Epafras (#454)

 

Epafras

 

Héctor Alves

 

 

Se puede decir que la Epístola a los Colosenses está iluminada por referencias a Epafras. Probablemente él fue convertido bajo la predicación de Pablo en Éfeso y, como otros en ese lugar, aprendió los caminos del Señor durante los dos años en que Pablo estaba disputando cada día en la escuela de Tiranno, Hechos 19.9.

Quizás fue hacia el final de la temporada en Éfeso que Epafras salió a predicar el evangelio en otras partes de Asia. No podemos afirmarlo con certeza pero Colosenses 4.12, 13 hace pensar que echó las bases para las asambleas en Colosas, Laodicea e Hierápolis («Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros …»)

En sus cartas a los santos en Colosas y a Filemón, Pablo dice cuatro cosas acerca de este buen hombre, y emplearemos sus palabras como subtítulos.

 

Consiervo, 1.7

 

En la mención breve de las labores de otros, vemos que Pablo se agradaba de hablar bien de ellos. Él describe a solamente dos como consiervos, Tíquico y Epafras, y solamente a Epafras como «nuestro consiervo amado». El vínculo entre ellos en la obra del Señor ha debido ser muy valorado por el apóstol.

Entendemos que Pablo no había estado en Colosas hasta escribir la epístola. Posiblemente ellos laboraron juntos en otra parte, quizás en el tiempo en que el mayor estaba en Éfeso. No sabemos. Sea como fuere, la amistad era estrecha; Epafras estaba haciendo la obra de Pablo en Colosas y con el beneplácito suyo.

 

 

 

Fiel ministro, 1.7

 

Ministro aquí, y en varias otras partes, es una traducción de diákonos; nuestro término diácono se deriva de la misma raíz. En un sentido todo hijo de Dios es un diácono, o ministro, pero no todos en la misma esfera de servicio. El cargo de diácono nunca se ha limitado a aquel de tesorero o mesonero en el comedor. La palabra contempla la responsabilidad para cualquier servicio específico, sea espiritual o material.

En Colosenses 1.25 Pablo se refiere a sí como un ministro según la admi-nistración de Dios que le fue dada para cumplir la Palabra suya. Epafras, dice, era para ellos un ministro fiel de Cristo. Él realizaba su ministerio mayormente, pero no de un todo, en las ciudades ya mencionadas. Predicaba y se daba fervorosamente a la oración. «De él doy testimonio», escribe el apóstol en 4.13, «de que tiene gran solicitud por vosotros».

 

Siervo de Cristo, 4.12

 

Era un dóulus de Cristo, no simplemente un diákonos. Varias veces Pablo emplea este vocablo al referirse a sí, pero sólo dos veces lo aplica a otros. En Filipenses 1.1 él y Timoteo son dóulus – hombres sujetos a una servidumbre pronunciada – y en Colosenses Epafras lo es. Esto podría dar a entender que su servicio se caracterizaba por una fidelidad excepcional, gobernadas sus vidas enteramente por el Señor.

Claro está que el término debería describir a todo el pueblo de Dios, ya que Efesios 6.6 nos exhorta a ser dóulos de corazón haciendo la voluntad de Dios. Pablo consideraba que Epafras era fiel al señor a quien servía, y deseaba que los santos colosenses lo estimaran por esa lealtad.

 

 

Compañero de prisiones, Filemón 23

 

Los vv 23, 24 de esta carta personal nombran cinco hermanos y Epafras está a la cabeza de la lista. Estaba con Pablo en Roma cuando éste escribía, y aparentemente lo había visitado para informarle sobre el estado de cosas en Colosas, Colosenses 1.8, 4.12, 13. Sin duda esta fue una de las razones porque Pablo escribió la Epístola a esa asamblea.

La terminología puede hacer pensar que Epafras había sido encarcelado en Roma. Si fue así, no sabemos por qué, aunque puede haber sido por estar estrechamente identificado con el apóstol. De una cosa podemos estar seguros: sería por a causa de Cristo, ya que Pablo habla de «mi compañero de prisiones por Jesucristo». Sin embargo, leemos en Colosenses 4.10 de «Aristarco, mi compañero de prisiones», cosa que no se dice de Epafras aun cuando ambas epístolas fueron escritas en una misma ocasión.

Parece aconsejable interpretar estas descripciones como indicio que ambos participaron voluntariamente como gesto de apoyo en el arresto de Pablo. En estas circunstancias Pablo podía testificar al celo de Epafras y sus oraciones por las tres ciudades, 4.12. El sentido de epafras es «cubierto de espuma»; ¿hay algo que aprender de esto? Algunas traducciones (p.ej. Nueva Versión Internacional y Versión Hispano Americano) hablan de él como «siempre lucha por ustedes en oración».

 

 

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