6. El pueblo de Corinto adoraba a los ídolos, y hoy día muchos cristianos han sido salvos de la idolatría pero todavía pueden encontrarse tentados. Aun el amor para las cosas del mundo es idolatría, Colosenses 3.5, Efesios 5.5.

10.8       La inmoralidad sexual es parte de la adoración idólatra. Balaam, un falso profeta, envió mujeres a tentar a los hombres del Israel a pecar, Números 25.1, Apocalipsis 2.14. Dios castigó a veintitrés mil de ellos ese mismo día, y mil más un poco después, Números 25.9. Dios no castiga la gente de una vez en nuestros días, pero sin duda su enojo se hará conocer, Apocalipsis 21.8, 22.15.

10.9       Tentar a Dios quiere decir ponerle a prueba. ¿Él realmente cumplirá sus promesas y sus advertencias? Israel tentó a Dios, Éxodo 17.2,7, Salmo 78.18,41,56, 95.9, 106.14, y aquí en nuestro versículo vemos que ellos estaban tentando a Cristo, quien es el Hijo de Dios. Hablaron en contra de Dios y mucho pueblo fue mordido de serpientes y murió, Números 21.5.6.

Hoy día una persona puede continuar en algo que él o ella sabe que desagrada a Dios. La tal persona pone a prueba a Dios a ver si de veras Él le castigará, y aseguradamente lo hará.

10.10     El pueblo de Israel se quejó de Dios y sus siervos, Éxodo 15.24, 16.2, 17.3, Números 11.1, 14.2, pero en Números 16 un levita y dos israelitas más se rebelaron contra Moisés y murieron cuando la tierra se abrió y los tragó. Entonces el pueblo echó la culpa a Moisés y Aarón, y el Señor les juzgó, Números 16.13,32,41,46. Pablo les advirtió a los corintios a no rechazar la autoridad suya que Cristo le dio cual apóstol.

Una advertencia —

10.11     El Espíritu Santo nos trae lecciones de la historia de Israel. Estas cosas sucedieron en realidad y el Espíritu Santo las registró en el Antiguo Testamento como una advertencia a nosotros el pueblo de Dios de toda época.

Dios ha tratado con la humanidad de diferentes maneras en diferentes tiempos. Por ejemplo, desde Moisés hasta Cristo, Israel contaba con la ley de Dios y adoraba en el templo. Hoy día estamos en la edad de la gracia, Juan 1.17, y podemos aprender del trato divino en edades anteriores.

Los propósitos de Dios en el pasado se cumplen en la edad de la Iglesia. Dios ha tratado con los hombres de diversas maneras y podemos aprender lecciones de lo que está escrito en la Biblia acerca de esto.

10.12     Cada uno es tentado. Cada uno puede vencer. De estos ejemplos podemos aprender dos lecciones. En el versículo 12 tenemos que tener cuidado de no caer en pecado. Esto es especialmente importante cuando nos imaginamos fuertes y capaces de resistir la tentación. En este momento Satanás intentará tropezarnos. Pedro estaba seguro de que él no negaría conocer al Señor, pero Satanás lo tentó y él cayó, Marcos 14.29, Lucas 22.31,61.

10.13     Satanás no cuenta con maneras nuevas para tentar a uno. Él emplea los mismos métodos viejos. Otra gente ha sido tentada de la misma manera que nosotros, y han podido vencer. Dios nos ha dado el Espíritu Santo quien es mayor que Satanás, 1 Juan 4.4. La tentación no es pecado, y no tenemos por qué pecar. Dios no tienta a nadie, Santiago 1.13, pero Él puede permitir la tentación que sabe que podemos soportar. El siempre provee una salida.

El versículo 13 enseña que Dios es más fuerte que Satanás, y su voluntad es que no cometamos pecado, 1 Juan 2.1. Le permite a Satanás probarnos en parte, pero no exceder los límites, Job 1.12, 2.6.

10.14     Aquí Pablo habla de los corintios como amados, como en 4.14, 15.58, 2 Corintios 7.1, 12.19. A menudo eran tentados a volver a la adoración de ídolos, y la fornicación era parte de la religión pagana. Pablo dijo que ellos no deberían enfrentar y luchar contra esta tentación, sino huir de ella. Nosotros debemos huir de la tentación de cometer fornicación, 6.18.

Comunión con Cristo

La mesa del Señor expresa nuestra comunión con Él, así que la mesa de demonios habla de tener comunión con espíritus inmundos.

La mesa del Señor —

10.15     El apóstol les habló aquí a los corintios como gente pensante, aun cuando a veces creían saber más que él, 4.10. Ellos tenían suficiente conocimiento de las Escrituras y el proceder de Dios como para entender que Pablo les estaba enseñando la verdad y para responder correctamente a sus preguntas en el versículo 16.

10.16     En capítulo 11 el apóstol dio enseñanza clara acerca del partimiento del pan en la cena del Señor. Él habló aquí de la copa y el pan. Damos gracias por la copa que habla de las grandes bendiciones que recibimos por la sangre de Cristo.

El pan habla del cuerpo del Señor; nosotros lo partimos y comemos un poquito. Esto manifiesta que participamos en el sacrificio de Cristo, y recibimos grandes bendiciones espirituales por medio de Él.

10.17     El pan habla también de la Iglesia que es el cuerpo de Cristo, Efesios 1.23. Varios creyentes se reúnen y Cristo está en medio de ellos, Mateo 18.20. Ellos constituyen un cuerpo y Cristo es su Cabeza. Todos participan del mismo pan al reunirse a partir el pan. Son todos uno en Cristo y cada uno debería procurar ayudar a los otros miembros del cuerpo.

10.18     En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel nos proporciona un cuadro de esta verdad. Ellos podían traer ante el altar del tabernáculo o del templo un animal como sacrificio y comer una parte ante el Señor. De esta manera participaban de las bendiciones del altar.

 

               Bendiciones por medio de la sangre de Cristo.  Hemos sido —

comprados                                                                     Hechos 20.28

redimidos                                                                       Efesios 1.7, 1 Pedro 1.19

librados del pecado                                            Apocalipsis 1.5

justificados                                                         Romanos 5.9

limpiados                                                                       1 Juan 1.7

purificados en cuanto a la conciencia                Hebreos 9.14

acercados a Dios                                                Efesios 2.13

capacitados para acercarnos a Dios con libertad            Hebreos 10.19

 

La mesa de los demonios —

10.19     Pablo no quería que sus lectores pensaran que él les estaba enseñando a respetar los ídolos. Dijo antes que un ídolo no tiene importancia en el mundo y que hay un solo Dios verdadero, 8.4. Ahora él agrega que el sacrificio a los ídolos tampoco tiene importancia.

10.20     Pero realmente hay espíritus detrás de estos ídolos, y son espíritus inmundos. Puede que usted piense que le pueden ayudar, pero ellos le desviarán de Cristo. Algunas personas hoy día procuran obtener información especial de una bruja, un profeta, un muerto, o de las estrellas. Los espíritus inmundos se contentan al dar información y pretender ser su amigo, pero son todos ellos siervos de Satanás y enemigos de Cristo.

10.21     La gente está dispuesta a ser socios con los demonios y oírles a ellos. Ellos no pueden estar en comunión con el Señor. Bebemos de la copa de bendición del Señor y participamos a su mesa. Esto es imposible si estamos en comunión con los demonios.

La mesa del Señor quiere decir nuestra comunión con él cada hora cada día. Recibimos siempre beneficios de su muerte, y debemos regocijarnos siempre en sus bendiciones. El primer día de la semana participamos en la cena del Señor de la manera que Él quiso, en el partimiento del pan.

10.22     Si una mujer cae en pecado, su esposo puede ponerse muy bravo y celoso, Proverbios 6.32 al 34. Algunos creyentes piensan que pueden tener comunión con los demonios y a la vez estar en comunión con el Señor. Esto no es posible y sin duda el Señor se enojará si lo intentamos. Por supuesto Él es más fuerte que nosotros y sin duda castigará a cualquiera que le desobedezca. Nadie puede contra el Dios Todopoderoso, 1.25.

Comunión con el pueblo de Dios

Podemos manifestar que estamos en comunión con el Señor por nuestra comunión con su pueblo. Lo hacemos al no exigir nuestros derechos y al intentar ayudar a los demás, 10.23,24. Entonces Pablo vuelve al tema de comer alimentos ofrecidos a los ídolos, 10.25 al 30. Los últimos tres versículos del capítulo afirman tres grandes principios para nuestra conducta.

En el capítulo 6, versículo 12, el Espíritu nos enseña que no podemos hacer todo lo que no está prohibido por la ley. Algunas acciones tal vez sean legítimas pero no apropiadas. En el capítulo 8 él nos muestra que debemos pensar en otros y no comer alimentos sacrificados a los ídolos si esto haría daño a otro. Estos mandamientos se repiten en la última parte del capítulo 10.

Cómo manifestar la comunión —

10.23     De nuevo se nos dice que posiblemente no sea conveniente hacer algunas cosas aun cuando el Nuevo Testamento no las prohíbe. En 6.12 Pablo dijo que no dejaría a nada controlarle, pero aquí dice que muchas cosas no contribuirían a la edificación de otros. El amor edifica, 8.1, y debemos hablar en la iglesia sólo para edificar a otros, 14.3,4,5,12,26.

10.24     No debemos ocuparnos siempre de tan sólo lo que pensamos que nosotros mismos necesitamos o queremos. Mucha gente son como el hijo menor que dijo: ‘Dame’, Lucas 15.12. Están pensando tan sólo en sí mismos. Debemos considerar a los demás y procurar ayudarles, Filipenses 2.4. Nuestro Señor Jesús dio su vida por otros.

Alimentos sacrificados a los ídolos —

10.25     Los cristianos en Corinto estaban libres a comer cualquier alimento, aunque sacrificado, que se ofrecía para la venta en el mercado público. Ellos no tenían que preguntar si había sido parte de un sacrificio a un ídolo.

10.26     El Antiguo Testamento enseña que el Señor creó todas las cosas y la tierra es suya, como también todo lo que en ella hay. Todos los animales son suyos y El provee alimento para la gente. Los pecadores pueden usar las criaturas de Dios para fines incorrectos, como los sacrificios ofrecidos a ídolos, pero aun así sabemos que en realidad todo es de Dios. Debemos dar gracias al Señor por su bondad. El Espíritu Santo usó las palabras de Salmo 24.1 en este versículo y en el versículo 28.

10.27     Los creyentes deben estar dispuestos a comer junto con personas inconversas. El Señor Jesús lo hizo, Lucas 7.36, 15.2. Pablo les dijo a los corintios que ellos deberían comer todo lo que les fuese ofrecido, y no preguntar si había sido sacrificado a los ídolos.

10.28     El apóstol había enseñado a los corintios que un hermano débil podría ser tentado a pecar al ver a otro cristiano comiendo alimentos sacrificados a los ídolos, 8.10. Aquí el escribe de nuevo que algún hermano podría objetar y por esto un cristiano debe estar dispuesto a rehusar estos alimentos. La conciencia de este hermano le haría infeliz, y así los demás deberían comer otra cosa. La tierra es del Señor, y Él puede proveer muchos otros tipos de alimento.

10.29     Debemos prestar atención a la conciencia de otro hermano que no sea tan bien enseñado en las Escrituras. La asamblea es un solo cuerpo y yo debo renunciar mis derechos para contribuir a que otros crezcan.

Un hombre puede pensar que conoce las Escrituras bien y tiene libertad para hacer ciertas cosas. Tal vez él pregunte: «¿Por qué debo yo estar limitado por la conciencia débil de un hermano que no conoce la enseñanza de las Escrituras?»

10.30     Posiblemente él diga, «Doy gracias a Dios por estos alimentos, ¿y por qué puede otro criticarme?» Los otros no deben criticar, pero debemos estar dispuestos a renunciar nuestros derechos si esto ayudará a otros a seguir al Señor.

Resumen de la enseñanza de Pablo

Estos versículos afirman de nuevo y de una manera resumida los principios generales de lo que el Espíritu ha venido enseñando en los capítulos 8, 9 y 10.

10.31     Debemos hacer todo sólo para la mayor gloria de Dios. Esto incluye no comer alimentos que han sido sacrificados a los ídolos si lesiona a otro hermano, 8.1 al 13, 10.14 al 30. Quiere decir que no debemos quejarnos y nunca cometer pecado sexual ni tener nada que ver con una religión falsa, 10.1 al 13. Debemos seguir a Pablo quien renunció sus propios derechos como apóstol para estar en condiciones de servir mejor al Señor, 9.1 al 27.

Dios será glorificado en la Iglesia para siempre jamás, Romanos 11.36, 16.27. Nuestras vidas deben darle gloria todos los días, 2 Corintios 4.14, 8.19.

10.32     Es pecado influenciar a otro que peque, y se nos dice no hacerlo, 1 Corintios 8.9, Romanos 14.21, 2 Corintios 6.3. Pablo procuraba ayudar a judíos y gentiles, 9.20,21. En el Antiguo Testamento todos eran judíos o no judíos, pero ahora hay un tercer grupo. La iglesia de Dios incluye a los que nacieron bien sea judíos o gentiles, pero no son ni el uno ni el otro, son cristianos.

10.33     Nuestra meta debe ser agradar a todos, si esto aportará a conducirles al Señor. Esto no quiere decir que cometeremos pecado sólo para complacer a los pecadores. Ellos se reirían de nosotros y esto de ninguna manera les ayudaría a ser cristianos. Debemos renunciar a nuestros derechos y ayudar a muchos otros en la medida posible. Nuestro gran deseo es que la gente sea salva, 9.22. Esto es lo que Dios quiere también, 2 Pedro 3.9.

11.1       Debemos seguir el ejemplo de Pablo en todas las cuestiones donde él seguía el ejemplo del Señor Jesucristo. Pablo no era perfecto, el Señor Jesús sí era. El Señor nos dio el mayor ejemplo de hacerse pobre para que seamos ricos, dando El su vida para que nosotros podríamos tener vida.

No diga que podemos hacer cualquier cosa que hizo Cristo. El Señor Jesús tenía una naturaleza santa, pero nosotros tenemos todavía una naturaleza pecaminosa, aun contando con el Espíritu Santo por dentro. El Espíritu nos ayudará a ser más como es Cristo.

 

7 – Cubiertas para la cabeza

Los creyentes de Corinto le habían preguntado a Pablo acerca de comer alimentos que habían sido sacrificado a los ídolos, y los capítulos 8, 9 y 10 nos proporcionan la respuesta del Espíritu. Los creyentes habían formulado otras preguntas y Pablo había oído también de otras maneras acerca de sus problemas, capítulos 1 al 7. Ahora en los capítulos 11 al 14, inclusive, él les enseñó otros asuntos tocantes a la iglesia y lo que ellos deberían hacer al reunirse en el nombre del Señor. Nos ayudará a comprender estos capítulos la cláusula: “Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar”, 14.23.

