Ocho verbos de redacción divina (#9612)

9612
Ocho verbos de redacción divina

 

D.R.A.

 

De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su único Hijo,
para que todo aquel que crea en él,
no perezca, sino que tenga vida eterna.
Pues Dios no envió a su Hijo al mundo
para condenar al mundo,
sino para salvar al mundo por medio de él.
 Juan 3:16,17

Probablemente no nos gustaron aquellas clases de gramática en la escuela. Parecía innecesario y aburrido aprender que “las partes de la oración en castellano son nueve: el verbo, el sustantivo, el adjetivo …”

 

Tampoco vamos a suponer que al lector le encante el tema aun ahora, pero aquellas maestras hicieron bien en explicarnos esas cosas, porque cada día las usamos. Por ejemplo, tenemos que emplear los verbos. “El verbo”, dicen los textos de gramática, “es la palabra que designa acción, pasión o estado …”

 

“Cheo”. ¿Pero Cheo, qué? Bueno, “Cheo gritó”. Sí, eso dice algo, porque usamos un verbo. “Carmen”. Bien, ¿pero qué de Carmen? “Pues, Carmen está alegre”. Excelente; ya me han dicho su estado. Ella está alegre.

 

El trozo de la Biblia que citamos arriba contiene ocho verbos. Tres dicen qué hizo Dios. Otro explica por qué. Dos dicen que debes hacer tú. Finalmente, dos establecen la alternativa.

Dios hizo tres cosas—

amó    dio    envió

Él amó al mundo: los seres humanos de todo tiempo, raza, religión, cultura y personalidad. Y, amó de tal manera, a tal extremo, que dio; Él no vende ni cobra su beneplácito, sino dio a su único Hijo, a Jesús. El Hijo nació de humilde virgen para ir al Calvario, Varón solitario, y allí mis pecados Él llevaría en su cuerpo sobre la cruz.

Dios amó, dio y envió al Hijo en carne y sangre. Hay un solo mediador entre Dios y los hombres y es Jesucristo hombre. Grande es el misterio de la piedad, Dios fue manifestado en carne.

¿La razón?  ¿El motivo?—

salvar

El Padre envío del cielo a su único Hijo “… para salvar al mundo por medio de él”. Ni otro, ni otra, podía. “En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. (Hechos 4:12)

¿Qué es esto de ser salvo? Es—

creer    tener

La salvación es por creer. El evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Sin fe (el creer) es imposible agradar a Dios.

Creer es tener, o poseer, la vida eterna. El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. (Juan 3:36)

Y, con ese pensamiento llegamos a los dos verbos restantes—

condenar    perecer

Al que no cree, Dios condena. La tal persona perece. Es la alternativa.

Es lo que Dios desea evitar, y por lo tanto hizo tan grande provisión a tan elevado costo. Es consecuencia de que uno no crea; es por no tener la vida que el Salvador ofrece.

Ahora, Dios no retarda su promesa, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).

Como dijera ese mismo Pedro  —ahora en Hechos capítulo 10—  te anunciamos el evangelio de la paz por medio de Jesucristo. Él nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que Él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. Todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. Y tú, ¿qué harás?

Comparte este artículo: