Lot (#465)

Lot

 

 Héctor Alves

 

 

Lot era sobrino del amigo de Dios pero a la vez era amigo del mundo. Un sentido de su nombre es «envuelto», y ciertamente su vida fue envuelta en tragedia. La vida de Abraham se caracterizó por su tienda y su altar; él era peregrino de por vida. La vida de Lot estaba asociada con una ciudad impía, donde aparentemente vivió por veinte años.

 

Nos es presentado en el capítulo 11 del Génesis como hijo de Harán, el hermano menor de Abraham. Tres veces Dios le llamó a Abraham a abandonar su país, y está registrado que su sobrino lo acompañó. Leemos en Isaías 51.2 que Dios llamó al patriarca solo y lo bendijo, pero nunca leemos que haya llamado a Lot. Sin embargo, obra en su favor que haya dejado la tierra de idolatría y por un tiempo profesaba ser peregrino y forastero en sus viajes con el tío. Lo acompañó de Mesopotamia a Canaán, a Egipto y de regreso a Canaán. Lot andaba en buena junta mientras estaba con Abraham.

 

Su elección fue fatal; él optó por la llanera del Jordán, 13.11. Como seguidor era bueno pero fracasó al actuar por sí, gobernado por su naturaleza y no por fe. Él miraba las cosas temporales. A menudo oímos decir, «el Señor me guió a hacer esto y aquello», pero conviene preguntar si uno fue guiado por lo que veía o por fe. Lot había estado en Egipto y allí había prosperado materialmente. Al ver la llanura bien regada, le parecía como huerto del Señor, como la tierra de Egipto.

 

La realidad es que perdió al escoger lo mejor, y a la vez faltó en respeto a la posición de su tío. A la postre perdió la llanura del Jordán, mientras que Abraham recibió todo lo que podía ver. La elección de Lot resultó desastrosa para sí y para su familia. Obtuvo lo que querría, pero a costo de su testimonio, porque Pedro aclara que era varón justo. No es de dudar que su residencia en Egipto haya incidido en todo esto.

 

Sodoma es la próxima fase en la historia de Lot. Puso sus tiendas hasta Sodoma, 13.1; moraba en Sodoma, 14.12; se sentaba a la puerta de Sodoma, 19.1. Es evidente que su decisión dio lugar a este descenso. Las posibilidades que una vida urbana brindaban a la familia, el comercio de Sodoma y la perspectiva de mejorarse en el mundo – todo esto condujo a su caída. Pronto se asoció con impíos y leemos en el 19.7 que les llamaba «hermanos míos».

 

Cuando uno toma una senda errada, lo hace sin saber adónde va. El apóstol explica, siglos después: «este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo  los hechos inicuos de ellos», 2 Pedro 2.8. La impiedad de los sodomitas estaba ante sus ojos día tras día.

 

Quizás Lot pensaba que podía ejercer una buena influencia al participar en la vida comunitaria de Sodoma, pero no resultó así. Debido a su falta de influencia, él no podía dar a sus visitantes celestiales la protección necesaria, ni tenía él influencia sobre sus yernos, quienes ni lo tomaban en serio, 19.14. ¿Cómo podría un «justo» tener un testimonio efectivo cuando se sentaba entre los impíos y sus hijas se habían casado con sodomitas? En toda época el pueblo de Dios ha sido llamado a separarse del mundo y sus sistemas.

 

Hebreos 11 trata de gente que se confesaba extranjeros y peregrinos en la tierra, pero no hace mención de Lot. Él era un mundano incorregible cuya historia es un faro para advertir a todos que no amen al mundo ni las cosas que están en el mundo, 1 Juan 2.15. Ha podido separarse de su tío, pero por lo que hizo cosechó el fruto de una vida malgastada. Fue necesario sacarlo a juro de Sodoma, y su mujer se volvió «columna de sal».

 

La última vez que lo vemos, él está borracho, en una cueva con sus hijas, y allí engendró dos hijos cuyos descendientes llegarían a ser enemigos acérrimos de la simiente de Abraham. Hasta el día de hoy Moab y Amón provocan conflicto en el mundo.

Dijo nuestro Señor: «Acuérdate de la mujer de Lot». Acordémonos a la vez de él: su elección, trayectoria y fin. «Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco»,
1 Samuel 2.30. Lot es ejemplo de uno «salvado así como por fuego»; pero su intentó a  mejorar las condiciones en Sodoma, todo su empeño, fue un fracaso.

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