El Espíritu Santo enseña acerca de:

Cubiertas para la cabeza

La Cena del Señor

Dones para la Iglesia

Cómo usar su don

Lenguas y profecía

Primeramente, ¿qué de las cubiertas para la cabeza? La pregunta se contesta en los versículos 4 al 6, pero antes Pablo comienza por alabar a los corintios por lo que ellos hacían bien, y luego les explicó el orden divino, 11.2,3. Después empleó las Escrituras del Antiguo Testamentó para probar su enseñanza, 11.7 al 12; luego él empleó la naturaleza misma, 11.13 al 15, y la costumbre en todas las iglesias, 9.16.

¿Cuándo debemos cubrirnos?

Un varón no debe cubrir la cabeza al orar o profetizar, pero una mujer debe cubrirla al hacer cualquiera de estas dos cosas.

11.2       Pablo podía alabar a los hermanos (y hermanas) en Corinto porque ellos se acordaban de lo que les había enseñado y guardaban los mandamientos que el apóstol les había comunicado.

Los fariseos pasaban a los judíos las tradiciones de los maestros antiguos, pero a menudo estas tradiciones les conducían a cambiar la ley de Dios, Mateo 15.3,6. No debemos seguir las tradiciones de hombres, Colosenses 2.8, ni cualquier enseñanza que difiere de la Palabra de Dios. Pablo enseñaba al pueblo a cumplir la voluntad divina, y nosotros debemos seguir tan sólo las tradiciones del Nuevo Testamento.

11.3       Es importante hacer todo en la iglesia según el orden divino. Este versículo dice que Cristo es la cabeza de todo varón; el varón es la cabeza de la mujer; Dios es la cabeza de Cristo.

El Hijo es Dios, el Señor Jesucristo es igual a Dios. Pero Él vino para hacer la voluntad del Padre y nunca se opuso a ella. No hay diferencia entre varón y mujer en Cristo: todos somos pecadores y todos somos salvos por la gracia suya, Gálatas 3.28. Pero en la iglesia Dios ha responsabilizado al varón al decir que él es cabeza de la mujer. Más adelante él enseñó que Cristo es la Cabeza de la Iglesia, Colosenses 1.18, 2.19, Efesios 1.22, 4.15, 5.23. En este último versículo Pablo dijo además que el varón es cabeza de su esposa.

11.4       El Señor ha escogido la cubierta de la cabeza como un símbolo a ser usado cuando oramos o profetizamos, especialmente en la iglesia. En algunos países hoy día los varones acostumbran llevar sombrero. Los varones cristianos deben quitarse el sombrero cuando oran o profetizan; si no lo hacen, ellos traen deshonra sobre su Cabeza, el Señor Jesucristo.

11.5       La mujer debe tener una cubierta sobre su cabeza al orar o profetizar. Si no, ella trae deshonra sobre su cabeza, su esposo. Pero a la vez ella deshonra al Señor porque estos mandamientos son parte de la Palabra suya.

El cabello de una mujer no es en realidad la cubierta suya, porque el versículo dice que sin una cubierta ella es como la mujer que lleva la cabeza rapada.

11.6       Cortarse el cabello era señal de humillación o desgracia, Deuteronomio 21.12, Jeremías 7.29, y un varón o una mujer que tomaba el voto del nazareo tenía que raparse, Números 6.9,18, Hechos 21.24. Así el Espíritu enseñaba que una mujer con la cabeza descubierta traía deshonra a su esposo y también a sí misma.

Posiblemente una mujer rehusé cubrir la cabeza; si lo hace, ella también debería rasurarse la cabeza o mandar a rapar su cabello. Si esto le traería vergüenza, entonces debería llevar una cubierta sobre su cabeza al orar o profetizar.

 

El Antiguo Testamento comprueba esta enseñanza

Ahora el Espíritu va atrás al Génesis capítulos 1 y 2 para mostrar la diferencia entre varón y mujer.

11.7       El varón fue creado en imagen de Dios, Génesis 1.26,27. Dios desea que el varón manifieste la gloria divina y por lo tanto él no debe cubrir su cabeza. La mujer manifiesta la gloria del varón. Esto no quiere decir que ella es inferior; le es honra hacer lo que Dios ha establecido para ella.

11.8,9 Jehová Dios formó la primera mujer de una parte del cuerpo de Adán, Génesis 2.21,22. Dios lo hizo porque el varón no era completo en sí; le hacía falta una ayuda idónea. Dios hizo a Eva para Adán.

Este es un cuadro hermoso de Cristo y la Iglesia. Cristo existía antes de la Iglesia, y la Iglesia está en formación para su gloria y complacencia.

11.10     Los ángeles de Dios saben estas cosas y pueden ver cuando una mujer creyente lleva una cubierta para manifestar que ella está bajo la autoridad de su esposo. La Iglesia manifiesta a los ángeles la maravillosa sabiduría de Dios, Efesios 3.10. Es importante que las mujeres se cubran al orar o profetizar, y que los varones no lo hagan.

11.11     Los cristianos necesitan el uno al otro, y en el Señor los varones necesitan a las mujeres, como las mujeres a los varones. Todos tenemos nuestra parte en la obra del Señor.

11.12     En el principio Eva fue formada del cuerpo de Adán, pero desde ese entonces cada uno procede del vientre de su madre. Es así por nacimiento natural, pero Dios está por encima de todo y todo procede de él, Romanos 11.36.

En estos versículos el Espíritu nos enseña que las mujeres deben cubrirse para mostrar que ellas desean obedecer al Señor. Dios ha hecho al varón cabeza de la mujer: El varón fue creado primero; La mujer fue formada del varón y para el varón; Los ángeles están observando.

 

La naturaleza nos enseña lo mismo

11.13     El apóstol prosigue con la pregunta de si les parecía propio a los corintios que una mujer orara con la cabeza descubierta. Además de las Escrituras, sus mentes naturales les dirían la misma cosa.

11.14     Por naturaleza el cabello de la mujer crece más largo que el del varón. Es una vergüenza que un varón tenga cabello largo, y es una vergüenza que la mujer se rape.

11.15     Dios ha formado el cuerpo de la mujer de una manera que Él considera conveniente y sabia. Esto incluye el cabello largo, el cual es para su gloria y también para cubierta. Su cabello es una cubierta permanente pero ella también debe poner un velo u otra forma de cubierta al orar o profetizar.

La práctica de otras iglesias

11.16     El Espíritu ha insistido en este mandamiento acerca de la cubierta y ha apoyado su enseñanza en el Antiguo Testamento y en la naturaleza. Con todo, es posible que algunos deseen contender sobre el tema, así que Pablo agrega que todos los apóstoles y las iglesias de Dios seguían esta costumbre, y Corinto debería hacer lo mismo.

 

8 – La Cena del Señor

En esta epístola Pablo respondió a varias preguntas y corrigió algunos errores de los cuales él había oído. Ahora Pablo tenía que decir a los corintios que ellos no estaban comportándose debidamente en la Cena del Señor, 11.17 al 22. Entonces les dijo de la revelación que él había recibido del Señor, 11.23 al 25, y les advirtió de los resultados de lo que ellos estaban haciendo, 11.26 al 32. Los últimos dos versículos les dieron un resumen de esta enseñanza.

 

Qué hacían los corintios al reunirse

Había divisiones entre los creyentes y desorden en la Cena del Señor.

11.17     Pablo podía alabar a los creyentes en el versículo 2 porque ellos obedecían los mandamientos del Señor, pero ahora él no puede. Era correcto que se reunieran como una asamblea, pero causaba más daño que bien porque no era para la gloria de Dios ni la bendición del pueblo.

11.18     Pablo no creía todo lo que oía, pero sabía que había cierta verdad en estos informes sobre divisiones en la iglesia. En el capítulo 1 ellos seguían a diversos líderes, 1.10,12; aquí estaban divididos en grupos con diferentes opiniones.

11.19     Los cristianos tienen todavía la misma naturaleza pecaminosa de antes, así que Pablo podía esperar ver divisiones en la iglesia. Estas eran malas, pero había una ventaja, y era que una división mostraría quiénes tenían la razón, además de quiénes estaban errados.

Estas divisiones se llaman disensiones y son obra de la carne, nuestra naturaleza vieja, Gálatas 5.20. Las divisiones fueron introducidas en la iglesia por maestros falsos a quienes Dios juzgará, 2 Pedro 2.1. Los creyentes deben advertir a los tales, y luego expulsarlos de la iglesia, Tito 3.10,11.

11.20     Los creyentes han debido reunirse para hacer memoria del Señor y partir el pan. Las iglesias de aquellos tiempos se reunían a menudo para una comida corriente y celebraban la cena del Señor después, Judas 12, Hechos 20.11, pero en Corinto la comida era la cosa principal.

11.21     Cada persona traía su propia comida y la comía sin esperar a los demás. Los creyentes ricos tenían más comida que necesitaban, y han podido compartirla con otros. Más bien, ellos comían y bebían demasiado, mientras que a otros les faltaba.

11.22     Ellos han debido comer en casa y no despreciar la asamblea. Los creyentes pobres pasaban pena a causa de ellos. Pablo no podía alabarles por estas circunstancias.

 

Una revelación a Pablo

Así que, Pablo les mostró la suma importancia de la Cena del Señor. El Señor Jesús había pedido a sus doce discípulos hacer memoria de Él por el partimiento del pan, Lucas 22.19. Más adelante el Señor le dio a Pablo una revelación especial en este sentido.

 

                                   Revelaciones especiales a Pablo:

El Evangelio                                      Gálatas 1.11,12, 1 Corintios 15.3

El Rapto                                            1 Tesalonicenses 4.15

La Cena del Señor                             1 Corintios 11.23

La Iglesia                                           Efesios 3.3,6

 

11.23     Desde el cielo el Señor había instruido a Pablo en la manera en que quiere que hagamos memoria de Él aquí en la tierra. Pablo había entregado esta verdad a los creyentes en Corinto.

La última noche que estuvo sobre la tierra, el Señor había instruido a sus discípulos. Él sabía que Judas le entregaría y que Él iba a morir por nuestros pecados. El resucitó de nuevo y subió al cielo, y desde la gloria reveló a Pablo la misma cosa.

11.24     Él tomó pan, un alimento común que se puede encontrar en la mayoría de los países del mundo. El pan habla de la vida entregada. El trigo o algún otro cereal se siembra y el grano muere, Juan 12.24. Brota, crece y es cortado. El grano se trilla y se muele para hacer harina, y luego el pan se hornea. Todo esto puede hablar de nuestro Señor Jesucristo. El sufrió muchas cosas a manos de hombres y de Dios.

Habiendo dado gracias. A menudo el Señor Jesús le daba gracias a su Padre, Mateo 11.25, Marcos 8.6, Juan 6.11, 11.41, y nosotros debemos ser agradecidos, Filipenses 4.6, Colosenses 3.15.

Lo partió. Este es otro cuadro de la muerte de nuestro Señor. Sin embargo, no se quebró hueso alguno del cuerpo de Cristo, Juan 19.31 al 37.

El Señor les mandó a sus discípulos a tomar pan y comer. De esta manera ellos manifestaron que habían aceptado a Cristo.

Él explicó que el pan era un cuadro de su propio cuerpo que dio al morir en la cruz por nosotros. Algunos dicen que el pan es en realidad el cuerpo de Cristo cuando el sacerdote lo bendice, pero esto no está en la Biblia. El pan es también un cuadro de la Iglesia que es el cuerpo de Cristo sobre la tierra, 10.17.

Mateo, Marcos y Lucas registran este deseo del Señor de que se empleen el pan y la copa para hacer memoria de Él. Hoy día algunos cristianos nunca hacen memoria del Señor de esta manera, y otros lo hacen una sola vez al año. Aparentemente la iglesia de ese tiempo lo hacía el primer día de cada semana, Hechos 20.7. Haríamos bien en seguir este ejemplo y nunca olvidarnos de nuestro maravilloso Señor y su sacrificio en bien nuestro.

11.25     De la misma manera el Señor dio gracias por la copa una vez que los discípulos habían participado del pan. La copa es un cuadro del nuevo pacto en la sangre de Cristo.

En la época del Antiguo Testamento un acuerdo entre dos hombres podía ser sellado con sangre, y Dios también hizo esto, Éxodo 24.8. El nuevo pacto es superior al antiguo, y el Señor Jesús es el Mediador que lo estableció, Hebreos 8.6. Para esto hacía falta la sangre suya, Hebreos 10.29, 13.20, y la copa nos recuerda cada domingo de nuestro Señor Jesús y las bendiciones del nuevo pacto

 

La advertencia de Pablo

11.26     Aquí Pablo mostró primeramente a los corintios la importancia de la Cena del Señor, y luego los resultados de participar de una manera indigna, 11.27 al 32.

La importancia —

Pablo había enseñado ya que la Cena del Señor es importante porque el Señor les pidió a sus discípulos hacer memoria de Él, y posteriormente le dio a Pablo una revelación especial acerca de esto. Ahora él añadió que anunciamos la muerte del Señor al partir el pan. Pablo anunció el secreto de Dios y el Evangelio de Cristo, 2.1, 9.14. Cada uno de nosotros anuncia la muerte del Señor y confesamos que somos suyos cada vez que partimos el pan y bebemos de la copa.

Debemos seguir haciendo esto hasta que Él vuelva. Cuando venga le veremos y estaremos con Él para siempre, 1 Tesalonicenses 4.17, 1 Juan 3.2, y no será necesario partir el pan para hacer memoria de Él. Debemos serle fieles en partir el pan hasta ese Día.

Cada creyente debería ser bautizado; el bautismo también habla de nuestra muerte con Cristo, Romanos 6.4, y es un testimonio al mundo de que somos suyos. Cada creyente se bautiza una sola vez, después de salvo, pero partimos el pan muchas veces hasta que Él venga.

Comer y beber indignamente —

En Corinto los creyentes llevaban su propia comida y bebida, y esta comida había asumido más importancia que la Cena del Señor. Sería mejor no partir el pan y beber la copa que hacerlo de una manera incorrecta. Aquellos que hacían esto eran responsables y el Señor les juzgaría.

11.27     ¿Qué quiere decir por comer y beber indignamente? Los corintios estaban haciendo precisamente esto, y eran culpables de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. Hoy día podríamos comer y beber sin considerar el verdadero sentido del pan y la copa, o sin arrepentirnos de algún pecado en nuestras propias vidas. Esto sería indigno y podríamos estar pecando contra el Señor.

11.28     Así que un creyente debe preguntarse ante el Señor: ¿He cometido algún pecado? Él o ella debe confesar el pecado ante el Señor antes de partir el pan. También debe arreglar cualquier contienda que posiblemente tenga con otro cristiano, Mateo 5.23,24.

11.29     También debemos reflexionar sobre el sentido real de la cena del Señor. Los corintios se reunían para la Cena del Señor, pero había divisiones en la asamblea y ellos pensaban más en comer y beber que en hacer memoria del Señor. Esto era muy mal hecho y ellos eran culpables.

