Testigos bizcos (#9933)

9933

Testigos bizcos

 

La interpretación que los Testigos de Jehová dan a la Santa Biblia es exageradamente literal en algunos casos y exageradamente figurada en otros.

En su prohibición a sus miembros a recibir transfusiones de sangre, los Testigos van al extremo de la irrazonable interpretación literal. Los pasajes que citan por lo general son:

La vida de toda la carne es su sangre; por tanto … no comeréis la sangre de ninguna carne, Levítico 17:14

Ninguna sangre comeréis … ni de aves ni de bestia, 7:26

Carne con su vida, que es su sangre, no comeréis, Génesis 3: 5

Podrás matar y comer carne … solamente que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua, Deuteronomio 12:15

… que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación, Hechos 15: 29

La secta enseña en sus libros que estos versículos prohíben a uno recibir una transfusión de sangre, ¡afirmando que hacerlo sería comer sangre!  Debemos observar, sin embargo, que las leyes levíticas hablaban en todo caso de sangre de animales, y no de seres humanos. Ellas prohibían la sangre como bebida o comida, cosa completamente diferente de la transfusión en las venas con fines médicos.

La razón era que Dios había ordenado el derramamiento de sangre de animales como el medio temporal de expiación. «Yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona», Levítico 17:11. En vista del significado que ella había dado para Israel, Dios no quería que fuera usada como alimento.

Los apóstoles no querían que los nuevos creyentes gentiles bebieran sangre mayormente porque hacerlo sería ofensivo para los creyentes judíos. Aquellos judíos habían creído en Cristo pero todavía eran sensibles a las normas que habían creído bajo el régimen antiguo. Al leer los versículos 20 y 29 de Hechos 15, esto quede claro. Muchos hay entre el pueblo del Señor hoy en día que optan por respetar la exhortación de no comer sangre, por cuanto ven el gran significado que Dios la ha dado, pero no por pensar que transmite la vida de una persona a otra.

Por supuesto, la cuestión de la transfusión de sangre no es el único caso de interpretación exagerada de parte de los Testigos. Podemos mencionar de paso su prohibición de árboles de navidad (sin querer insinuar que esta costumbre sea conveniente pare un verdadero cristiano, porque sus antecedentes son indiscutiblemente paganos).

Leemos en Jeremías 10:3,4 que Dios acusa a Israel de haber adorado imágenes talladas. Su pueblo, apartado de Dios y entregado a la idolatría, estaba imitando a los paganos: «No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor … Las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Con oro y plata lo adornaron …”

Estas imágenes de madera, dicen los libros de  Atalaya, son los árboles de Navidad.

Si hemos ofrecido estos ejemplos de un literalismo absurdo, no es para dar a entender que los russelistas siempre van al extremo por ese lado. Al contrario, sus maestros están muy dispuestos a espiritualizar otros pasajes pare decir que éstos no dicen lo que dicen

Al leer de la resurrección corporal del Señor Jesucristo, de las profecías acerca del regreso de los judíos a Palestina, y de la venida del Señor de nuevo para reinar, ellos afirman que hay que entender estos eventos en un sentido espiritual, porque, dicen, no son reales. Por ejemplo, en el capítulo 7 del Apocalipsis, los Testigos aceptan literalmente —y enfatizan— la idea de 144.000 personas;  ¡pero niegan que éstas pertenecerán a las doce tribus de Israel que se mencionan en los mismos versículos!

Una tercera forma de interpretación torcida (y una que puede ser una falta de parte de verdaderos creyentes en Cristo, o de cualquier secta falsa) es la de usar eventos o cosas como tipos (ilustraciones) de ciertas doctrinas, y luego afirmar que esas doctrinas deben ser ciertas porque los tipos son ciertos.  Es lo que se llama «cobrar y darse el vuelto».

Los Testigos de Jehová enseñan que Noé es un tipo de Cristo, su esposa es un tipo de los Testigos, y el diluvio del Génesis 6 es una expresión figurativa que significa la Batalla de Armagedón.

Peor es su interpretación del relato del rico y Lázaro en Lucas capítulo 16. La literatura de la secta afirma que este acontecimiento no tiene nada que ver con el estado de uno después de la muerte física, sino que es una ilustración de dos clases de gente que hay sobre la tierra hoy en día.

Su libro Let God be true (Que Dios sea veraz) contiene este párrafo: «El rico representa la clase superegoísta del clero del cristianismo, quienes están lejos de Dios y muertos a su favor y servicio, atormentados por la verdad del Reino que nosotros proclamamos. Lázaro representa la reliquia fiel del cuerpo de Cristo. Libertados éstos de la Babilonia moderna desde 1919 en adelante, ellos reciben el favor de Dios en el seno de Abraham y reciben consuelo por su Palabra».

Muchos engañadores han salido por el mundo, 2 Juan 7.

 

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