11.30     Dios da la vida eterna a todos los que creen en su Hijo, y Él nunca la quitará, Romanos 11.29. Dios nos hace hijos y nos incorpora en su familia, y no nos echará fuera. ¿Esto quiere decir que podemos continuar en el pecado? De ninguna manera. Dios castigará a sus hijos si ellos le desobedecen, Hebreos 12.7 al 11.

El Señor castigó a la asamblea en Corinto con permitir que algunos se enfermaran o se debilitaran en sus cuerpos. El sueño puede ser saludable para gente enferma, Juan 11.12, pero aquí se usa la palabra para referirse a la muerte, como en 15.20,51, 1 Tesalonicenses 4.14. Estos verdaderos creyentes murieron y fueron a estar con el Señor. Dios puede llevar a su hogar en el cielo a su hijo o hija, y esto sería preferible a dejar que esa persona se quede aquí vivo en la tierra a continuar en el pecado.

Dios recibe en el cielo a aquellos que han recibido a Cristo como Salvador. También Él dará gran galardón a aquellos que le aman y obedecen y sirven. Perderemos nuestro galardón si desobedecemos, pero no perderemos nuestra vida eterna.

11.31     Así que debo examinar mi propio corazón y vida y dejar que el Espíritu me manifieste cualquier pecado, como sea. Debo confesar todo pecado al Señor y quitarlo. Así el Señor no tendrá que juzgarnos o castigarnos.

11.32     El Señor juzga su pueblo para enseñarles a seguir mejor en sus caminos. Es para nuestro beneficio, para que seamos santos como Él, Hebreos 12.10. Esta es otra prueba de su amor, Apocalipsis 3.19, y Él no nos castigará con el mundo.

 

 

Resumen

11.33,34 Así Pablo les mandó a los corintios a esperar el uno por el otro y no comer antes de que los demás estuviesen listos. Ellos deberían comer su comida ordinaria en casa y no al reunirse para la Cena del Señor. El Señor les estaba juzgando a causa del desorden en la cena suya, 11.30. Había otras cosas de menor importancia que Pablo les enseñaría al ir a visitar la asamblea en Corinto, 4.19.

 

9 – Dones espirituales

Los corintios le habían preguntado a Pablo acerca de los dones del Espíritu Santo y en estos tres capítulos el Espíritu mismo da las respuestas de Dios por intermedio del apóstol Pablo. El capítulo 12 versa sobre el Espíritu Santo y los dones que Él da al cuerpo de Cristo. El capítulo 13 dice que debemos emplear nuestros dones solamente en amor. El capítulo 14 muestra que el don de la profecía es más importante que el de las lenguas, y que en la iglesia debemos seguir las órdenes de Dios.

 

El Espíritu Santo y los dones

Nadie podría ser cristiano sin el Espíritu de Dios, y Él da algún don a cada creyente, 12.1 al 11. La Iglesia es como un Cuerpo con muchos miembros, todos diferentes pero necesarios, 12.12 al 31.

 

Dones a todo creyente

El Espíritu Santo es más poderoso que los espíritus al ídolos, y Él sólo da el poder para llamar a Jesús Señor, 12.1 al 3. Al hacerlo, somos salvos y Él nos pone en el cuerpo de Cristo. Da dones a todos los creyentes para ayudar a todos los otros, 12.4 al 11.

El Espíritu Santo mayor que todos los espíritus

12.1       Es bueno preguntar acerca de lo que no entendemos, buscando las respuestas en la Biblia. Estos creyentes no entendían los dones de Dios, y aquí Pablo les enseña, 10.1, 2 Co-rintios 1.8.  Hoy día no hay apóstoles, pero ellos pusieron por escrito la Palabra de Dios y todos estos años el Señor ha guardado sus escritos para nosotros.

12.2       Una cosa sí sabían los corintios, y era que antes de salvos ellos habían seguido y obedecido a los ídolos paganos. Estos ídolos no pueden hablar, ver, oir, oler, tocar o caminar, Salmo 115.4 al 7, pero detrás de ellos hay espíritus malignos. Estos poderes espirituales procuran obligar la gente a adorar al ídolo, y los corintios sabían esto por experiencia.

12.3       El Espíritu Santo nos da la victoria sobre estos poderes malignos. Él nunca guiaría a ninguno a decir algo en contra del Señor Jesús. Por otro lado, ninguno puede llamar a Jesús su Señor sino por el poder del Espíritu Santo. Esto nos muestra que los espíritus son muy fuertes y no debemos dejar que tengan control alguno sobre nosotros.

Satanás no quiere que nadie sea salvo. La gente es salva cuando confiesa con la boca que Jesús es el Señor, y cree en el corazón que Dios le levantó de los muertos, Romanos 10.9. Para hacer esto uno requiere el poder del Espíritu Santo.

Diferentes dones para diferentes creyentes

Estos dones vienen de Dios y el Espíritu Santo da diferentes tipos de dones según su propia voluntad.

12.4 al 6 Estas son las diferencias. El Espíritu Santo da diferentes tipos de dones, 12.4. El Señor es servido de diferentes maneras, 12.5. Dios emplea diferentes formas de trabajo en diferentes personas, 12.6.

Hay un solo Dios, un Señor, un Espíritu Santo, Efesios 4.4 al 6. El solo Dios emplea diferentes personas con diferentes dones de maneras diferentes. En una iglesia local cada cual tiene un don y una responsabilidad. La bendición viene de Dios, Cristo y el Espíritu Santo, 2 Corintios 13.14.

12.7       El Espíritu da dones diferentes, pero todos ellos son para el bien de otros. Ningún don es con el fin de hacer que un creyente piense que él o ella es mejor que otros. Cada persona tiene un don y debe usarlo para la gloria del Señor y la bendición de la iglesia.

12.8 al 10 El solo Espíritu de Dios da nueve dones diferentes a diferentes personas. En Gálatas 5.22,23 Él da a cada uno el fruto que tiene nueve características. Aquí tenemos:

Palabra de sabiduría. Algunas personas tienen el don de decir la palabra oportuna en
el momento oportuno, así como se necesita en la asamblea.

Palabra de ciencia. Otros tienen un profundo conocimiento de las Escrituras y la manera como obra Dios. Varios en la iglesia en Corinto tenían este don, 1.5, y podían hacerse oir. Hoy día necesitamos hombres de sabiduría y ciencia que puedan compartir éstas con la asamblea. Sin embargo el don especial de la ciencia no es necesario ahora porque la Palabra de Dios es completa, 13.8.

Fe. Una fe especial es un don para algunos creyentes. Todos tenemos fe; de otra manera no seríamos salvos. Todos oramos, cosa que hay que hacer con fe según Santiago 6.16, pero algunos creyentes tienen este don especial más que otros, 13.2, Mateo 17.20, 21.21.

Sanidad de enfermos. Debemos orar por nuestra salud cuando estamos enfermos, 11.31, y también podemos orar por otros, Santiago 5.16, 1 Juan 5.16. En la Iglesia de ese entonces el Espíritu dio dones especiales de sanidad a algunos creyentes.

Realización de milagros. El Señor Jesús sanó a muchas personas cuando Él estaba aquí sobre la tierra. Levantó a tres de la muerte y también hizo muchos otros milagros. Además Él dio a sus discípulos el poder de sanar enfermos, Mateo 10.1, Lucas 10.9. Después de haber resucitado de la muerte, les envió a predicar el Evangelio y sanar los enfermos, Marcos 16.18. Estas señales eran para probar que Dios les había enviado, Hebreos 2.4. Era importante fortalecer con toda prontitud la iglesia de aquellos tiempos.

Al cabo de unos pocos años estas señales ya no eran necesarias y el Espíritu Santo no las daba. Por ejemplo, Pablo mismo oró que fuese librado de alguna enfermedad del cuerpo, pero no fue sanado, 2 Corintios 12.8. Timoteo, Epafrodito, Trófimo y Gayo se enfermaron pero no fueron sanados por milagros, 3 Juan 2, 1 Timoteo 5.23, Filipenses 2.27, 2 Timoteo 4.20.

Profecía. Profetizar quiere decir hablar por Dios. Dios conoce el futuro, así que a veces sus profetas decían qué iba a suceder más adelante. Por ejemplo, Agabo profetizó que habría una gran hambre, y en una ocasión posterior que Pablo sería tomado preso en Jerusalén, Hechos 11.27, 21.11. La profecía era otra señal que Dios estaba con la iglesia de aquellos tiempos, pero hoy día no hay profetas legítimos que nos pueden decir qué va a suceder en el futuro.

Discernimiento de espíritus. Satanás cuenta con muchos espíritus que hacen su obra. Algunos de ellos mandan en los ídolos, 10.20, y otros procuran introducir enseñanza falsa en la Iglesia. Todos debemos conocer la Palabra de Dios para así reconocer de una vez cualquier enseñanza falsa, 1 Juan 4.1 al 3. El espíritu dio un don especial a algunas personas para permitir a la iglesia de aquellos tiempos saber qué era falso. Esto era muy importante cuando el Nuevo Testamento todavía no había sido escrito de un todo.

Lenguas. Era otro don se usaba al principio para probar que Dios estaba con los creyentes de aquellos tiempos, 14.22. En el Día de Pentecostés gente de quince países diferentes oyeron acerca de las maravillosas obras de Dios, cada uno en su propio idioma, Hechos 2.4,8. Más adelante los gentiles también recibieron este don, 10.46, 19.6.

Interpretación de lenguas. Otro don era necesario para explicar lo que otros estaban diciendo cuando hablaban en idiomas extranjeros en una reunión de la asamblea.

12.11     El Espíritu Santo dio estos diferentes dones según su propia voluntad. Nadie puede dar los dones del Espíritu a otra persona. Algunos piensan que un alto funcionario de una iglesia puede dar dones espirituales, o que usted puede ganarlos con asistir a un centro de enseñanza. Solamente el Espíritu da como a él le plazca.

 

La iglesia es como un cuerpo

Un cuerpo es una ilustración de la Iglesia de Cristo como un todo, 10.16,17, y cada asamblea local es también un cuerpo con Cristo como su Cabeza. Aquí el apóstol mostró que un cuerpo tiene muchos miembros, y Cristo también es así, 12.12,13. En un cuerpo natural:

todas las partes son necesarias

todas las partes son diferentes

todas las partes necesitan de las otras

todas las partes dan honra a las otras

todas las partes cuidan de las otras

En el cuerpo de Cristo Dios ha puesto ocho dones diferentes, y nosotros debemos buscar los mejores dones, 12.31.

El cuerpo es un cuadro de la iglesia —

12.12     El cuerpo humano tiene muchas partes diferentes: dos brazos, dos piernas, diez dedos y otros diez. Adentro hay también un corazón, un estómago y muchos otros órganos. David sabía que Dios había hecho una gran cosa al hacer el cuerpo humano, Salmo 139.14.

La Iglesia es todavía más maravillosa: hay muchos creyentes pero un solo Cuerpo.

12.13     En un ser humano, es el espíritu humano que hace que todas las partes sean una misma persona. Sin un espíritu la persona moriría, Santiago 2.26. En la Iglesia el Espíritu Santo mora en cada miembro y hace que todos nosotros seamos un mismo Cuerpo. En el Día de Pentecostés el Espíritu descendió sobre ciento veinte creyentes y los formó como un Cuerpo con un Espíritu, Él mismo. Desde aquella ocasión Él ha sumado muchos más a aquel solo Cuerpo, algunos judíos, algunos griegos, algunos esclavos, algunos libres, Gálatas 3.28. Todos bebemos del agua de vida, 10.4.

El bautismo del Espíritu Santo tuvo lugar poco después de volver Cristo al cielo, Hechos 1.5. Cuando una persona acepta al Señor hoy día, él nace de nuevo por el Espíritu Santo y es hecho miembro de Cristo. De esta manera participa del bautismo del Espíritu Santo y por esto no debe orar por recibir lo que ya tiene.

Son necesarias todas las diferentes partes del cuerpo —

12.14 al 17 El cuerpo humano tiene muchas partes, y el Cuerpo de Cristo tiene muchos miembros. Ambos son en realidad un solo cuerpo. El pie no es la mano, pero es una parte importante del cuerpo. Los pies nos ayudan a movernos, caminar o correr. El oído no es lo mismo que el ojo, pero con todo es necesario para que la persona reciba ideas de otros. En la iglesia, algunas personas tienen dones importantes, y posiblemente otros digan, No soy necesario en la iglesia. Pero no es verdad. Imagínese una persona cuyo cuerpo no es nada sino sólo un enorme ojo. Él puede ver pero no puede oir ni hacer otra cosa alguna. O vamos a suponer que él no fuera nada sino una gran oreja; no puede ver ni olfatear.

12.18 al 20 Dios ha hecho un cuerpo mejor. Su plan fue de juntar muchas partes para hacer así un solo cuerpo humano. Una sola parte no se puede llamar el cuerpo, y muchas partes juntas hacen un solo cuerpo.

12.21,22 Ninguna parte puede decir que no le hace falta otra parte. El ojo necesita la mano, la cabeza necesita los pies. Por cierto, todas las partes del cuerpo son necesarias, aun las que parecen ser más débiles.

12.23,24 Algunas partes del cuerpo deben ser cubiertas de ropa, pero no por ser partes menos importantes, ya que toda parte es necesaria. Las partes hermosas del cuerpo no tienen que ser hechas más atractivas. Dios mismo ha puesto las diferentes partes en el cuerpo, y Él da mayor honor a aquellas partes que más lo necesitan.

12.25,26 Cada parte del cuerpo cuida a todas las otras partes. No hay división en un cuerpo. Ninguna parte puede decir que no va a cuidar las otras partes. Si una parte sufre dolor, todo el cuerpo duele. Si una parte está feliz, esto hace que todo el cuerpo esté feliz.

La iglesia es un cuerpo de Cristo —

12.27     Toda la Iglesia se llama el Cuerpo de Cristo, pero aquí la iglesia local en Corinto se llama un cuerpo de Cristo. Esto quiere decir que los corintios eran partes del cuerpo y Cristo era la Cabeza.

Las enseñanzas principales en los versículos 14 al 26 se aplican a la iglesia local.

Todos los miembros son necesarios.

Todos los miembros son diferentes unos de otros.

Todos los miembros necesitan a todos los otros.

Todos los miembros dan honor a todos los otros,
y especialmente aquellos que parecen tener solamente
un poco de honor.

Todos los miembros cuidan a todos los otros miembros.

No debe haber división en la iglesia. Todos necesitamos a los otros miembros.

12.28     Dios ha puesto las diferentes partes en el cuerpo humano de la manera que quiso, 12.18. El Espíritu de Dios da dones a todo creyente de la manera que Él quiere, 12.11. Aquí es Dios que pone a cada cual en la iglesia.

Son ocho los dones mencionados en el versículo 28, y cuatro de los cuales no estaban en la lista de los versículos 8 al 10.

 

12.8 al 10                                   12.28               12.29,30

Palabra de sabiduría                   Apóstoles         Apóstoles

Palabra de ciencia                      Profetas           Profetas

Fe                                               Maestros          Maestros

Dones de sanidades                    Milagros           Milagros

Realización de milagros             Sanidades        Sanidades

Profecía                                      Ayuda

Discernimiento de espíritus        Administración

Hablar en lenguas                       Lenguas           Hablar en lenguas

Interpretación de lenguas              Interpretación de lenguas

 

En el Nuevo Testamento hay dos listas más de dones:

 

            Romanos 12.6 al 8         Efesios 4.11

Profecía                         Apóstoles

Ministerio                                   Profetas

Enseñanza                                  Evangelistas

Exhortación                    Pastores

Dar                                 Maestros

Presidir

Hacer misericordia

 

En el versículo 28 Dios pone en la iglesia primeramente los apóstoles. Es importante que aceptemos a los apóstoles porque ellos enseñaban la voluntad de Dios y con la autoridad suya.

Los profetas también recibieron ayuda de Dios para escribir el Nuevo Testamento y mostrar a las iglesias sus sendas y su voluntad hasta completarse el Nuevo Testamento.

Los maestros tenían el don de explicar al pueblo de Dios la palabra de Dios y su sentido más profundo.

La realización de milagros y dones de sanidades eran dones especiales a título de señal para mostrar que Dios estaba obrando en los cristianos de aquel entonces.

Algunas personas no parecen contar con un don especial, pero ellos pueden ayudar a otros en la asamblea, como hacían Estéfanas y su familia, 16.15. Por cierto, todos nosotros debemos hacer todo lo que podamos para ayudar a todos los otros en el cuerpo, 12.26.

Toda asamblea necesita de pastores para guiar al pueblo. Cristo ha dado este don a algunos, Efesios 4.11. Aquí Dios pone en la iglesia tanto ayudadores como líderes. Su obra es muy importante.

Hablar en otras lenguas. Algunos podían hablar en otras lenguas para que otras personas pudiesen entender el Evangelio rápidamente.

12.29,30 Ninguno de estos dones fue dado a todos los creyentes. En estos versículos Pablo hizo siete preguntas, y cada vez la respuesta fue No. Seis de estos dones se mencionan en el versículo 28, y el último en el versículo 10. No es correcto enseñar que todo creyente debe tener un don en particular.

12.31     Es correcto desear los dones mayores, y Pablo mostró en el capítulo 14 que la profecía es mayor que las lenguas. Pero primeramente el Espíritu nos enseña que el don es menos importante que la manera en que lo usamos. Debemos tener amor para todos en la iglesia si vamos a ayudarles por el uso de nuestro don. Debemos amar a Dios si queremos usar correctamente sus dones dados a nosotros.

Si amamos al pueblo del Señor, procuraremos ayudarlos, y en este esfuerzo nosotros aprenderemos hacerlo mejor. Debemos procurar los dones de Dios porque amamos a los creyentes, y no para probar que somos mejores que otros.

 

El amor es el camino más excelente

Es posible tener un don de Dios y estar orgulloso por esto, como si fuera porque yo soy mejor que los otros, 4.7. Hemos visto que cada uno de nosotros debe estar preparado para servir a todos los miembros en el cuerpo de Cristo pero aquí el Espíritu enseña que todo debe hacerse en amor.

El capítulo 13 muestra que los dones sin el amor son inútiles, 13.1 al 3; qué hace el amor, 13.4 al 7; y por qué el amor es mayor que los dones, 13.8 al 13.

Los dones sin el amor son inútiles

13.1       Los corintios pensaban que un gran orador era la persona más importante, y por esto algunos seguían a Apolos, 1.12. Ellos pensaban también que era gran cosa hablar en lenguas. Así Pablo les dijo que él posiblemente podría hablar de una manera maravillosa pero solamente el amor haría que sus palabras fueran realmente útiles. Sin amor él no sería mejor que el ruido hecho al chocar metal contra metal.

13.2       La profecía era un don más importante que las lenguas, y también lo era el don especial de ciencia. Pablo pudo explicar los misterios secretos de Dios, 2.7, 4.1, 15.51, Romanos 16.25, Efesios 3.3, 5.32, 6.19, Colosenses 1.26,27, 2,2, 4.3. El Señor Jesús enseñaba que muy poca fe es suficiente para mover montañas, quitar enemigos, resolver problemas, echar fuera demonios, Mateo 17.20, 21.21. Pablo tenía fe para sanar gente y realizar otros milagros, Hechos 16.18, 19.11, 12, 20.10, 28,8,9. Pero sin amor él no tendría valor alguno.

13.3       Todos debemos estar dispuestos para ayudar a otros creyentes cuando ellos tienen dificultades, pero algunos tienen un don especial, Romanos 12.8, Gálatas 6.10. En la iglesia de aquel entonces algunos repartían todo lo que tenían, Lucas 18.28, Hechos 4.37. Pablo podría repartir todo su dinero y esto ayudaría a los pobres y hambrientos, pero no le traería galardón a Pablo si no lo hiciera en amor. El Señor Jesús conoce nuestros corazones.

En la religión pagana una persona puede ofrecerse como holocausto a dioses falsos y la gente pensaría que esa persona era noble y santa. Pero no sería útil para la persona ni para otros.

¿Qué hace el amor?

Estos versículos nos dicen qué es el amor al mostrar cómo actúa una persona que tiene amor.

13.4       Una persona con amor puede enfrentar problemas con paciencia y es benigna hacia otros. La paciencia y bondad son parte del fruto del Espíritu, como también el amor, Gálatas 5.22.

Dios es amor y Cristo es Dios, así que podemos ver amor perfecto en la vida de nuestro Señor Jesucristo. Él era paciente y benigno aquí en la tierra.

El resto del versículo 4 nos dice tres cosas que el amor no es, y los versículos 5 y 6 nos dan cinco más.

La persona amorosa no es celosa de otras personas que posiblemente tengan más don que uno. No habla acerca de sí mismo ni procura que la gente crea que es más importante de lo que es en verdad. Él no es orgulloso como eran algunos corintios, 4.6,18,19, 5.2.

13.5       Cuatro cosas más que no hace una persona con amor.

No se conduce de una manera como para ofender a otros; él tiene buenas costumbres según la época en que vive y la gente con quienes vive.

No procura sacar lo mejor de todo para sí; él está dispuesto a ayudar a otros, 10.24,33, Filipenses 4.2.

Una persona con amor no se enojará fácilmente hacia otros; es paciente. 13.4. El Señor Jesús tenía enojo con sus discípulos porque ellos no creyeron, Marcos 3.5, pero cuando venga Él tendrá enojo con la gente a causa de sus pecados, Apocalipsis 6.16.

Sin amor una persona se acuerda del mal que otros le han hecho, para que alguna vez pueda hacer lo mismo con ellos. Si tenemos amor procuraremos olvidarnos de aquello y perdonar a quien lo hizo, 1 Pedro 4.8.

13.6       Sin amor podemos estar contentos cuando otros hacen mal, porque sabemos que Dios les va a castigar. Esto es malo; debemos estar contentos con la verdad de Dios. Otros oyen la verdad y la obedecen; esto trae mayor gozo a quienes aman a Dios y a los hombres.

13.7       Hay también cuatro cosas más que hace una persona con amor:

Siempre está dispuesto a apoyar o proteger otros.

Siempre está dispuesto a confiar en otros. Procura creer que ellos quieren
hacer lo correcto, y tiene fe en ellos.

Siempre espera lo mejor.

Siempre es paciente en toda clase de dificultades.

Estas son las marcas de una persona con amor, y se ven perfectamente en la vida de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, Dios no sólo ama. Él es justo también y a veces tiene enojo, 13.4, y nunca cree la mentira, 13.7.

El amor es mayor que los dones

Los corintios pensaban que algunos de los dones eran grandes porque a ellos les gustaba pararse ante otros y hablar. El Espíritu menciona aquí tres dones que eran temporales y no iban a durar mucho más tiempo. El amor va a durar para siempre.

13.8       El amor nunca deja de ser; en el cielo, en la eternidad, nosotros amaremos y seremos amados. Pero estos tres dones van a desaparecer pronto:

El don de la profecía hacía falta hasta escribirse el Nuevo Testamento. Era una señal que Dios estaba con las nuevas iglesias cristianas, pero los profetas también instruían a los creyentes en el camino de Dios. La Iglesia estaba edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, y a ellos se les había revelado la verdad, Efesios 2.20, 3.5. Hoy día el Nuevo Testamento está completo y ya no hace falta este don de profecía.

El don de las lenguas era otro don para los creyentes de aquellos tiempos para probar que Dios estaba con su Iglesia,  hasta bien establecida ella.

El don especial de la ciencia se llama palabra de ciencia en el 12.8. Este también se necesitaba antes de completarse el Nuevo Testamento.

13.9       Algunos creyentes tenían el don de profecía. El Espíritu Santo podía darles una pequeña revelación de la voluntad de Dios para ayudar a fortalecer a la asamblea. Algunos tenían la palabra de ciencia. Ellos podían entender el Antiguo Testamento y las partes del Nuevo Testamento que ya existían, y la doctrina de los apóstoles. El Espíritu les ayudaba a enseñar a otros también, 2 Timoteo 2.2. Pero estos dos dones eran en parte solamente.

13.10     En aquellos tiempos el Nuevo Testamento estaba escrito solamente en parte. Creemos que Pablo escribió nueve epístolas más después de escribir 1 Corintios. Las cartas de Pedro se escribieron más adelante, como también las de Juan y Judas y la carta a los Hebreos. Solamente cuatro de las veintiuna epístolas fueron escritas antes de 1 Corintios.

La Palabra de Dios es perfecta. El Nuevo Testamento contiene la verdad que debemos creer y que fue una vez dada a los santos, Judas 3. Hoy día no hay necesidad de los dones de la profecía y ciencia para llenar los vacíos. El apóstol Juan dijo que nadie debería añadir al libro del Apocalipsis ni quitar de él, Apocalipsis 22.18,19. Esto es cierto en cuanto a la Biblia entera, con sus treinta y nueve libros en el Antiguo Testamento y veinte y siete en el Nuevo.

Algunos maestros piensan que las palabras “lo perfecto” se refieren a Cristo cuando Él vuelva. Esto daría a entender que el don de lenguas continuaría hasta que Él regrese en poder. Por varias razones creemos que “lo perfecto” se refiere a la Biblia y no a Cristo.

13.11     Ahora el apóstol presenta dos ilustraciones, un niño y un espejo. Cuando era niño él hablaba y pensaba como niño. Así es con todos. Más adelante él llegó a ser hombre y puso a un lado aquella manera de ser porque contaba entonces con la capacidad de una persona madura.

Así es con la profecía, lenguas y el don de especial ciencia. Los creyentes en Corinto usaban aquellas cosas pero más adelante ellos tendrían algo mejor, todo el Nuevo Testamento. La profecía y ciencia ya no serían necesarias. Las lenguas y otros dones dados como señales habían sido dados hasta establecerse la Iglesia.

13.12     La Palabra de Dios es como un espejo, Santiago 1.23. Los corintios tenían sólo una parte pequeña del Nuevo Testamento; ellos tenían muchos problemas que no podían entender. Todo quedaría más claro una vez que el Espíritu Santo había dado la plena revelación de parte de Dios. Aun Pablo no sabía todo el consejo de Dios. Dios sabía todo acerca de Pablo y más adelante le fue dada a Pablo una revelación adicional de la verdad. Efesios 3.3 al 5. Todas sus epístolas fueron inspiradas por el Espíritu Santo.

13.13     Estos tres dones dejarían de ser, pero la fe, la esperanza y el amor quedarían. La fe es lo opuesto de la vista; es necesaria hasta que estemos con el Señor, Hebreos 11.1. Nuestra esperanza es que Él vuelva por nosotros, Tito 2.13. Cuando Él venga nosotros no vamos a esperar lo que ya habrá sucedido, Romanos 8.24. El amor es el mayor de estos tres porque va a existir para siempre.

Así que estos tres dones pronto iban a cesar, 13. 8. La fe, esperanza y amor iban a continuar pero dos de ellos cesarían al venir el Señor. Esto muestra que los tres dones cesarían antes de esa ocasión.

Profecía                                 iba a cesar pronto

Lenguas                     iban a cesar pronto

Ciencia especial             iba a cesar pronto

Fe                                   queda hasta la venida del Señor

Esperanza                       queda hasta la venida del Señor

Amor                              existirá siempre

 

La profecía es mayor que las lenguas

En el capítulo 12 aprendimos acerca de los dones del Espíritu Santo a las iglesias, y en el capítulo 13 vimos que cualquier don debe ser usado en amor. En el capítulo 14 leemos que la profecía es más importante que las lenguas, 14.1 al 25, y que Dios quiere que sigamos el orden suyo en las iglesias, 14.26 al 40.

Este capítulo trata del hablar en una reunión de la iglesia. La palabra “hablar” se usa veinte-cuatro veces y la palabra “iglesia” nueve veces. En Corinto se usaban dos dones corrientemente, la profecía y las lenguas, al hablar en la asamblea. La palabra “lenguas” se encuentra quince veces en el capítulo 14 y “profecía” catorce veces.

En la asamblea los hermanos deben hablar solamente para el provecho de todos, 14.1 al 6, y deben hablar claramente, 14.7 al 12. Ellos deben procurar ayudar a tanto los salvos como los no salvos, como hacía Pablo, 14.13 al 25.

La profecía edifica una asamblea

14.1       Debemos todos procurar conocer más el amor de Dios y mostrarlo a otros. Si lo hacemos, es correcto desear los dones espirituales, 12.31, y la profecía era más importante que el don de lenguas.

14.2       Era posible hablar en un idioma que nadie sino Dios entendería. El Espíritu dio este poder al hombre y su espíritu humano hablaba «misterios» a Dios. Pero él no sabía qué decía, ni lo sabía más nadie en la asamblea.

14.3       El don de la profecía era para la bendición de otros. El Espíritu Santo ayudaba al profeta a hablar en la asamblea, para edificar a los creyentes, animarlos y advertirles, y dar consuelo a los que estaban tristes. Hoy día no tenemos profetas, pero tenemos maestros y pastores, Efesios 4.11. Ellos tienen todo el Nuevo Testamento que usan para edificar, animar y advertir a los creyentes.

14.4       El hablar en lenguas ha podido dar una sensación de placer a quien lo hacía, pero lo cierto es que no edificaba a la iglesia. Los profetas podían hacerlo, y ahora los maestros pueden hacerlo, por medio de la Palabra de Dios.

14.5       Pablo hubiera estado contento si todos los creyentes habrían podido hablar en lenguas, pero la profecía era todavía más importante. El don de lenguas era una señal en ese tiempo, 14.22, como también el don de interpretar. Algunos querían hablar en lenguas en la asamblea en Corinto cuando nadie podría entender o interpretar, pero estaban malgastando el tiempo de la asamblea sin ayudar a nadie sino a sí mismos. Han debido guardar silencio y escuchar a otros que podrían profetizar.

14.6       Pablo sabía que el hablar en lenguas no ayudaría a otros. Él sería de ayuda a la asamblea al tener una revelación de Dios que él podría contarles, o algún conocimiento de la voluntad de Dios que podría enseñar, o alguna profecía o doctrina que podría explicar.

La profecía puede entenderse fácilmente

El hablar en lenguas es incorrecto porque nadie en la iglesia puede entender lo que se dice. Ahora el apóstol dijo que los instrumentos musicales pueden ser entendidos y las lenguas extranjeras tienen sentido. Nadie debe hablar en la asamblea si otros no pueden entender el sentido y ser ayudados.

14.7,8    Los instrumentos musicales no tienen vida pero pueden ser entendidos al ser tocados correctamente. En el Antiguo Testamento se tocaba trompeta para llamar los hombres a la guerra, pero ellos no se prepararían salvo que la trompeta sonara claramente con el debido mensaje, Números 10.3 al 10.

14.9       Es importante dar un mensaje claro cada vez que hablamos. Algunas personas quieren usar palabras largas para mostrar que son bien instruidas, pero es más importante que los oyentes entiendan fácilmente y sean edificados. Si la gente no entiende, da lo mismo que uno hable al aire sin que nadie escuche.

14.10     Al principio todo el mundo hablaba el mismo idioma pero Dios juzgó a los hombres en la Torre de Babel para que no pudieran entender el uno al otro y tuvieran que ir a vivir en diferentes partes del mundo, Génesis 11.1 al 9. Hoy día hay más de dos mil idiomas diferentes. Cada idioma puede ser entendido fácilmente por las personas que lo hablan.

14.11 Pero las otras personas no podrán entender este idioma «extranjero», y las personas que lo hablan no podrán entender los idiomas de los otros. El hablar en lenguas en la asamblea no ayudaba a nadie.

14.12     Los corintios querían usar los dones espirituales, 12.31, 14.1, pero el Espíritu los mandó a poner en primer lugar la ayuda a la asamblea. Nadie debe hablar en una reunión de la asamblea sólo para mostrar cuán espiritual o cuán inteligente es.

Debemos hablar en la asamblea para el beneficio de todos

En una reunión de la asamblea debemos tener en mente los creyentes sin instrucción, 14.13 al 17, como hacía Pablo, 14.18,19. Las lenguas eran una señal a los judíos que no eran creyentes, pero la profecía sería una ayuda a los creyentes, 14.20 al 25.

Los creyentes no instruidos —

14.13     Algunos creyentes en Corinto tenían el don de hablar en lenguas, pero se les manda a orar también por el don de interpretación, o a no usar lenguas en la asamblea.

14.14     Algunos se levantaban a orar en un idioma que nadie podía entender, ni siquiera el que oraba. Posiblemente esto contentaba al hombre que oraba pero no traía provecho a más nadie.

14.15     Dios es Espíritu, y es necesario adorarle a Él con el espíritu de uno, Juan 4.24. El libro de los Salmos contiene muchos versículos que nos mandan a alabar y adorar al Señor y muchas veces se da la razón por hacerlo. Por ejemplo, piense en el Salmo más corto, el 117. Se manda a alabar al Señor porque su misericordia es grande y su verdad va a continuar para siempre.

Debemos entender por qué estamos adorando a Dios. Salmo 47.7 dice que debemos cantar alabanzas con inteligencia; véase también Romanos 15.9 y Santiago 5.13. Aquí Pablo dice que él quería cantar y orar con su espíritu, pero también entender lo que estaba diciendo.

14.16     Es bueno decir Amén cuando un hermano ora en la asamblea. Esto muestra que usted oraría de la misma manera. Pero usted no podría decir Amén si él hablara en lenguas, porque no sabría cómo estaba orando él. Un hombre podría hablar en lenguas y dar gracias a Dios sin que nadie entendiera ni dijera Amén.

14.17     Un hombre podría estar orando muy bien, pero sin ayuda para usted. Todo lo dicho en una asamblea debe ser de ayuda y debe edificar a todos los otros.

Debemos pensar en todas las otras personas en la reunión —

14.18     Pablo tenía del Espíritu Santo el don de lenguas y hablaba más que todos los corintios. El usaba esto fuera de la asamblea para convencer a los judíos, quienes siempre buscaban señales, 1.22.

14.19     Pero en la asamblea él pensaba que era mejor decir solamente cinco palabras que otros podrían entender que muchos miles de palabras en otro idioma que nadie conocería.

Las lenguas son para señal, la profecía para edificar

El capítulo 14 nos enseña que la profecía era mayor que el don de lenguas. Aprendemos que lenguas son una señal a los judíos, pero la profecía edifica a los creyentes.

14.20     De nuevo Pablo llama a los corintios “hermanos”, como en el 10.1 y 12.1. Él quería que comprendieran que la profecía era importante. Ellos deben ser como niños en cuanto a lo que es malo, pero deberían ser capaces de pensar como hombres maduros. El Espíritu había prometido que el Nuevo Testamento iba ser dado completo y hasta ese entonces ellos podrían pensar sólo como niños, 13.11,12. Aquí de nuevo Él les da una revelación completa acerca de lenguas y ellos podían entender, con su ayuda. Ellos no deberían ser ignorantes como niños en su manera de entender las Escrituras, pero deberían ser inocentes como niños en cuanto a las cosas malas.

14.21     La palabra “ley” se usa para referirse a todo el Antiguo Testamento y ya era completa.* Los corintios han debido recordar lo que había dicho Isaías en el capítulo 28, versículos 11 y 12. Dios iba a usar otros idiomas pero todavía el pueblo de Israel no iba a oir y obedecer. Así que el don de lenguas era una señal que Dios tendría que juzgar a Israel y todos los que rehúsan obedecer al Evangelio. En la ocasión de Pentecostés muchos judíos oyeron acerca de Dios en idiomas diferentes y creyeron en Cristo, Hechos 2.8,41. Aquellos que rehúsan creer no tienen excusa.

* La palabra ley se usa para referirse a los cinco libros de Moisés, Lucas 24.44, Juan 1.45; y para todo el Antiguo Testamento, Juan 10.34, 15.25, Romanos 3.10 al 19. En Romanos 3 se citan en los versículos 10 al 18 partes de varios Salmos, llamadas la ley en el versículo 19.

14.22     Los creyentes no necesitaban señal; ellos aceptaban al Evangelio como la verdad. El don de lenguas era para gente que no estaba convencida que el mensaje venía realmente de Dios. El don de profecía fue dado para ayudar a los creyentes a entender mejor los caminos de Dios.

14.23     Toda la iglesia debe reunirse en ocasiones fijas, Hebreos 10.25, y esta parte de Corintios nos enseña acerca de las reuniones de la asamblea. Los cristianos nuevos podían venir y también los que todavía no eran salvos. Diversos hombres podían hablar pero todo tenía que ser para la bendición de otros.

Procure pensar en una reunión donde todo el mundo estaba hablando en idiomas extranjeros. La gente pensaría que los cristianos estaban locos y fuera de razón.

14.24     La profecía es mayor que las lenguas. Un hombre puede enseñar con calma más verdad acerca de la santidad y amor de Dios y sus caminos maravillosos. Esto sería de ayuda para todos: los creyentes serían bendecidos y los visitantes serían persuadidos de que era la verdad.

14.25     La persona inconversa estaría de acuerdo con que él o ella es un pecador. El daría adoración a Dios y diría a otros que de veras Dios estaba con los cristianos en la asamblea.

Estas cosas son importantes. Todo creyente debe adorar a Dios y hablar a otros acerca del Señor.

 

                                                   Dos dones temporales, 1 Corintios 14:

Profecía                                                 Lenguas

habla a los hombres                   14.3                 habla a Dios                             14.2

edifica a la iglesia                       14.4                 edifica a uno mismo                14.4

es mayor                                    14.5                 salvo que uno interprete          14.5

es para el provecho
de la asamblea                           14.6    habla al aire                             14.9

habla como extranjero                14.11

debe orar por interpretación       14.13

el que habla no entiende                        14.14

la gente no entiende                   14.16

cinco palabras                                        el oyente no es instruido          14.17

mejores que                             14.21    10.000 palabras                                  14.21

para creyentes                            14.22    una señal a no creyentes         14.22

los pecadores creen                    14.24    una mala impresión

y adoran a Dios                          14.25               sobre los visitantes       14.23

 

El gobierno de Dios en las iglesias

En la primera parte del capítulo 14 hemos aprendido que la profecía es más importante que las lenguas. En la segunda parte el Espíritu Santo nos enseña las reglas o principios a seguir cuando nos reunimos como una iglesia. Posiblemente todo el mundo tenga algo que decir, 14.26, pero hay límites: para los que hablan en lenguas, 14.27,28; para profetas, 14.29 al 33; para mujeres, 14.34,35. Los últimos cinco versículos nos dan un resumen del capítulo.

Gobierno en general

14.26     Los creyentes deben reunirse con frecuencia en calidad de iglesia. Cada hermano puede estar preparado para hablar si el Espíritu Santo así le dirige. Él puede sugerir que todos canten un cántico de alabanza o quizás él dará alguna enseñanza de la Biblia. En la iglesia de aquel entonces algunos tenían el don de lenguas o podrían decir a los otros de una nueva revelación. La regla básica era, y todavía es: En la asamblea todas las cosas deben ser hechas para edificar a otros.

Límites sobre la intervención en las reuniones

(a) Lenguas, (b) Profecía —

14.27     En la iglesia de aquel entonces algunos tenían el don de lenguas pero no más de dos o tres podían hablar en una reunión, y sólo uno a la vez. Posiblemente algunos tenían el don de explicar o interpretar el idioma extranjero que otro usaba. Puede ser que en Corinto algunos querían hacer notar su don y por esto varios hablaban a una vez, de manera que nadie entendía lo que decían. Es evidente que esto no edificaría a nadie en la fe.

 

14.28     Nadie debía hablar en lenguas si no había quien interpretara. Ellos deben hablar a sí mismos y a Dios quien conoce nuestros corazones.

14.29     Los profetas también podían hablar, pero no más de dos o tres en una misma reunión. La asamblea debía tener cuidado que ningún falso profeta llegara para enseñarles doctrina mala, Hechos 20.28 al 30. El Espíritu Santo dio a algunos el don de reconocer la enseñanza de espíritus malos, 12.10, y un profeta debería escuchar lo que otros están diciendo acerca de su enseñanza. Hoy día algunos tienen el don de enseñar pero ellos deben estar dispuestos a oir de otros que también conocen la Palabra de Dios.

14.30     Un profeta debe terminar su intervención si algún otro hermano ha recibido un pensamiento nuevo que él ha deseado decir a la asamblea.

14.31     El Espíritu les dijo a los corintios que ellos deberían desear especialmente el don de profecía, 14.1. Solamente dos o tres podían hablar en una misma reunión pero en otra ocasión habría oportunidad para todos. El propósito era que todos los otros aprendieran más de los caminos de Dios y ser animados a seguir al Señor, 14.3. Estas instrucciones aplican a los maestros en la asamblea hoy día.

14.32     La profecía era un don del Espíritu Santo pero esto no quería decir que el que hablaba había perdido el control de sí. Él podría terminar su intervención al ser necesario, o podría esperar otra ocasión, 14.29,30, teniendo presente que otros poseían el mismo don.

14.33     Dios creó el universo y la gente se asombra ante el orden que ve en la creación. También en la iglesia Dios no puede ser responsable por el desorden cuando dos o más personas piensan que el Espíritu Santo les está guiando a hablar a una misma vez. Dios es el Dios de paz, Romanos 15.33, Filipenses 4.9, 2 Tesalonicenses 3.16, Hebreos 13.20. Dios fue revelado como el Dios de paz en todas las iglesias.

Mujeres —

14.34     En el Nuevo Testamento algunas mujeres fueron llamadas profetisas, Hechos 21.9, pero no leemos de ninguna hermana que poseía el don de lenguas. En cualquier caso, las mujeres no podrían usar ningún don de hablar en una reunión de la asamblea. Deben quedarse en silencio, porque el Espíritu Santo no da permiso que hablen. Ellas deben obedecer, como Dios mandó a Eva en el principio, Génesis 3.16.

Mucha gente objeta a este versículo hoy día y demanda que las mujeres gocen de iguales derechos que los hombres. En la iglesia de Dios, sin embargo, debemos seguir lo que dice la Palabra de Dios. Las mujeres cristianas pueden adorar a Dios en sus corazones, quizás de una manera mejor que la mayoría de los varones. Debemos adorar en espíritu, y según la verdad que es la Palabra de Dios, Juan 4.24, 17.17. Las mujeres pueden enseñar a otros, Hechos 18.26, 2 Timoteo 3.15 (con 1.5), Tito 2.4, pero no en una reunión de la asamblea.

14.35     Esto quiere decir que ellas no deben siquiera hacer preguntas en la asamblea, sino preguntar a sus esposos en casa. (Así que el esposo debe conocer bien su Biblia para contestar las preguntas de su esposa). Algunas familias leen la Biblia juntos cada día, conversan sobre ella y aprenden más de la Palabra de Dios. Esta es una muy buena costumbre.

Las jóvenes deben preguntar a sus padres, si ellos son cristianos. Si no, ellas deben consultar a otro hermano en cuanto a su problema, una vez terminada la reunión. El Espíritu Santo dijo que es una vergüenza que la mujer hable en la reunión de la asamblea.

 

Resumen

El Espíritu enseña aquí que los mandamientos de Pablo son los mandamientos de Dios, 14.36 al 38, y después Él repite de una manera breve la instrucción principal de este capítulo, 14.39,40.

14.36     Pablo sabía que no les gustaba a algunos de los corintios lo que él estaba enseñando. Ellos pensaban que tenían grandes dones y que Dios les había revelado su verdad. Pablo preguntó si pensaban que la Palabra de Dios había venido primeramente de los corintios, o si tal vez había venido a ellos no más.

14.37     Algunos de los corintios estaban seguros de que ellos tenían el don de profecía o algún otro importante don espiritual, y que no tenían que aceptar la enseñanza de Pablo si no estaban de acuerdo. Pero el Espíritu Santo dijo que debían reconocer que Pablo estaba enseñando los mandamientos de Dios.

14.38     Pero posiblemente alguna otra persona no aceptaría la enseñanza de Pablo y tendría el deseo de quedarse ignorante. El Espíritu Santo dijo que los creyentes no deben aceptar esta persona como un profeta de Dios porque Dios no le aceptaría a él. Pero en cambio este versículo puede expresar la idea que si alguno rechaza la autoridad de Pablo, la tal persona va a quedarse ignorante de los consejos de Dios. Este es un principio importante en el juicio de Dios.

La luz recibida trae más luz; la luz rechazada trae tinieblas.

Dios es luz, y Cristo vino como la Luz del mundo, Juan 1.4, 8.12, 1 Juan 1.5, pero Él ciega a los que rechazan verle, Mateo 13.13, Juan 9.39, 12.40, Hechos 28.26, 2 Corintios 3.14, Romanos 11.7. Esto es muy solemne y nos muestra la importancia de leer, creer y obedecer la Palabra de Dios.

14.39     Este capítulo enseña que la profecía edificaba a los creyentes y era mucho más importante que las lenguas. Ambos eran dones del Espíritu Santo en ese tiempo y los creyentes no deben prohibir a la gente hablar en lenguas. El versículo 13.8 enseña que ambos dones correspondían a los primeros tiempos de la iglesia. Hoy día los creyentes se edifican en la iglesia por medio de aquellos que enseñan la Palabra de Dios.

El don de lenguas era una señal para mostrar a los judíos que Dios estaba con los creyentes de aquel entonces. Los dones de ciencia especial y profecía eran muy necesarios para enseñar a los creyentes los caminos de Dios antes de completarse el Nuevo Testamento. Estos tres dones no son necesarios hoy día pero Dios nos ha dado en el capítulo 14 instrucciones para que podamos entender los principios generales de sus caminos. La gran lección aquí es que todo debe ser hecho para la bendición de toda la iglesia y esto es muy importante.

14.40     Todo debe ser hecho correctamente y en orden, especialmente en las reuniones de la asamblea. Debemos estar seguros de hacer las cosas según el orden de Dios, y no del hombre. A lo largo de los años se han introducido en las iglesias muchas costumbres que en nada se basan en las Escrituras, y hoy día algunas personas dicen que podemos hacer como queremos. A Pablo le agradó mucho ver que los colosenses estaban actuando según el orden de Dios, Colosenses 2.5. Vemos en la naturaleza el hermoso orden de Dios. Él quiere que su orden sea visto en sus iglesias.

 

10 – La resurrección

En Corintios Pablo había contestado varias preguntas acerca de las cuales los creyentes le habían escrito, y también otros problemas de los cuales él había oído de otras personas. Había divisiones en la iglesia; algunos seguían a un líder y otros a otro. Un hermano era culpable de inmoralidad y otros estaban intentando defraudar a sus concreyentes y llevarles delante de los tribunales. Algunos no tenían problema con comer carne que había sido ofrecida a los ídolos paganos. Pablo escribió también acerca de ponerse o no ponerse cubierta para la cabeza, y cómo comportarse en la cena del Señor. En los capítulos 12 al 14 hemos leído mucho acerca de la profecía, las lenguas y otros dones.

Ahora en el capítulo 15 el apóstol trata la doctrina de la resurrección del cuerpo. La palabra “cuerpo” se encuentra diez veces. La resurrección quiere decir que el cuerpo de una persona es levantado de la muerte. Por supuesto solamente Dios puede hacer tal cosa y a Dios se menciona once veces en el capítulo, al Señor Jesucristo dieciocho veces. 1 Corintios 15 es más largo que cualquier otro capítulo en las veintiuna epístolas del Nuevo Testamento. Por cierto es más largo que algunas de las epístolas cortas como Filemón, Tito, 2 y 3 Juan y Judas. El Espíritu Santo consideraba la resurrección un tema muy importante.

 

 

 

El capítulo consiste en cuatro partes:

Cristo resucitó de los muertos

Los creyentes resucitarán de la muerte

Cómo resucitarán los muertos

Qué sucederá con los creyentes todavía vivos cuando el Señor venga

 

Cristo resucitó de los muertos

La resurrección es parte del Evangelio, y Pablo había recibido una revelación especial de los hechos del Evangelio, 15.1 al 4. Los corintios podían tener la confianza de que Cristo resucitó de la muerte porque muchas personas le habían visto, 15.5 al 11.

El Evangelio

15.1       Pablo había predicado el Evangelio en Corinto, Hechos 18.1, y los corintios recibieron y creyeron el mensaje. Fueron salvos de la única manera en que uno puede ser salvo, creyendo por medio del Evangelio. Ellos estaban todavía firmes en su fe.

Nuestra firmeza está en la gracia, Romanos 5.2, 1 Pedro 5.12

Nuestra firmeza es por fe, Romanos 11.20, 2 Corintios 1.24

15.2       La palabra salvado quiere decir rescatado del pecado. Dios ha perdonado nuestros pecados y Él nos guarda del poder del pecado día a día.

 

                                   El Evangelio:

Pablo lo recibió, lo entregó, lo predicó y lo declaró.

Los corintios lo recibieron, lo creyeron, lo recordaban,
fueron salvos por ello y estaban firmes en la fe

 

Nadie puede saber con certeza que otros son salvos en verdad excepto por la manera como ellos viven. Pablo sabía que la resurrección es una realidad y una parte necesaria del Evangelio. Algunos corintios no creían en la resurrección y ellos realmente no podían ser salvos por un mensaje que negaba esta verdad. Antes habían dicho que creían en el Evangelio, incluyendo la resurrección, pero ahora ellos estaban manifestando que no creían de veras.

15.3       Pablo recibió algunas verdades directamente de Dios; por ejemplo, la cena del Señor, 11.23. Él dice aquí que recibió la verdad del Evangelio. Esta fue una revelación de Jesucristo, Gálatas 1.11,12. Él entregó este mensaje a los corintios.

De los Evangelios sabemos que Cristo murió en la cruz, y que fue por nuestros pecados, Marcos 10.45, Juan 10.11,15. Las Epístolas enseñan la misma cosa, Romanos 4.25, 5.8, Gálatas 1.4, Hebreos 7.27, 10.12, 1 Pedro 1.18,19, 2.24, 3.18, 1 Juan 2.2.

15.4       El Evangelio declara que Cristo fue sepultado y resucitó de la muerte el tercer día. Algunas personas procuran decirnos que Cristo no murió en verdad, que Él solamente se desmayó a causa del dolor y los soldados suponían que estaba muerto. Pero la Biblia dice que un soldado metió una lanza en su costado, que sería suficiente como para matarlo, y también que su cuerpo estaba envuelto en una apretada sábana y quedó en la tumba por tres días. Sabemos que Jesucristo murió en verdad.

En ese entonces los corintios contaban con el Antiguo Testamento pero muy poco del Nuevo Testamento. Aun el Antiguo Testamento mostraba que el Salvador que iba a venir, iba a morir y resucitar de nuevo. Léase con cuidado Salmo 16.10, Isaías 53.4 al 6, 10 al 12.

Muchos vieron al Señor una vez resucitado

15.5       Pedro, llamado también Cefas o Simón, vio al Señor en el primer día, Lucas 24.34. María le vio aun antes de Pedro, Marcos 16.9, Juan 20.16. Tarde en el mismo día Él apareció a los diez apóstoles en un cuarto en un piso alto, y a Tomás una semana más tarde, Juan 20.19,20,26. Más adelante Matías fue llamado uno de los doce apóstoles y él también había visto al Señor una vez que había resucitado de la muerte, Hechos 1.22,26.

15.6       El Espíritu Santo nos dice aquí que Cristo fue visto por más de quinientos hombres. Mateo cuenta que los once discípulos se encontraron con el Señor en una montaña en Galilea y quizás había muchas otras personas en ese encuentro, Mateo 28.16. El versículo siguiente dice que algunos dudaban aun en esa ocasión y posiblemente esas personas eran discípulos aparte de los once.

Pablo escribió esta carta unos veintitrés años después y la mayoría de aquellas quinientas personas vivían todavía. Ellos podrían dar su testimonio a cualquiera que procuraba probar que Cristo no había resucitado de la muerte en verdad.

15.7       Aquí el Espíritu revela que Jacobo vio al Señor después de resucitado éste. Había dos apóstoles llamados Jacobo, Hechos 1.13, y todos los apóstoles se mencionan en este versículo. Así que parece que Pablo se refiere aquí a Jacobo el hermano del Señor, Gálatas 1.19, quien no era apóstol sino líder en la iglesia en Jerusalén. Al principio ninguno de los hermanos creían en Él, Juan 7.5, pero después de su resurrección ellos estaban con los discípulos, Hechos 1.14.

Los apóstoles estaban juntos de nuevo cuando el Señor subió al cielo, Hechos 1.4,9. Toda esta gente podía testificar al hecho de que habían visto a Cristo en su cuerpo humano después de haber resucitado Él de la muerte.

15.8       Pablo fue la última persona a quien Cristo se manifestó. Esto fue en el camino a Damasco cuando Pablo vio a Cristo en gloria y oyó su voz, Hechos 26.16. Pablo dijo que él era como un bebé prematuro, nacido de repente y sin el desarrollo normal. Los otros apóstoles habían estado con el Señor y habían aprendido y desarrollado lentamente hasta ser llamados apóstoles del Señor.

15.9       Pablo no era un hombre orgulloso y aquí él se refiere a sí mismo como el más pequeño de los apóstoles. Dijo que quizás la gente no debe llamarle un apóstol, porque él había perseguido al pueblo de Dios antes de su conversión, Hechos 8.3, Gálatas 1.13. Más adelante habló de sí como menos que el más pequeño de todos los santos, Efesios 3.8. El en sí no era nada, pero sabía que en verdad no era inferior a ninguno de los apóstoles, 2 Co-rintios 12.11.

15.10     Pablo ha debido ser juzgado por Dios por perseguir a su pueblo, y sólo la gracia de Dios le hizo lo que era. La gracia de Dios no fue malgastada en él. Pablo amaba al Señor quien le salvó y no quería otra cosa más que servirle a él. La gracia de Dios obraba en él y él trabajaba más intensamente que los otros apóstoles.

Sabemos que somos solamente pecadores salvos por la gracia de Dios. ¿Estamos dispuestos a darnos de un todo a Dios: nuestros días, nuestros cuerpos, nuestros dones, todo por Jesús?

15.11     La gracia de Dios se veía en Pablo y en las vidas de aquellos que creyeron en Cristo por medio de sus labores. Esto probaba que Cristo vivía, que resucitó de entre los muertos. Todos los apóstoles seguían en la predicación del mismo Evangelio; era lo que los corintios creían y por lo mismo habían sido salvos.

 

Los creyentes resucitarán de la muerte

Algunos de los corintios enseñaban que no hay resurrección. En esto ellos estaban siguiendo la enseñanza falsa de los saduceos, Hechos 23.8. El Señor Jesús respondió a esta doctrina, Marcos 12.18 al 27, y los corintios han debido saber mejor. Más adelante dos hombres enseñaban que la resurrección ya había tenido lugar y esto destruyó la fe de algunos creyentes sencillos, 2 Timoteo 2.17,18.

Aquí el apóstol considera cuatro preguntas y los resultados si fueran ciertas estas cosas.

Si no hay resurrección, Cristo no resucitó de la muerte.

Si Cristo no resucitó, nosotros estamos todavía en nuestros pecados

Si Cristo sí resucitó, todos los hombres van a resucitar de la muerte

Si no hay resurrección, nosotros no tendríamos que sufrir como cristianos

¿Qué de si no hay resurrección?

15.12     Los apóstoles enseñaban que Cristo resucitó de la muerte. ¿Cómo entonces podían decir algunos de los corintios que es imposible la resurrección de personas muertas?

15.13,14 Si nadie puede resucitar de la muerte entonces Cristo no resucitó, porque Él era un Hombre que murió. Si esta enseñanza fuera cierta, entonces sería inútil predicar el Evangelio y si no hay Evangelio entonces por supuesto su fe no tenía valor, 15.2,17.

15.15,16 Los apóstoles serían mentirosos porque ellos dijeron que Dios había resucitado a Cristo y ellos le habían visto vivo después de su muerte. Dios no le levantó a Cristo si es que no hay tal cosa como la resurrección y ninguna persona muerta puede resucitarse. Los corintios nunca han debido decir estas cosas.

¿Qué de si Cristo no resucitó?

15.17     Nuestra fe se basaría en un mensaje falso acerca de un Cristo muerto. Un mensaje de este tipo no podría salvar a nadie del pecado. Nosotros seríamos todavía pecadores culpables bajo el juicio de Dios.

15.18     Esta enseñanza falsa dejaría a los corintios perdidos para siempre. Algunos cristianos habían perdido la vida por decir que creían en el Evangelio acerca de Cristo. Ellos también estaban perdidos si ese mensaje era falso. Dormir en Cristo quiere decir creer en él y luego morir. Sus cuerpos «duermen» y resucitarán cuando venga Cristo. Sus espíritus ya están con el Señor y ellos están muy contentos, Filipenses 1.21,23.

15.19     Nosotros esperamos que Cristo nos resucitará de la muerte y que viviremos para siempre con el Señor. Con esta esperanza podemos estar contentos en este mundo aun cuando tengamos grandes problemas, Romanos 5.3, 1 Pedro 4.16. ¿Pero qué de si no hay resurrección? Entonces estamos sufriendo por nada y la gente debe sentir gran lástima por nosotros.

¿Cuáles son los resultados de la resurrección de Cristo?

En estos versículos el Espíritu Santo muestra que todos los hombres resucitarán de la muerte y serán sujetos a Dios.

Todos resucitarán —

15.20     El apóstol ha probado que Cristo sí resucitó de la muerte, y que no es aceptable ninguna otra enseñanza. Un gran resultado de esto es que la gente puede resucitar de la muerte y la Biblia enseña que en efecto la gente va a resucitar, Juan 5.28,29. Cristo es como el primer grano de trigo que el agricultor consigue antes de estar lista toda la cosecha. Sabemos que Cristo resucitó y por esto podemos estar seguros de que toda persona va a resucitar también.

15.21     La muerte es el resultado del pecado de un hombre, Génesis 2.17, Romanos 5.12. Todos son pecadores y la regla de Dios es que todo pecador debe morir, Hebreos 9.27. Pero por medio de otro Hombre habrá una resurrección de la muerte.

15.22     Todos los descendientes de Adán y Eva tienen un cuerpo que puede morir y todas las personas excepto el Señor Jesús tienen una naturaleza pecaminosa que les hace pecadores. Cristo es un Hombre, pero también es Dios. Él resucitó de la muerte y tiene poder de resucitar a todas las personas de la muerte.

15.23     Hace mucho tiempo que Cristo resucitó. Es como el primer grano de una gran cosecha, 15.20. Los creyentes de aquel entonces son de Cristo y ellos van a resucitar de la muerte cuando el Señor venga. Aprenderemos más acerca de esto en el versículo 52. Los que no son creyentes también van a resucitar de la muerte y serán juzgados por el Señor. Esto será mil años después de la primera resurrección, Apocalipsis 20.5,12,13.

Todo estará sujeto a Dios —

15.24     Entonces vemos el plan y orden de Dios: (1) La resurrección de Cristo (2) La resurrección de creyentes (3) El fin.

El Señor Jesús va a dar de nuevo a Dios el Padre la autoridad que Él recibió para ser Rey sobre el mundo. Para ese entonces Cristo habrá puesto en sujeción todos los poderes espirituales que se han rebelado contra Dios. Aun ahora estos poderes han sido puestos en sujeción a Él, 1 Pedro 3.22, pero más adelante Él los obligará a obedecer para que nunca más podrán luchar contra Dios y su pueblo.

15.25     Es necesario que Él reine. Esta es la voluntad de Dios y nada podrá cambiarla. Los reyes de la tierra van a unirse contra Cristo pero no podrán tener éxito, Salmo 2.2,6. El fin vendrá cuando Dios haya puesto todos sus enemigos bajo Cristo.

Es necesario que Él sufra             Hechos 17.3

Es necesario que Él resucite      Hechos 17.3

Es necesario que Él reine           1 Corintios 15.25

15.26     Algunos de los enemigos de Cristo son hombres y ellos también tendrán que morir. La muerte en sí es un enemigo y ella también será vencida. Después de eso nadie va a morir, pero los malos serán juzgados y enviados al Lago de Fuego. Esto se llama la muerte segunda, Apocalipsis 20.14,15

 

En Apocalipsis encontramos más detalles:

Satanás será atado con una gran cadena                                          20.1,2

Cristo y los santos reinarán sobre el mundo por mil años               20.4,6

Satanás será suelto                                                                          20.7

El reunirá a los hombres para luchar contra el pueblo de Dios        20.8

Los hombres serán destruidos por fuego                                         20.9

Satanás será echado al Lago de Fuego                                            20.10

Todos los pecadores se presentarán ante Cristo,
quien va a estar sentado sobre el Gran Trono Blanco                        20.11,12

Ellos también serán echados al Lago de Fuego                               20.15

Dios creará un nuevo cielo y tierra                                                 21.1

15.27     La Biblia dice que Dios prometió poner todas las cosas debajo los pies de Cristo, Salmo 8.6, y el Espíritu Santo repitió estas palabras aquí en el versículo 27. Dios también mandó al Señor Jesús a sentarse a la mano derecha de Dios hasta que Él haya puesto sus enemigos por debajo de sus pies, Salmo 110.1, Hebreos 1.13.

Todas las cosas. Esto quiere decir todo y todas las personas, pero todavía no vemos todo sujeto a Él, Hebreos 2.8. De todos modos, Dios no se pondrá debajo de la autoridad de Cristo, pero pondrá a toda otra persona bajo el Hijo cuando venga el tiempo de Dios.

15.28     Esto será el fin. El Hijo estaba sujeto a su Padre cuando aquí sobre la tierra y lo será en toda la eternidad. Esto no quiere decir que el Hijo sea menor que Dios, sino quiere decir que Él no será mayor que el Padre; Dios será todo en todos. La palabra Dios muchas veces quiere decir Padre, Hijo y Espíritu Santo.

¿Por qué sufrir si no hay resurrección?

Muchos creyentes sufrían por el nombre de Cristo y muchos habían perdido la vida. La vida cristiana no tendría sentido sin la resurrección.

15.29     Hoy día algunos maestros suponen que la gente muerta puede recibir beneficio si una persona se bautiza por ellos en vida. Pero la Biblia enseña que el bautismo muestra a todos que un creyente es un discípulo de Cristo. Somos bautizados en la muerte de Cristo pero Cristo resucitó, así que nosotros debemos vivir una vida nueva por Él, Romanos 6.3,4. El bautismo no hace que un pecador vivo sea una persona salva, y por supuesto no puede ayudar a los que ya están muertos.

Posiblemente el versículo 29 quiere decir que cristianos nuevos se están bautizando y tomando su lugar en la asamblea. Ellos sabían que tendrían que sufrir y podrían perder la vida. Les era permitido a los siervos de Satanás matar a algunos creyentes y esos creyentes recibirán el galardón del mártir, Hebreos 11.35. Pero la Iglesia seguía creciendo. Algunos morían pero otros se bautizaban y tomaban el lugar de los que ya no estaban. Podríamos decir que ellos fueron bautizados por, o en el lugar de, los muertos.

15.30     Pablo y los otros apóstoles sabían que ellos estaban en peligro de muerte cada hora de cada día. Esteban y Jacobo fueron asesinados y Pedro y Pablo casi perdieron la vida, Hechos 7.59, 12.2,4, 14.19. ¿Por qué estaría alguien dispuesto a morir por el Evangelio si es sólo una gran mentira?

15.31     Pablo estaba preparado para la muerte todos los días. Él tenía algún problema físico o alguna enfermedad pero también tenía que enfrentar peligros y muerte muchas veces. Él dio más detalles acerca de sus experiencias en 2 Corintios 11.23 al 27, pero aquí declara que estaba en peligro todo el tiempo.

Pablo estaba agradecido por la obra del Señor en Corinto y contaba a otros de los creyentes allí, 2 Corintios 7.14, 9.2. Aquí él hace esta fuerte declaración con base en su contentamiento a causa de ellos.

15.32     A veces los cristianos de aquel entonces eran lanzados a la plaza de fieras donde animales feroces pronto los destruían mientras el público seguía el espectáculo desde lugares seguros. No se podía castigar de esta manera a los ciudadanos romanos, así que Pablo quería decir que él tenía grandes problemas con los que hacían ídolos en Éfeso, Hechos 19.23 al 34. En el Salmo 22 David habló de sus enemigos como fieras, 15.12,13,16,20,21.

¿Pablo haría frente a todos estos peligros simplemente como un hombre? No, él sabía que Cristo había resucitado de la muerte y también Él resucitaría a Pablo. Si no hay resurrección, bien podríamos decir: Vamos a gozarnos porque pronto se acaba la vida y la muerte es el fin de todo. Los pecadores en Israel decían eso, Isaías 22.13, y la gente pagana estaba diciendo lo mismo en los tiempos de Pablo. Hoy día muchas personas viven así, cualquier cosa para placer, ya que no creen en Dios ni en una vida futura.

15.33     Aun la gente pagana sabía que una persona probablemente llegaría a ser como sus amigos o amigas. En este versículo Pablo citó un refrán de un poeta griego llamado Menander. Los compañeros malos echarán a perder una persona. Así Pablo advirtió a sus lectores a no dejar que Satanás los haga pensar otra cosa. La enseñanza falsa cambiaría su modo de vida y los creyentes no deberían tener ninguna comunión con aquellos que enseñaban que no hay resurrección.

15.34     El Espíritu mandó a los corintios a despertarse, ser sobrios, vivir de una manera santa y no continuar en el pecado. Algunos de ellos eran ignorantes del poder de Dios y su manera de hacer las cosas. Esto quedaba claro porque ellos estaban enseñando que no hay resurrección. Toda la asamblea ha debido estar avergonzada pero en cambio ellos tenían orgullo de su sabiduría, 1.17 al 30. Lo mismo era cierto cuando un hermano cayó en un terrible pecado. Esto afectaba a toda la asamblea pero los creyentes estaban orgullosos cuando han debido estar tristes, 5.2.

 

¿Cómo resucitarán los muertos?

Los corintios han debido saber lo que el Espíritu Santo enseñó a los creyentes en Tesalónica, que los cristianos que mueren van a resucitar en la venida de Cristo, 1 Tesalonicenses 4.16. Pero en este capítulo el Espíritu Santo ha enseñado que Cristo resucitó de la muerte y va a resucitar a todos en su debido tiempo. La gente griega era enseñada a no creer nada que no podían entender, así que Pablo continuó con una explicación del misterio de la resurrección. Él lo hace con ilustraciones de la naturaleza: semillas, animales, estrellas, 15.35 al 41, y entonces les muestra cómo los creyentes vivos irán al cielo, 15.42 al 50.

Cuadros de vida y gloria

15.35     La gente podría pensar en la resurrección y hacer dos preguntas: ¿Cómo resucitarán los muertos; y qué cuerpo tendrán? La gente en Atenas se reía de Pablo cuando él hablaba de la resurrección, Hechos 17.32.

15.36     Estas preguntas necias mostraban que en realidad uno no estaba pensando bien. Todo el mundo sabe que una semilla no producirá una planta viva si primeramente la semilla no «muere». El Señor Jesús también enseñó una lección espiritual de este hecho, Juan 12.24. Primeramente la semilla tiene que ser plantada en la tierra. Parece que muere allí pero pronto Dios produce vida de ella, una cosa viva con la misma naturaleza que la semilla.

15.37,38 El agricultor no pone toda la planta en la tierra, sino sólo la semilla. Dios le da a la semilla un cuerpo según su propia voluntad, a cada semilla su propio cuerpo especial. Hay miles de diferentes tipos de semilla y Dios ha diseñado toda la naturaleza según su gran plan.

15.39     También hay miles de diferentes tipos de animales. Los hombres tienen un tipo de carne, los animales otro, los peces otro, las aves otro. No es correcto decir que la carne del ser humano es la misma que la carne de animales. Aquí Pablo está enseñando que hay grandes diferencias en el mundo de la naturaleza.

15.40     Hay cuerpos que están bien adaptados para los cielos, y hay cuerpos que Dios ha preparado para la vida sobre la tierra. Cada tipo de cuerpo es importante y cada uno tiene su propia gloria.

15.41     Hay diferencias entre los objetos en los cielos que nosotros podemos ver con nuestros ojos naturales. El sol, la luna y las estrellas tienen su propia gloria, y algunas estrellas son más brillantes que otras.

Explicación de la resurrección

Pablo usó estas ilustraciones para ayudarnos a entender qué va a suceder cuando resucitamos de la muerte.

15.42     Cuando una persona muere, su cuerpo es puesto en la tierra y es sepultado. El cuerpo humano no puede vivir para siempre porque todos están bajo la pena de muerte. Todos los hombres serán resucitados de la muerte y recibirán un cuerpo que no morirá. Sin embargo, los malos serán juzgados y lanzados al lago de fuego, que se llama la muerte segunda, Apocalipsis 20.14,15.

Debemos advertir a la gente acerca de esto y enseñarles cómo sus nombres pueden ser escritos en el libro de la vida del Cordero.

15.43     Nuestro cuerpo natural se está muriendo; no tiene honra, es débil. Los creyentes recibirán cuerpos nuevos que nunca podrán morir, cuerpos de gloria y poder. Nuestros cuerpos nuevos serán como el de Cristo, 1 Juan 3.2. Después de resucitado de la muerte Cristo tenía un cuerpo que los hombres podían ver y tocar, Lucas 24.39, pero era glorioso, Filipenses 3.21.

15.44     El cuerpo que el hombre tiene ahora es un cuerpo natural y está bajo el control del alma; el hombre se conduce según sus sentidos. Nuestros cuerpos nuevos estarán bajo el control de nuestros espíritus y mejor adaptados al cielo. Muchas veces actuamos ahora según los deseos del alma y hacemos las cosas simplemente porque sentimos el deseo de hacerlas. Debemos dejar que el Espíritu Santo nos muestre qué hacer y nos ayude hacerlo.

15.45     Adán fue creado primero y dado un cuerpo, alma y espíritu pero en Génesis 2.7 dice que fue hecho alma viviente. Esto sugiere que el alma del hombre iba a controlar su vida. Adán fue el primer padre de todos los hombres. Él pecó y así pasó su naturaleza pecaminosa a la raza humana.

Cristo es la Cabeza de una nueva creación y por esto también se llama Adán. Él nunca hará mal y así Él es el último Adán. Nunca habrá otra raza de hombres. Adán recibió su vida de Dios; Cristo tiene vida en sí, y da vida a todos, Juan 1.4, 5.25 al 29.

15.46     En el plan de Dios las cosas naturales vienen primero y las cosas espirituales vienen después. Cristo vino después de Adán. En nuestras vidas éramos primeramente sólo hombres naturales. Venimos a Cristo y recibimos el Espíritu Santo. Ahora debemos vivir como personas espirituales.

15.47     Adán fue formado del polvo de la tierra, pero más que eso él era una persona terrenal; pensaba y actuaba como un hombre de este mundo. El Señor Jesús nació de la virgen María, pero Él era y es el Hijo de Dios que vino del cielo a la tierra, Juan 3.13,31, 6.38,51. Él es Señor de todo, Hechos 10.36.

15.48     Todos los hombres y mujeres son descendientes de Adán. Todos tenemos la misma naturaleza, somos gente de la tierra. Algunos de nosotros hemos nacido de nuevo y somos de Cristo. Tenemos la naturaleza nueva, participamos en la naturaleza de Dios, 2 Pedro 1.4. Somos como Cristo, 1 Juan 4.17. Dios está obrando en nuestras vidas para hacernos más como él, Romanos 8.28,29. Este proceso se completará cuando le veamos como Él es, 1 Juan 3.2.

15.49     Nacimos como Adán, y éramos gente terrenal como Adán y Eva. En la resurrección tendremos cuerpos como el de Cristo, Filipenses 3.21, y, mejor todavía, no tendremos una naturaleza pecaminosa, así también como Cristo.

15.50     Nuestros cuerpos terrenales no podrían existir en el cielo en su forma actual. Carne y sangre se refiere al cuerpo natural, 15.44, y no pueden heredar el reino. Los hombres malos no van a heredar el reino, 6.9, ni aquellos que practican las obras de la carne, Gálatas 5.19 al 21. Pero aquí los apóstoles declararon que los cristianos nacidos de nuevo necesitan un cuerpo nuevo, otro tipo de cuerpo, para entrar al cielo.

 

¿Qué sucederá con los creyentes todavía vivos cuando el Señor venga?

En el versículo 35 alguien preguntó: ¿Qué tipo de cuerpo tendremos en la resurrección? La respuesta es: Un cuerpo como el de Cristo. Pero la Iglesia continuará sobre la tierra hasta que el Señor venga. La carne y la sangre no pueden heredar el reino, así que surge la pregunta: ¿Cómo va a llegar esta gente al cielo? La respuesta es: Sus cuerpos serán cambiados.

El Espíritu Santo ya había revelado a la Iglesia por medio de Pablo que el Señor va a descender a llevarnos al cielo. Los creyentes muertos van a resucitar de la muerte, y entonces los creyentes vivos van a ser llevados con ellos y todos van a estar para siempre con el Señor, 1 Tesalonicenses 4.14 al 17.

15.51     Pablo podía entender algunos de los misterios de Dios porque el Espíritu Santo le reveló lo que no se sabía antes, 1 Corintios 2.7, 4.1. Aquí aprendemos acerca del misterio del Rapto. Primeramente, algunos creyentes van a estar vivos cuando Cristo venga. Ellos no van a morir pero sus cuerpos serán cambiados.

15.52     Este cambio tendrá lugar en un espacio de tiempo muy corto, el tiempo necesario para abrir y cerrar el ojo. Tendrá lugar cuando suene la trompeta para resucitar los creyentes muertos. Ellos recibirán cuerpos nuevos que nunca podrán volver a morir, y nuestros cuerpos serán cambiados.

15.53     Hoy día tenemos cuerpos que podrían morir y no son aptos para el cielo. Todos los creyentes, tanto vivos como muertos, van a recibir cuerpos nuevos que no podrán morir.

15.54     Nuestros cuerpos que tenemos ahora pueden perecer y morir pero nuestros cuerpos nuevos serán inmortales. Esto tendrá lugar en la resurrección cuando Cristo vuelva por nosotros. Entonces se cumplirá la profecía: La muerte ha sido devorada por la victoria, Isaías 25.8. El temor de la muerte guarda a los hombres en sujeción como esclavos pero la esperanza de la resurrección nos libera, Hebreos 2.15.

15.55     Entonces el apóstol usó palabras de Oseas 13.14. Él habla de la muerte como si fuera una persona. Parece que la muerte todavía puede reclamar a todos pero en la resurrección el poder de la muerte será al revés. Nosotros los creyentes podemos ver la muerte como un siervo que nos lleva a la presencia de Dios, donde esperaremos con gran gozo hasta el día de la resurrección.

Los cristianos no deben temer la muerte, ni debemos estar muy tristes cuando otro creyente se marcha a estar con el Señor.

15.56     Todo esto es posible porque Cristo murió por nuestros pecados. Con razón la gente tiene temor de la muerte porque los pecadores deben enfrentar el juicio de Dios. La ley dice que Dios va a castigar a los que pecan. El Señor Jesús ha tomado nuestro castigo sobre sí mismo, así que no tenemos temor de la muerte ni del juicio de Dios.

15.57     Tenemos la victoria sobre el temor de la muerte solamente por medio de nuestro Señor Jesucristo, su muerte por nosotros y su resurrección de la muerte.

Deténgase ahora mismo para dar gracias a Dios por el gozo y paz que Él nos ha dado en vez del viejo temor y tristeza.

15.58     ¿Qué efecto debe tener esto sobre nuestra vida?

En vista de estas cosas nosotros debemos estar firmes en el Señor y mantenernos ocupados para Él. Algunas personas flojas piensan que les es permitido no hacer nada porque el Señor viene pronto. Aquí el Espíritu Santo nos manda a seguir sirviendo a nuestro Salvador. El Señor nunca se olvidará de lo que se hace por Él. Vendrá con galardones, Apocalipsis 22.12. Solamente lo que se hace por Él va a durar para siempre, 3.14. Nuestro trabajo por Él no puede ser sin valor.

«Trabajar es mi deseo sin cesar por el Señor.»

El Espíritu Santo ya había revelado a la Iglesia por medio de Pablo algunas grandes verdades acerca de la venida del Señor, en 1 Tesalonicenses 4. En 1 Corintios 15 Él repitió algunas de estas cosas, pero no todas ellas, y añadió otras.

 

Cada uno de estos dos capítulos tiene alguna verdad especial no revelada en el otro:

1 Tesalonicenses 4                     1 Corintios 15

Jesús murió y resucitó    4.14     Cristo ha resucitado de los muertos     15.20

los que durmieron en él              no todos dormiremos                           15.51

decimos esto

en palabra del Señor     4.15     os digo un misterio

nosotros que vivimos                     no todos dormiremos

con trompeta de Dios     4.16         se tocará la trompeta                                    15.52

alentaos los unos a los otros       estad firmes y

con estas palabras        4.18       constantes, creciendo en la obra        15.58

 

 

1 Tesalonicenses 4                                 1 Corintios 15

traerá Dios con Jesús                              todos seremos

a los que durmieron                4.14         transformados          15.51

nosotros … no precederemos                     en un momento         15.52

a los que durmieron                4.15

voz de mando … de arcángel      4.16  esto corruptible

los muertos en Cristo                                        se vestirá de

resucitarán primero                                          incorrupción                15.53

estaremos siempre con el Señor             4.17   ¿Dónde, oh sepulcro,

tu victoria?                  15.54

vuestro trabajo en el                                                                                                       Señor no es en vano    15.58

11 – La  ofrenda  dominical

Hemos visto que Pablo escribió a los corintios y contestó algunas de sus preguntas acerca de lo que ellos deberían hacer en la iglesia. En el último capítulo él les habló de una ofrenda especial por los creyentes pobres en Jerusalén.

16.1       Pablo había mandado a las asambleas en la provincia de Galacia a tomar una ofrenda especial a favor de sus hermanos que necesitaban ayuda. Los creyentes en Macedonia recogieron fondos con este fin, 2 Corintios 8.2 al 4. Aquí Pablo mandó a los corintios hacer su parte y más adelante dijo que ellos lo habían hecho, Romanos 15.26. (La asamblea en Corinto era la más grande en Acaya, o Grecia).

16.2       Este versículo nos da algunas reglas acerca de dar al Señor.

(a). Debemos dar con regularidad. Las iglesias en ese entonces se reunían los domingos, el primer día de la semana, para adorar al Señor y partir el pan, Hechos 20.7. El dar es una parte de nuestra adoración, Hebreos 13.15,16. Pablo dijo a los creyentes que cada uno debe guardar sus ofrendas para que el dinero estuviese disponible cuando él llegara. Él no quería que ellos esperasen su llegada para tener entonces una gran reunión para recoger los fondos. Ellos debían guardar su dinero para esta ofrenda especial, pero el principio de dar cada semana aplica hoy día.

(b). Cada uno debe dar parte de lo que ha ganado o recibido esa semana. En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel tenía que dar la décima parte, pero el Nuevo Testamento no nos dice cuánto dar. Sí nos enseña que el galardón será mayor para los que dan bondadosamente y con sacrificio, 2 Corintios 9.6.

16.3       También es importante que más de un hombre sea responsable por el dinero de la asamblea. Aquí Pablo dice que la iglesia debería escoger algunos hombres para llevar el dinero a Jerusalén. Él podía escribir cartas a la iglesia allí para presentar a estos hombres, o la iglesia podría escribir las cartas. Es bueno hacer conocer, o encomendar, los creyentes que van de una iglesia a otra, diciendo por medio de una carta que la persona es de la asamblea.

16.4       Pablo estaría dispuesto a ir con ellos y sabemos que sí fue, con ocho hombres más incluyendo a Lucas, y llevó los fondos a Jerusalén, Hechos 20.4, 24.17.

 

12 – Planes y saludos

En los últimos veinte versículos Pablo contó a los corintios acerca de sus planes, 16.5 al 12; dio algunos mandamientos finales, 16.13 al 18; envió saludos y la bendición de Dios, 16.19 al 24.

 

Los planes de Pablo

16.5       Pablo estaba en la provincia de Asia cuando escribió esta carta y él tenía planificado ir a Corinto después de estar en Macedonia, Hechos 20.1,2. Les había advertido a los corintios que vendría a verles y posiblemente tendría que hablar muy fuertemente a ellos, 4.21.

16.6       Ahora en el capítulo 16 él habló como si ellos le darían la bienvenida. Él pensaba que tendría que pasar el invierno en Corinto y que posiblemente los creyentes le ayudarían a hacer el viaje. Otras iglesias hacían esto, Hechos 15.3, Romanos 15.24, y era una costumbre buena, 2 Juan 6.

16.7       Pablo pensaba al principio visitar a Corinto en su viaje a Macedonia, 2 Corintios 1.15, pero ahora pensaba que sería mejor pasar más tiempo con ellos. Pablo oraba antes de hacer sus planes, pero aun así él estaba dispuesto a cambiarlos si el Señor le mostraba algo diferente.

Nosotros debemos hacer lo mismo, Lucas 22.42, Santiago 4.15.

16.8       Él no dijo exactamente cuándo iría a Macedonia y Corinto pero sí pensaba quedarse un tiempo corto en Éfeso hasta el tiempo de Pentecostés, Hechos 2.1, 20.16. El día de Pentecostés viene siete semanas después de la Pascua cada año.

16.9       El Señor le había dado a Pablo una puerta abierta de gran oportunidad en Éfeso. Él ya había visto mucha bendición, Hechos 19.10,20, pero también el enemigo estaba muy activo, Hechos 19.23, 1 Corintios 15.32.

Así es siempre. Dios nos da bendición y gozo en su obra, pero de una vez Satanás procura destruirlo.

16.10     Entonces Pablo mandó a los corintios que recibieran a Timoteo si fuera a visitarles. Timoteo quizás no era tan valiente como Pablo o Bernabé, 2 Timoteo 1.7, pero era fiel en la obra del Señor, como también lo era Pablo. Más adelante él sí fue a Corinto con Pablo y ellos dos enviaron sus saludos a los creyentes en Roma, Romanos 16.21.

16.11     Timoteo era todavía relativamente joven y posiblemente algunos corintios pensarían que él no era muy importante. Pablo mandó que le ayudaran en su camino al marcharse de Corinto para regresar a Pablo, junto con algunos creyentes más.

16.12     Poco antes Pablo quería que Apolos visitara a Corinto junto con otros que llevaron esta carta a la iglesia, pero Apolos no quería ir en esa ocasión. La asamblea en Corinto estaba dividida en grupos, algunos llamándose por el nombre de Pablo y otros por el nombre de Apolos, 1.12. Ni Pablo ni Apolos estaba dispuesto a estimular cualquier uso de sus nombres para dividir la asamblea.

 

Mandamientos finales

Entonces Pablo les dio a los corintios cinco mandamientos acerca de sus vidas como cristianos, 16.13,14, y les mandó que mostraran especial respeto para algunos en la iglesia.

16.13     Aquí hay cuatro instrucciones cortas:

Quédense despiertos, atentos al peligro y el enemigo. Pablo había dicho lo mismo a otros, 1 Tesalonicenses 5.6, Colosenses 4.2. Y Pedro también, 1 Pedro 5.8, y el Señor Jesús, Apocalipsis 3.2.

Quédense firmes en la fe cristiana, sin hacer caso a doctrina falsa,
2 Tesalonicenses 2.15, Gálatas 5.1, Filipenses 4.1, Efesios 6.14.

Sean valientes como hombres sin temor de nada, 2 Samuel 10.12. Debemos dejar atrás las costumbres de niños, 13.11, y entender las verdades más profundas de las Escrituras, 3.1, Hebreos 5.14.

Sean fuertes, guardando la verdad que habían recibido, 2 Tesalonicenses 2.15,
Hebreos 4.14, 6.18.

16.14     Todo debería ser hecho de una manera amorosa y con un amor sincero en el corazón. El amor es más importante que cualquier don, 13.1 al 3.

16.15     Estéfanas y su familia fueron los primeros griegos en aceptar el evangelio y ser una familia cristiana. Pablo los había bautizado, 1.16, y ellos se habían dedicado a servir al pueblo de Dios. Debemos hacer lo mismo, Romanos 12.7, 15.25, Hebreos 6.10, 1 Pedro 4.10.

16.16     Pablo mandó a los corintios que obedecieran a éstos y otros líderes que estaban dispuestos a trabajar por el Señor. En Hebreos 13.17 se nos manda obedecer a los que Dios ha hecho líderes en la asamblea. Este es el orden divino; orden y sujeción son palabras importantes en 1 Corintios 11.34, 14.32,34,40.

16.17     Tres hombres viajaron en peligro desde Corinto hasta Éfeso para ver a Pablo y traerle la carta de la asamblea en Corinto. A Pablo le contentó verles y recibir noticias acerca de los creyentes en ese lugar.

16.18     Estos hombres eran un consuelo y estímulo para Pablo, como ellos habían sido para los otros creyentes en la asamblea en Corinto. Pablo mandó a los creyentes que reconocieran a estos hombres como líderes.

Saludos y una bendición

Ahora Pablo terminó su larga carta con saludos y su oración por la bendición de Dios sobre los corintios.

16.19     Más adelante había por lo menos ocho asambleas en la provincia de Asia, Apocalipsis 1.4, Colosenses 4.16, y los creyentes en esta ocasión mandaron saludos a los cristianos en Corinto.

Aquila y Priscila habían estado en Corinto y fueron con Pablo a Éfeso, Hechos 18.2,3,18. Ellos eran judíos por nacimiento y llegaron a ser cristianos, como Pablo. Ellos también hacían tiendas, como Pablo. En Éfeso algunos de los creyentes se reunían como asamblea en la casa de éstos. Todos ellos mandaron saludos a Corinto.

16.20     Todos los hermanos mandaron saludos a los creyentes en Corinto. Dios nos está enseñando amar el uno al otro, 1 Tesalonicenses 4.9, y Pablo mandó a los corintios que saludaran el uno al otro con un beso santo, porque el beso es una señal de amor, 1 Pedro 5.14. El amor debe ser real y sincero, 1 Pedro 1.22. Un beso debe ser verdadero y santo. En algunos países hoy día los varones saludan a otros varones con un abrazo o un beso y las mujeres se saludan entre sí de la misma manera.

16.21     Entonces Pablo mandó sus propios saludos y escribió este versículo él mismo. Alguna otra persona escribió toda la carta conforme Pablo le decía qué hacer. En el Antiguo Testamento Baruc escribió lo que el profeta de Dios le mandó decir, Jeremías 36.17,18, y Tercio escribió la carta de Pablo a los romanos, Romanos 16.22. Algunas personas procuraban difundir enseñanza mala, escribiendo cartas y poniendo el nombre de Pablo al final, 2 Tesalonicenses 2.2, así que Pablo siempre firmaba sus cartas y oraba por la gracia de Dios para los lectores, 2 Tesalonicenses 3.17,18, Colosenses 4.18.

16.22     Algunas personas decían que amaban al Señor Jesús pero era mentira, como Judas cuando besó al Señor. Otros mostraban que ellos odiaban a Cristo con decir anatema Jesús, 12.3. Aquí el Espíritu Santo dijo que la maldición de Dios va a caer sobre todos aquellos que no aman al Señor Jesús, aquellos que no creen en Él.

Pero los corintios amaban al Señor y esperaban su venida. Así Pablo usó dos palabras en el idioma griego, Maranata, o, El Señor viene, Santiago 5.8. Estas palabras pueden ser también una oración que el Señor regrese por nosotros, Apocalipsis 22.20.

16.23     Entonces Pablo oró que la gracia del Señor Jesús estuviera con ellos. Pablo escribió trece cartas en el Nuevo Testamento y al comienzo de cada carta él pidió a Dios darles gracia y paz a sus lectores. Él terminó todas trece con una oración por gracia sobre ellos. Pedro también comenzó sus dos cartas de la misma manera, y Juan también en su segunda carta y en el Apocalipsis. Hebreos y Apocalipsis terminan así también.

Pablo mismo conoció la gracia de Dios, 2 Corintios 12.9, Gálatas 1.15, 1 Corintios 3.10, 10.30, 15.10, y enseñaba que somos salvos y justificados por gracia, Efesios 2.5,8, Romanos 3.24, y no por obras, Romanos 11.6.

16.24     Finalmente él expresó su amor en Cristo Jesús para con todos ellos. Le había sido necesario decir algunas palabras severas en su carta pero aun estas palabras eran para guardarles del pecado. Había dicho que el amor nunca deja de ser y que todo debe ser hecho con amor, 13.8, 16.14. Los corintios deberían saber que en verdad él les amaba a todos en el Señor.

La iglesia en Corinto distaba mucho de ser perfecta. Podemos estar agradecidos que Dios haya permitido estos problemas en Corinto porque el Espíritu Santo le mostró a Pablo cómo tratarlos. Posiblemente en nuestras iglesias no tengamos exactamente los mismos problemas pero podemos aprender de 1 Corintios los principios de los consejos de Dios. La iglesia imperfecta nos ayudará en hacer nuestras iglesias más como Dios quiere que sean.

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